Poner puertas al mar

La tutela de los menores migrantes en el mundo es algo que nos debería inquietar y preocupar a todos y no solo por una razón humanitaria, que es la de salvar vidas, sino y también por otra cuestión, que es la de ofrecer futuro y posibilidades a aquellos que no han tenido tanta suerte como nosotros y que han nacido en países en guerra, en países donde la miseria lo arrasa todo y donde la opción de un trabajo digno y dignamente pagado es un espejismo, porque simplemente esa posibilidad no existe. Y si digo que nos debería inquietar y preocupar a todos, y lógicamente no me refiero solo a España, sino a todos los países a los que quieren llegar los inmigrantes en busca de una nueva vida, es porque este es uno de los grandes desafíos a las que nos enfrentamos en este siglo XXI, en el que si alguien piensa que se pueden poner puertas al mar está profundamente equivocado y si piensa que el miedo a morir ahogado frena a los que pasan hambre y sufren todo tipo de barbarie sobre su cuerpo es que simplemente no ha entendido nada y sigue anclado en un discurso patriótico decimonónico.

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