‘Las Aguas’, de Bonnie Jo Campbell: lazos familiares y un cuento de hadas

Un mapa del ficticio Whiteheart y un arranque de cuento con la célebre frase ‘Érase una vez’ son lo primero que encontramos en Las Aguas, la nueva novela de Bonnie Jo Campbell (Kalamazoo, Míchigan, 1962), que llega más de 10 años después de Érase un río (2011). Todo ello nos transporta a un paisaje imaginario y evocador, aunque con claras resonancias de la realidad de Campbell.

Las protagonistas son cinco mujeres de la misma familia: la madre, Herself, cuyo nombre ya sugiere su carácter; sus tres hijas, Primrose, Maryrose y Rose Thorn, todas con nombres de flores; y su nieta, Donkey, una niña prodigio de las matemáticas con solo 11 años. La trama comienza con el regreso de Rose Thorn a Las Aguas, llevando en su mochila a un bebé de unos días. Titus Clay ha esperado durante años a que Rose Thorn tuviera la edad suficiente para casarse con él, y ahora no sabe cómo asumir que ella acabe de dar a luz a la hija de otro hombre.

Rose Thorn se niega a revelar que fue el padre de Titus quien la violó y la dejó embarazada. ¿Cómo podría criar a ese bebé junto a un hombre que, en realidad, es el hermanastro de la criatura? Rose Thorn podría haber pedido ayuda a su madre. En Las Aguas se encuentra la mesa de Boneset, un lugar donde se puede solicitar poner fin a un embarazo no deseado o depositar un bebé de forma anónima. Sin preguntas ni rencores: Herself siempre se ocupa de todos ellos. En la casa, todas son hijas de Herself, aunque no compartan lazos de sangre.

El conflicto entre tradición y modernidad es uno de los temas centrales de la novela. Herself ha proporcionado remedios para todo tipo de males a la población de Whiteheart durante años, lo que le confiere un aura de hechicera que genera temor.

Límites

La medicina tradicional, según se argumenta en la obra, puede desempeñar un papel importante en estas comunidades rurales, siempre que no se olvide hasta dónde pueden llegar sus límites: la matriarca es consciente de que no puede hacer nada contra enfermedades como el cáncer. Asimismo, el poder femenino –y feminista– es otro de los ejes centrales del libro.

En Las Aguas, solo viven mujeres, y la heredera y propietaria siempre es la menor del clan. Se aman y se odian, se ayudan y se enfrentan. Campbell deja claro que, independientemente de cuántos secretos se oculten o de cuán tensas sean sus relaciones, siempre podrán contar unas con otras cuando lo necesiten.

Una bala perdida, un parto en un lodazal, un tumor y una relación imposible son algunos de los elementos que configuran esta narración. Es una historia de respeto por la tierra, de sororidad y cuidado, de estructuras familiares no convencionales y, sobre todo, de amor. De amor de madre, de hija y de hermana.

Con personajes sólidos y una ambientación enigmática y atemporal, Campbell nos sumerge en los pantanos de Whiteheart, un lugar donde los secretos y los silencios son casi tan venenosos como las serpientes. Esta es una historia de mujeres en la que los hombres también desempeñan un papel fundamental en uno de los puntos clave del libro, una novela en la que perderse y sumergirse entre la vegetación y los rincones ocultos de Las Aguas.

‘Las aguas’

Bonnie Jo Campbell

Traducción de Tomás Cobos

Dirty Works 

480 páginas. 27,50 euros

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