La mirada no engaña

A Cristina García Rodero le nació primero la curiosidad y luego la vocación por la fotografía viendo a su padre tomar instantáneas de los momentos felices de la familia. Es de suponer que con esos inicios fotografía y felicidad son todo uno para García Rodero. Lo que hacía su padre, capturar instantes preciosos para que no se perdieran, es lo que ha hecho ella durante toda su vida, revelando una belleza extraña e inesperada en lugares donde pocos se hubieran detenido a buscarla. García Rodero empezó retratando a sus hermanos y a sus gatos y acabó iluminando un país que nadie veía, en proyectos fotográficos como su España oculta. Luego viajó más lejos, dejándose guiar por su mirada, a la India, a Haití, lejos, muy lejos, en busca de la verdad.

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