La escasez de viviendas nuevas fuerza al sector a construir más rápido, pero sin que salga más caro

El tiempo apremia en el sector de la construcción. En un país en el que hacen falta unas 500.000 viviendas para los próximos cinco años, según datos del Banco de España, poder acortar los plazos en el proceso de edificación se está convirtiendo, cada vez más, en un requisito de obligado cumplimiento. Y aunque el sector se está transformanado ya y ha apostado por lo que en el gremio denominan la industrialización de la construcción, todavía queda margen de mejora. Que se industrialice el proceso constructivo significa, en suma, que elementos del edificio como las fachadas, los tabiques y las estructuras se producen en una fábrica para su posterior montaje en el lugar de la obra. ‘Al ser un trabajo estandarizado y en serie, se tiene un mayor control de los costes, los tiempos de ejecución y los impactos ambientales, a la vez que mejora la calidad final de la obra’, explica Oriol París, arquitecto y doctor en Sistemas Industrializados y Sostenibilidad por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).

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