En estos tiempos en los que el combustible está por las nubes, son muchos los que miran con lupa lo que meten al depósito, y se multiplican los consejos y trucos a la hora de repostar. Muchos de estos consejos son útiles, como las gasolineras más baratas de nuestra ciudad, pero otros generan dudas. Y este, aunque sea un clásico, tiene menos sentido de lo que podría parecer.
El truco para aprovechar hasta la última gota
En España tenemos fama de darle al ingenio por ahorrarnos lo que podamos, da igual que sean unos céntimos, y hasta tenemos nombre propio para ello derivado en buena parte de la literatura, la ‘picaresca’. En ese ámbito se mueve este truco para repostar, que es tan sencillo como escurrir la manguera cuando aún está conectada al depósito, elevándola ligeramente y moviéndola ligeramente. La idea es que caerían unas últimas gotas que de otra forma quedarían en la manguera, y así algo sacaríamos, aunque millonarios ya es evidente que no nos íbamos a hacer.
Lo cierto es que este truco tenía sentido. Antiguamente el diseño de las mangueras de gasolinera sí hacía que retuviesen una cantidad más o menos relevante de combustible, y por ello se decía que lo que no caía en el coche iba para el gasolinero. Aquí no regalamos nada, así que más valía escurrir lo que se pudiese. Incluso había establecimientos en los que estos restos se acumulaban para venderlos más barato. Pero hoy en día el truco tiene poco sentido, ya que los propios trabajadores del sector nos confirman que el nuevo diseño minimiza la cantidad restante.
Lo único que podemos hacer para ahorrar en combustible es buscar la gasolinera más barata de nuestra zona, para lo que aparte de preguntar a nuestro cuñado de confianza contamos con distintas aplicaciones, desde ‘Google Maps’ hasta ‘Gasolineras España’ o el comparador de la OCU.