Los hermanos que pusieron a Villaconejos en el mapa mundial del aceite de oliva

Siete años han bastado para que el nombre de Villaconejos aparezca en las listas de los mejores aceites de oliva virgen extra del mundo. Lo han conseguido los hermanos Pilar y Pedro Laguna, hijos, nietos y biesnietos de familia olivarera, que en 2017 se lanzaron juntos en la tarea de crear un producto ecológico y de calidad. Lo lograron, a ojos de los críticos, con creces.

‘Decidimos montar una almazara apostando por aceites de máxima calidad’, explica Pedro. Con esta premisa nació Oleum Laguna. Lo hizo en Villaconejos, un municipio de unos 3.500 habitantes, tierra de melones por excelencia, de donde son. ‘Además, aquí se encuentra la mayor extensión de olivar ecológico de la Comunidad de Madrid’, expone.

Aunque lo, cierto, es que hicieron una nueva plantación, incorporando variedades como ‘la picual, aberquina, hojiblanca o arbosana’, más allá de la cornicabra, para ‘elaborar aceites con otro perfil sensorial’. ‘Una característica que nos identifica mucho es, sobre todo, el olor a tomatera. También a almendra verde’.

Campo de lavanda en Villaconejos. / CEDIDA

Otro dato peculia de su plantación es que hicieron una plantación de lavanda. ‘Esta planta aromática sirve de cubierta vegatal’, expone. Con sus compuestos antimicrobianos naturales, asegura que evita que proliferen algunos gusanos que pueden comerse los brotes frescos del árbol.

‘Además, visualmente es muy bonito’, añade. Hace solo unos días que podían ver hileras de árboles rodeadas de mantos de lavanda.

Premios

En estos años, sus aceites han sido galardonados en más de 40 ocasiones a nivel nacional e internacional. En Zúrich ganaron varios premiso al mejor aceite de España, al mejor aceite orgánico y al mejor aceite ecológico. En la última edición, consiguieron que su tercer aceite, el Ó de Oleum, entrara en el top100 de los mejores del mundo de la lista Evooleum, una guía a la que se presentan ‘más de mil aceites de once países’. Antes habían entrado sus otros dos, entre ellos Loa 77, que quedó cuarto en esa lista mundial y fue galardonado con un oro en Ecotrama 2025.

 “Es un aceite frutado intenso a aceituna verde y fresca. Recuerdos a hierba recién cortada. Aromas frutales a almendra verde y cáscara de plátano con matices también a tomatera y alcachofa. En boca entra dulce y fluido, presentando después un picor y amargor medios y balanceados entre sí. Retronasal que recuerda al trigo verde. Zumo muy complejo, armónico y persistente en su conjunto’, explicó José María Penco, director técnico de Ecotrama.

Su aceite verde. / CEDIDA

También han sido premiados en Italia, Grecia, en Japón o en Reino Unido. Pedro recuerda con especial cariño el primero de todos ellos, quizá el más inesperado: el del Producto del Año 2019 de la Revista Club de Gourmet. ‘Llegamos a pensar que era una broma. Nos hizo una ilusión tremenda. El anterior premio había sido al Jamón Joselito. Nos pareció tremendo’, expone. La sorpresa vino, en parte, porque solo llevaban tres meses embotellando aceite. ‘Nos motivó mucho para seguir apostando por la calidad’, expone.

Llevaban tan poco porque el primer año no consiguieron embotellar por problemas con la imagen de producto. La empresa que debía encargarse de ello tardó más de lo que habían acordado inicialmente. Así que no les quedó otro remedio que vender el producto a Italia.

Ahora, comercializan el aceite especialmente en Madrid, aunque también venden a Málaga, Marbella o Alicante. En su lista de exportación están Canadá, Polonia, Reino Unido y, desde este año, a Suiza, solo que en pequeñas cantidades. ‘Nos gusta ir despacio’, afirma.

Madrid aceitero

Pese a que es consicente de que a veces la idea de Madrid es la capital, con sus edificios y asfalto, Pedro recuerda que en la Comunidad de Madrid también hay campo, ‘con tierras muy buenas que dan frutos espectaculares más allá del aceite’.

‘Tenemos pequeñas extensiones pero de gran calidad. Haciendo las cosas bien y recogiendo el fruto en su momento óptimo, recolectando en verde como hacemos nosotros a mediados de octubre, se consiguen aceites de gran calidad, también a nivel de la salud’, expone.

Defiende el consumo de tres cucharadas soperas diarias al día, como también lo hace algún restaurante con Estrella Michelín que utiliza su aceite para tomárselo de aperitivo con un buen pan de masa madre.

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