El negocio de los bidones de gasolina, unas ‘bombas de relojería’ para abastecer a las narcolanchas

‘Una verdadera bomba de relojería’. Esa es la definición que dio la Guardia Civil de la furgoneta que intervino en Chiclana de la Frontera (Cádiz) el pasado viernes. La carga, 5.025 litros de gasolina repartidos en 201 garrafas. Dos días más tarde, el domingo, se interceptaron 35 bidones en una estación de servicio jerezana. El destino de todo este combustible, presumiblemente, era el mismo: narcolanchas.

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