El creador del vaso viral para llevar comida y bebida en la misma mano: ‘Así, puedes usar el móvil’

Como hace casi cada día, el pasado 3 de agosto el empresario madrileño David Ramos grabó un vídeo para contar las bondades del nuevo producto de su catálogo. ‘Os presentamos esta pieza: combo-vaso. Para usarla en festivales, en esos eventos de pie, en ese concierto’, decía, animado y con música electrónica detrás. ‘¿Y qué es? Es una pieza en la que aquí [arriba] tendremos la burger, el pollo o lo que sea; aquí [abajo] metemos el vaso. Ponemos la bebida, metemos la pajita, cerramos… y aquí podemos meter un salserito. Estamos en nuestro festival escuchando la música y comiendo, bebiendo, mojando, gocheando y disfrutando con esta súper pieza’.

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Aunque no es la primera vez que un vídeo se le viraliza, los que Ramos sube a la cuenta de su empresa, Klimer, rara vez pasa de las 50.000 visualizaciones. El vídeo del combo-vaso lleva ocho millones. ‘Lo colgamos como cualquier otro producto de los que sacamos y no sé qué leches ha pasado, que ha llegado a todo el mundo’, dice sorprendido. ‘Hace tres días empezó a salir por Twitter, lo repostearon desde Forocoches… Y de repente no te explicas cómo, pero te están escribiendo de Australia, Costa Rica y Estados Unidos. Al final no deja de ser una pieza de cartón, no es maquinaria especial’.

Veinte años innovando

La historia de cómo creó este empresario un envase que ha despertado tantas pasiones —’la innovación española siempre a la vanguardia’, tuiteó la cuenta de Forocoches; ‘la idea es cojonuda’, ‘genio’ o ‘mis dieces’ dijeron algunos comentaristas— es sencilla, porque Ramos lleva veinte años dedicado al sector. Empezó muy joven trabajando como relaciones públicas en discotecas madrileñas tipo Élite y Pachá y pronto entró a trabajar en la empresa de limpieza de su madre.

‘Mi familia siempre ha sido de ir a cenar fuera. Llegó un punto en que los propietarios de las discotecas que conocía empezaron a montar restaurantes y yo les surtía con todo el material de limpieza’, explicó entonces. ‘Con el tiempo les empecé a vender también los vasos de tubo, las pinzas… al principio, bajo el paraguas de la empresa de mi madre. Al final, empiezas a tener clientes, demuestras en casa que no te gusta estudiar pero que no se te dan mal los negocios y conseguí cambiar el nombre comercial de la empresa a Klimer y reorientarla en 2004’. Desde entonces, Klimer vende material para hostelería (entre otros, ha trabajado para StreetXO y Diverxo, del cocinero Dabiz Muñoz) y eventos.

Para hacer el combo-vaso trabajó con un diseñador industrial que se lo dibujó en papel. ‘Luego usas un troquel para cortar el cartón. Y luego le haces unos pliegues para que el montaje sea sencillo’, cuenta. ‘Como esto hemos hecho muchas cajas para tartas, hamburguesas, costillas… Y el vídeo es de los que menos hemos pensado, no salgo ni haciendo el tonto ni nada. Pero ha sido tremendo. Buscábamos una solución para que tú pudieras tener un vaso en el concierto en el que tomarte tu whisky y cenar a la vez. Trasteamos y es cierto que hay cosas en el mercado, pero no iguales’. El súper cono de la cadena chilena D’Poyo y los FriSnacks de la marca colombiana Frisby son conceptos muy similares. Aunque lo plantearon como un producto personalizable (que cada restaurante le pusiera su marca), el éxito en redes ha sido tal que harán una tirada con diseño estándar para que potenciales clientes lo puedan probar. Cada pieza cuesta 0,35 euros.

Cuenta Ramos que, aunque lleguen un poco tarde a la temporada festivalera, durante el año sigue habiendo muchos eventos gastronómicos, eventos y ferias en los que podrán vender su creación. Y que desde hace un tiempo diseñan todo pensando en el móvil.

‘Dentro del mundo del catering y los eventos, pensamos soluciones que dejen una mano libre para hacer una foto. Tenemos una bandeja en la que se incorpora la copa para que puedas dejar las croquetas, por ejemplo, ahí’, dice. ‘Piensa en la última boda a la que hayas ido: estás con la copa de vino y viene el camarero con una cazuelita de risotto. Al final tienes que dejar el móvil en algún sitio. Buscamos productos prácticos y que tengan sentido’.

2024 08 21 17 37 49 Bandeja de madera personalizable pintor Ameba coctel para copa color roble 26×22 / Klimer

Preguntado por su último invento relevante, Ramos menciona la bandeja colgante para camareros. ‘Es como las que llevaban las cigarreras: como una caja en la que puedes meter vasitos, brochetas o conos, los tres formatos más usados. Hemos ido avanzando y ahora tenemos una redonda de ochenta centímetros que el camarero lleva por delante y por detrás’.

La bandeja colgante redonda / Klimer

Pero quizá sus ideas más sonadas y reconocibles sean el minicuchillo de carnicero y la minicesta de freidora, tan popular en restaurantes para servir croquetas o ‘fingers’ de pollo. ‘La minicesta fue hace diez años. Empezamos a tenerlas y las vendíamos muy caras, a veinte euros o así. Primero sacamos una que tuvo DiverXO y luego hicimos dos tamaños más’, relata. ‘Al poco tiempo empezaron a llegar nuestros propios proveedores con la misma freidora a seis euros. Ya habíamos vendido cestas a todos nuestros clientes y estábamos a otra historia. Las tenemos en la exposición de Klimer y si alguien las quiere puede comprarlas, pero es verdad que ya están un poco desactualizadas’.

Financieramente, a Klimer le ha empezado a ir especialmente bien a partir de la pandemia, según se observa en el histórico de las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Entre 2020 y 2023 ha multiplicado su facturación, pasando de 1,9 a 4,8 millones, y beneficios, de 42.000 a 200.000 euros. Ramos considera que su crecimiento es ‘natural’ desde hace veinte años, pero que la pandemia y la expansión del delivery que esta provocó les posicionaron en un sector en el que antes no estaban.

‘Ahora hacemos mucha cadena de hamburguesería, cajas de tartas para Álex Cordobés, que vende tartas de queso con colas brutales…’, concluye. ‘Siempre buscamos que nuestros clientes tengan algo diferente, porque el mundo del emplatado es más rápido que la informática: la comida y el servicio tienen que ser buenos, pero ahora que está todo el mundo con la fotito es muy importante sorprender’.

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