Vuelve Champix, el medicamento para dejar de fumar en semanas: ‘Facilita la superación del síndrome de abstinencia’

El 25,8% de los españoles de 15 a 64 años fuma a diario y el 36,8% de este grupo de edad ha fumado al menos una vez en el último año, según la Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES). Además del tabaco ‘tradicional’, se debe sumar el uso de cigarrillos electrónicos. El 7,1% de la población ha utilizado estos dispositivos en el último año, y entre los jóvenes de 14 a 18 años, el 54,6% los ha probado.

Muchos fumadores desean dejar de fumar. Las últimas encuestas muestran que el 67,7% se lo ha planteado, pero algunos no saben a dónde acudir o quiénes pueden ayudarlos.

‘Dejar el hábito tabáquico no es una cuestión de voluntad, sino médica’, explica a este periódico el doctor Rafael Vázquez, responsable de la consulta de Tabaquismo y coordinador del Área de Tabaco de la Sociedad Gallega de Patología Respiratoria.

El tabaquismo es una adicción, no un hábito. La nicotina altera el sistema de recompensa cerebral y crea una dependencia física y psicológica comparable a otras drogas. No se trata solo de “querer” dejarlo, sino de enfrentarse a un trastorno adictivo crónico, con recaídas frecuentes.

El tabaquismo es una patología crónica y como en cualquier otra enfermedad, hay tratamientos médicos que aumentan significativamente las probabilidades de éxito. ‘Dejar de fumar sin ayuda médica es posible, pero las tasas de éxito son mucho menores’, señala el neumólogo a este diario.

Uno de ellos es Champix, de la farmacéutica Pfizer. Se trata del primer fármaco comercializado diseñado exclusivamente para ayudar a dejar de fumar. No obstante, la distribución del medicamento se paralizó en 2021 ‘por haberse detectado un nivel superior al recomendable de nitrosaminas’.

‘Estas son unas sustancias potencialmente cancerígenas si se ingieren a largo plazo. Esto, aunque no suponía un riego inmediato para los consumidores, dado que es un tratamiento solo para unas semanas, no crónico, se aconsejó su retirada. Tras la solución del problema se ha vuelto a comercializar’, indica el especialista.

Medicación y seguimiento psicológico

El tratamiento farmacológico debe ir siempre asociado a tratamiento psicológico, habitualmente de tipo cognitivo conductual, y a seguimiento clínico durante tiempo, resalta el doctor Vázquez.

‘Teniendo en cuenta las mismas circunstancias de seguimiento y tratamiento conductual asociado, este fármaco se ha mostrado en múltiples estudios superior a otros utilizados para dejar de fumar. Por ejemplo, las tasas de abstinencia a los 6 y 12 meses son un 7% mejores que bupropion’.

El consumo de tabaco cae a su mínimo histórico pero el de vapeadores se duplica / EFE

Los ensayos clínicos demuestran tasas de abstinencia del ‘33,5% a las 24 semanas y del 28,1% al año, usando este fármaco, siendo superiores a los pacientes que usaron bupropion o terapia sustitutiva con nicotina’.

Así que, su vuelta a las farmacias españolas ‘supone una gran ayuda para el paciente que quiere dejar de fumar, ya que facilita enormemente la superación del síndrome de abstinencia, y asociado a otras terapias permite mantener la abstinencia a largo plazo, disminuyendo la tasa de recaídas’.

Así funciona el fármaco

Champix es un medicamento que actúa sobre los receptores nicotínicos de acetilcolina cerebrales . Estos receptores al ser estimulados liberan dopamina que es la responsable de los efectos de recompensa y refuerzo del consumo.

‘El fármaco se comporta como agonista parcial y como antagonista. Esto quiere decir que estimula de forma parcial la liberación de dopamina aliviando los síntomas del síndrome de abstinencia y, por otro lado, impide la unión de la nicotina al fumar reduciendo los efectos beneficiosos que nota el fumador’, recalca.

Aunque otros fármacos tienen un mecanismo de ‘acción similar, este es el que tiene un nivel de evidencia superior en lo que se refiere a resultados a corto y largo plazo, con muy escasos efectos secundarios y prácticamente nulas interacciones farmacológicas, lo que permite la posibilidad de usarlo prácticamente en todo tipo de pacientes’. 

El tabaco es un problema de salud pública

La nicotina es una droga con un alto poder adictivo y genera dependencia física y psicológica muy potente. El síndrome de abstinencia, que se genera cuando se intenta abandonar el consumo, dificulta el proceso de cesación y condiciona múltiples recaídas. Sin embargo, para el doctor, que sea de ‘aceptación social’ juega un papel fundamental para que se haya convertido un tóxico ampliamente utilizado. ‘El tabaco sigue estando muy presente en determinados entornos (ocio, domicilio, situaciones laborales al aire libre, etc.) y dificulta el abandono que esta conducta continúe siendo aceptada y normalizada’.

Además, a diferencia de otros países europeos, ‘el precio del tabaco sigue siendo bajo en España y eso facilita su consumo, en especial entre los jóvenes’.

Pfizer suspendió la venta de un fármaco para dejar de fumar tras hallar un carcinógeno / LP/DLP

Lo que se debería hacer para reducir el número de fumadores

En palabras del doctor Rafael Sánchez, se debería:

  • Mejorar la ley haciéndola más eficaz y eficiente y muy orientada a prevenir que los jóvenes se inicien en el consumo (las personas que llegan a los 20 años sin fumar es difícil que se hagan fumadores). Y con un empaquetado genérico.
  • Facilitar que los fumadores dejen de fumar. Aumentar las consultas públicas para ayudar al fumador, financiar todos los tratamientos con evidencia demostrada para dejar de fumar sin restricciones asumiendo que el tabaquismo es una enfermedad crónica. Crear consultas especializadas de tabaquismo en cada área.
  • Proteger la salud de los no fumadores frente al aire contaminado con humo de tabaco (por ejemplo prohibiendo el consumo de tabaco en espacios abiertos públicos).
  • Promover desde el Sistema Sanitario el aumento de precio del tabaco.
  • Tabaco

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