La moción de censura a Carlos Mazón vuelve a estar encima de la mesa en las Corts. De hecho, nunca había sido más posible su debate —que no que salga adelante—. Los números no han variado, ni siquiera la posición de Vox, quien ha rechazado en todo momento aliarse con la izquierda para echar al actual jefe del Consell, sin embargo, lo que hasta ahora el PSPV —el único partido con posibilidades de presentarla— evitaba y le generaba cierta incomodidad, ahora no lo descarta y hasta lo usa como ariete de presión sobre el PP y su líder, Alberto Núñez Feijóo.
El cambio de posición lo verbalizó ayer la secretaria general de los socialistas valencianos, Diana Morant. «Si Feijóo no mueve ficha en las próximas horas, el PSPV moverá ficha», indicó ayer la ministra de Ciencia. Fue la frase de la amenaza, que sin concretar en qué consistiría el movimiento de los socialistas, pero sin descartar la moción de censura al ser preguntada directamente por esta.
Ese aireo de la moción de censura supone un cambio de posición de los socialistas valencianos. Este viene dado por los últimos acontecimientos de la semana en los que se han revelado que el president de la Generalitat llegó al Cecopi a las 20:28 horas el 29 de octubre, 17 minutos después de que se enviara el mensaje de alerta masivo para toda la población, una versión de la que, por otra parte, Morant dudó porque, incidió, «de Mazón yo ya no me creo nada».
La estrategia de los socialistas hasta ahora había sido ofrecer al PP sus votos para sacar adelante una sustitución en las Corts por un diputado popular para que dirigiera la recuperación en las zonas afectadas antes de convocar unas nuevas elecciones. No obstante, ante esta nueva versión, la dirigente socialista abrió la puerta a presentar una moción de censura que Compromís viene reclamando desde hace semanas.
El problema para los valencianistas es que se necesitan, al menos, 20 diputados para presentar esta moción, más de los que tienen (15). Los socialistas, con 31, sí que estarían en disposición de llevar a cabo este recurso parlamentario para tratar de forzar la salida del jefe del Consell. Otra cosa es que saliera adelante.
Reprobación tumbada
Este es el paso más complicado, tal y como recordó Morant, quien también justificó que no se haya presentado hasta ahora. «Si Mazón dependiera de nosotros, ya no sería presidente de la Generalitat, pero está en manos de una mayoría parlamentaria que justo la semana pasada ante una petición de reprobación volvió a sostenerlo», señaló, recordando la PNL de Compromís pidiendo la dimisión de Mazón y PP y Vox tumbaron.
El amago de Morant a la presentación de la moción de censura fue recibido con alegría por parte de los valencianistas. Su síndic, Joan Baldoví, señaló que esta hay que presentarla «por dignidad» y aseguró que ya le ha comunicado a Morant su predisposición para reunirse con ella y tratar su voto afirmativo. Una moción de censura requiere presentar un candidato y ha de ser diputado, por lo que si la presenta el PSPV, el presidenciable sería un socialista.
Si Morant trató de incrementar las atmósferas sobre un Carlos Mazón al que se le añade la presión de cada vez más frentes, Vox le abrió un hueco por el que respirar a su derecha. Frente a las dudas que se acumulan por sus distintas versiones, el principal aliado del PP pese a su ruptura en julio y socio necesario por si la formación quisiera sacar adelante un reemplazo, dio oxígeno al president de la Generalitat y evitó pedir su dimisión.
Lo señaló el síndic de la formación, José María Llanos, en una declaración ante los medios de comunicación previa a la de la dirigente socialista. No obstante, dejó claro que los voxistas no están por la labor de mover «cualquier cuestión política que ralentice la reconstrucción». «No es el momento ni lo más conveniente», indicó Llanos quien esquivó todo tipo de preguntas sobre si Mazón debía dejar su cargo, si apoyaría una moción de censura o si daría respaldo a un reemplazo en caso de que la promoviera el PP señalando que lo que toca ahora es la «reconstrucción» y que ver más allá es «adelantarse mucho».
Generar incomodidad
Lejos de poner en jaque la continuidad del president, Vox se muestra cada vez más favorable a sacar adelante los presupuestos para el próximo año, donde trata de poner el foco. Las cuentas se prevé que sean aprobadas el próximo martes en el pleno del Consell y a partir de ahí empiece la tramitación en las Corts. De hecho, Llanos aseguró que las negociaciones con el Ejecutivo están siendo «muy fructíferas».
Sus palabras, y la ausencia de crítica directa hacia la actuación del jefe del Consell el 29 de octubre y las últimas revelaciones sobre su llegada al Cecopi — «me da igual lo que diga, me interesa poco», indicó ayer Llanos— demuestran que a Vox no parece interesarle de momento un cambio al frente de la Generalitat ni azuzar la caída de Mazón ya que ven cómo suben en las encuestas absorbiendo el malestar sobre el jefe del Consell mientras que un cambio de inquilino en el Palau podría desinflar este crecimiento.
Este interés en que Mazón continúe en al frente de la Generalitat dificulta todavía más las posibilidades de que la hipotética moción de censura de los socialistas valencianos salga adelante y que tiene dificultades internas como no poder presentar de candidata a Morant, líder del partido, porque no es diputada. No obstante, esta moción podría ser un gesto de presión hacia el PP ya que la propia la celebración de ese debate podría ser un foco más de incomodidad para los populares. Sería trasladar de nuevo todas las miradas sobre Mazón y el día D, ese del que Génova le ha pedido que se aleje.