Vicent Molins, geógrafo y periodista: ‘Si la ciudad se convierte solo en una operadora turística, no será una ciudad’

No es novedad: los precios de compra y alquiler están desbocados. Las cifras de pernoctaciones turísticas se han desmandado. Los cascos históricos parecen meros photocalls o decorados de película. Los urbanitas que no sean herederos o adinerados lo tienen crudo si quieren seguir viviendo en su ciudad. Todo eso ya lo sabemos, pero es que incluso cuando los ayuntamientos tratan de hacer más fácil la vida de sus vecindarios, acaban también a veces por generar un efecto perverso: las súper illes (súper islas) que peatonalizan calles de Barcelona encarecen los precios de los barrios en los que se implantan, las prohibiciones de despedidas de soltero/a en Ámsterdam han generado que el turismo se multiplique ante la enorme demanda de gente que la quiere visitar sin aguantar vestidos de novia, disfraces grotescos ni borracheras por doquier.

La dinámica es diabólica, y pocos libros (quizá ninguno) son tan clarividentes a la hora de ilustrar las causas como Ciudad Clickbait: Cuando buscar casa en tu ciudad se volvió una pesadilla (Barlin, 2025), escrito por el geógrafo y periodista Vicent Molins (Valencia, 1986). Si en su título anterior, Club a la fuga. Del equipo-ciudad a la airbnbización del fútbol (Barlin 2022), ya nos alertó sobre la realidad de clubes de fútbol tan desposeídos de su masa que se quedan sin socios, ahora nos advierte de una certeza más evidente y ominosa: ciudades sin ciudadanos. Un problemón porque no es solo coyuntural, sino estructural: “Omitimos en esta área la hiper transformación a la que nos ha sometido internet: se plantea el problema de la vivienda como un compartimento estanco”, dice. Pero las causas son mucho más profundas. “Se habla de esto como si solo dependiera de liberalizar suelo o rebajar la carga impositiva a constructores y compradores, cuando es algo que solo se puede solucionar conectando muchísimos puntos, porque viajamos, compramos y vivimos de una manera distinta a como hace veinte años, aparte de que en España haya otras causas endémicas”, afirma.

Vicent Molins / Cedida

La ciudad como ‘influencer’ en busca de ‘likes’

Hemos convertido nuestras urbes en attention whores. En generadores insaciables de likes. Como un influencer cualquiera. En entes necesitados de que les hagan casito. Estar de moda es la nueva panacea, pero si todas y cada una de las grandes capitales de provincia aspirasen a estarlo en base a los mismos parámetros, ¿dónde queda la diferencia entre unas y otras? ¿Cuál será su singular atractivo?

Nuestras ciudades basan su autoestima en la apreciación de los de fuera, no de los de dentro. Hasta el punto de que algunas medidas correctoras pasan por invisibilizar al vecino: Barcelona borró de Google Maps su línea 116 – la que sube al Park Güell – para que fuera indetectable para los turistas. Ocultemos al ciudadano o al servicio bajo la alfombra: solo así se podrá subir al bus sin agobios. Es lo que ocurre cuando se prima el volumen por encima del valor. No es que podamos morir de éxito: es que ya lo estamos haciendo.

“Hay una incapacidad tremenda para anticiparnos, porque el modelo digital de los últimos veinte o veinticinco años ha cambiado nuestras ciudades, que se han transformado físicamente pero no en su modo de gestionarse, y no hemos reflexionado sobre ello: empezamos a tomarlo mínimamente en serio haces tres años, cuando ya teníamos el problema muy encima”, argumenta Molins. “No se trata de elegir entre ciudades turísticas o no turísticas, sino en que la ciudad no puede hacer dejación de funciones, tiene que ser una ciudad, porque si se convierte solo en una operadora turística, no será una ciudad”, razona. Lo que dice recuerda aquello de la abuela con ruedas y la bicicleta: no se puede ser ambas cosas a la vez. Se pregunta Vicent Molins lo siguiente: “¿Cómo no vamos a tener un problema si se ha doblado el número de visitantes en tan poco tiempo?”.

Gentriansiedad y tecnopopulismo

Se empezó con la matraca del “periodismo ciudadano”. Periodismo sin periodistas. Y de ahí hemos pasado a las start ups sin oficinas. No al menos en propiedad. Y a las ciudades sin ciudadanos. Uno de los términos al alza es la ‘gentriansiedad’. El miedo a que nuestros barrios se pongan tan bonitos que sea contraproducente, porque no hay quien viva en ellos debido a su encarecimiento. Ya está pasando. La realidad suele preceder al vocablo que la delimita. La otra clave es el tecnopopulismo: el discurso de que Airbnb, Amazon o cualquier otra gran plataforma (casi todas merodeando el monopolio) son herramientas en favor de la libertad individual, un ariete frente a las fastidiosas burocracias y regulaciones de los ayuntamientos. Las consecuencias de tanta trampa del lenguaje calan desde la ciudadanía a los gobernantes.

“El turismo es una industria que requerimos para sobrevivir, pero es obvio que tiene externalidades negativas”, comenta el autor del libro. Le incomoda, especialmente, el infantilismo que denota el lenguaje de muchos gestores. Aquello que dijo la ex consellera valenciana de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes (cesada tras su gestión los días posteriores a la DANA del 29 de octubre) de que la del turismo es “la industria de la felicidad”. O aquello que dijo su jefe, Carlos Mazón, de que “seremos Comunitat turística o no seremos”, parafraseando un viejo axioma del pensador Joan Fuster.

No se trata de renegar del turismo, sino de no dimitir del resto de funciones de la vieja polis. “Somos ciudades turísticas, pero no debemos ser solo eso: nos sitúa en un monocultivo que nos pone en peligro”, denuncia Vicent Molins. Y si alguien necesita un ejemplo palmario con nombre de ciudad, no anda muy lejos: Ibiza. Cuenta que “es un éxito como marca, pero ningún guardia civil quiere vivir allí porque no puede pagarse un piso, pasa como en Euskadi en tiempos de ETA, aunque por otras razones”. ¿Por qué? “Porque como ciudad es un fracaso”. Es la consecuencia de elegir ser solo touroperadores, en lugar de ciudades.  

  • Libros
  • Turismo
  • vivienda
  • Precios
  • Internet

Related Posts

Load More Posts Loading...No More Posts.