En el verano de 1998, miles de jóvenes indies –porque por aquel entonces la ¿escena? aún no peinaba canas– encontraron consuelo sentimental en la letra de La playa. Fue el tercer single de Una semana en el motor de un autobús, el álbum que consagró a Los Planetas, después del Súper 8 (1994) y Pop (1996). Su fandom y el de tantas bandas dedicadas al pop que aún no era mainstream tenían cierta tendencia a recrearse en sus pesares amorosos y frases como “El verano que estuviste en la playa/ Y yo estaba solo en casa/ Sin saber lo que pasaba/ Y no me llamaste ni una sola vez” llegaban directas a sus corazones dañados y un tanto rencorosos, la verdad.