El mar es el hábitat de millones de animales y plantas. Por ello, un día de playa o de natación puede convertirse en una jornada muy desagradable si se acerca algún visitante indeseado. Aunque hay muchos peces, algas y otras especies inofensivas que conviven con los bañistas en las zonas más próximas a la costa, no todos son igual de peligrosos.
Los tiburones son muy temidos en todo el mundo. A pesar de que los humanos en principio no son sus presas, si un ejemplar se siente en una situación de amenaza o se confunde de presa, sí podría atacar a una persona. Por este motivo, en el caso de que durante tu baño en el mar aparezca un tiburón, conviene saber cómo comportarse para evitar un encuentro con desenlace fatal.
¿Cómo evitar a los tiburones en el mar?
Lo primero de todo es la prevención. Conocer cuáles son las zonas y playas de mayor presencia de tiburones y estar al tanto de las informaciones publicadas por las autoridades con respecto a este tema ayudará a esquivar una sorpresa muy desagradable.
Además, evita situaciones arriesgadas: el olor a orina y a sangre atrae a los tiburones, por lo que no entres al agua con heridas sangrantes y trata de no hacer tus necesidades durante el baño. También conviene alejarse de animales muertos que podrían despertar su apetito, por ejemplo, no se debe nadar cerca de barcos pesqueros que podrían atraer a un tiburón con sus peces como cebo.
¿Qué hacer si aparece un tiburón?
Pero te encuentras un tiburón en la playa, lo fundamental es mantener la calma. No solo porque te ayudará a pensar con claridad, sino también porque así no llamarás su atención. Aunque se debe tratar de retroceder con cautela y de salir del agua despacio, los expertos recomiendan encarecidamente no hacer aspavientos.
La buceadora experta y fundadora de una empresa de safaris oceánicos Kayleigh Nicole Grant tuvo que vivir esta situación hace unos meses y lo filmó con su propia cámara: ‘Los tiburones tienen instintos naturales y chapotear, asustarse y nadar lejos de ellos puede desencadenar su instinto de presa. Es mejor permanecer en calma, mantenerse firme, establecer contacto visual y, si es necesario, empujarlos’, expresaba en su publicación en noviembre de 2023.
Así, se recomienda respirar hondo y tocar con suavidad la cabeza del tiburón para desviar con cuidado su trayectoria, sin hacer movimientos bruscos, ni dejar de mirarlo, porque así no pensará que somos su presa. En ningún momento hay que nadar en dirección contraria, puesto que podría seguirnos para seguir explorando, ni darle la espalda, para que cualquier posible avance no nos pille por sorpresa.
En el caso de tener defenderte ante un ataque inminente, si tienes a mano cualquier objeto como una tabla de surf o un equipo de buceo, trata de golpear sus ojos o branquias, puesto que son sus zonas más sensibles y podría desorientar al tiburón durante algunos segundos que para ti serán fundamentales para intentar retirarte. Además, intenta proteger con tus brazos tus partes vitales, como tu cabeza y tu cuello. Si te hiere, no te detengas a examinar tus heridas en el momento, puesto que la prioridad será alejarte y salir del agua lo antes posible.
Y sobre todo, no tires la toalla. En ocasiones los tiburones se acercan a husmear y se alejan sin atacar o solo hincan el diente una vez con el llamado ‘mordisco exploratorio’ para saber si esa criatura les sirve como alimento y, al comprobar que no, se marchan.
Si estás en altamar, procura alertar y pedir ayuda a otros acompañantes o a alguna embarcación cercana. En cuanto se pueda, se debe avisar a las autoridades, a los socorristas o a cualquier otra persona que pueda encargarse de informarles.
Todos estos consejos no son un mecanismo milagroso, ya que cada situación puede ser distinta, pero conviene tenerlos en mente para salir bien parado de un posible encuentro. Aun así, no hay que caer en pánico, puesto que el encuentro con un tiburón en España, si bien no es imposible, es poco frecuente. Según la web especializada International Shark Attack, solo se han registrado trece ataques de tiburón en nuestro país desde que existen registros (los últimos 177 años) y ninguno de ellos ha tenido como desenlace una víctima mortal.