El Pleno de la Junta Municipal de Puente de Vallecas aprobó el pasado miércoles, con el respaldo de todos los grupos políticos excepto Vox, una proposición para dedicar un espacio público a Vicente Cuervo, joven militante anarcosindicalista asesinado por elementos de extrema derecha en 1980. Los jardines situados entre las calles Sierra Bermeja y Antonio Folgueras llevarán su nombre, un reconocimiento largamente demandado por su familia y por la Asociación Vecinal de Puente de Vallecas-San Diego.
La iniciativa, que aún debe ser ratificada por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid —un trámite que se considera formalidad—, cuenta con el apoyo de organizaciones de víctimas del terrorismo como COVITE, la Fundación Miguel Ángel Blanco y el colectivo 11M Afectados del Terrorismo, así como del Colectivo por los Olvidados de la Transición.
Este consenso social ya se había manifestado el pasado 10 de febrero, durante un acto de homenaje a Cuervo en el que participaron autoridades como Montserrat Torija, directora general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior, y Rocío López, comisionada del Gobierno regional para la atención a estas víctimas.
Un crimen político en la Transición
Vicente Cuervo, militante de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), tenía solo 21 años cuando fue asesinado el 10 de febrero de 1980. Su muerte ocurrió durante una agresión perpetrada por individuos vinculados al Frente Nacional del Trabajo (FNT), el brazo sindical de Fuerza Nueva, partido liderado por Blas Piñar. El suceso se produjo apenas nueve días después del asesinato de Yolanda González, otra joven víctima de la violencia ultraderechista en aquella época convulsa.
A pesar de la claridad del contexto político del crimen, Cuervo no fue reconocido oficialmente como víctima del terrorismo hasta 2023, cuando el Gobierno le concedió la Gran Cruz del Reconocimiento Civil. Su caso simboliza la lucha por la memoria de quienes sufrieron la represión durante la Transición, un periodo en el que la violencia política, especialmente la ejercida por grupos de extrema derecha, quedó en muchos casos impune.
Puente de Vallecas ha sido escenario de atentados de ETA, del terrorismo yihadista y de la violencia de extrema derecha, pero hasta ahora no contaba con ningún espacio dedicado a las víctimas de este último. La decisión de la Junta Municipal subsana, en parte, esa omisión histórica.