La de este año será una edición de PHotoEspaña que tendrá como hilo conductor la historia, la de la fotografía y la del mundo, dos evoluciones que discurren en paralelo desde hace casi dos siglos, cuando se inventó este nuevo medio capaz de congelar el tiempo en una imagen exacta de la realidad. La cita pretende ofrecer una reflexión sobre la imagen frente a los grandes desafíos contemporáneos, desde la Inteligencia Artificial a la memoria democrática o la crisis climática. Será además una edición en la que el festival de fotografía más importante de España recuperará en Madrid, la ciudad donde se fundó y que sigue siendo su sede principal, su tradicional eje Prado-Recoletos, con el regreso del Museo Thyssen-Bornemisza y del Prado como espacios expositivos. La capital no será su única sede: este año se desdobla en 10 ciudades que lo acogen del 30 de abril al 14 de septiembre. Además, por primera vez contará con un país invitado: Chile.
Después de todo es el título esta vez de un festival que, según su directora María Santoyo, girará en torno a la historia “no solo como testimonio, sino también como agente de disidencia”, en la línea de esa fotografía humanista, solidaria y empática que surgió después de la Segunda Guerra Mundial y que aspiraba a cambiar el mundo. Empleaba Santoyo una cita de Eugene Smith, uno de los grandes fotoreporteros del siglo XX, quien decía que la fotografía es un medio de expresión poderoso que, bien empleado, es un gran poder para nuestro mejoramiento e inteligencia, pero mal empleado puede encender muchos fuegos inoportunos. “Esta cita es de 1948 pero resuena especialmente hoy”, señalaba la responsable del festival. ‘Nos preocupa la fotografía mal empleada, nos preocupa la inteligencia artificial, nos preocupan los fuegos activos a nuestro alrededor, como dice Smith, y cómo puede posicionarse la imagen frente a ellos’.
Candida Höfer, 'Villa Medici Rome I' (2001). / Cortesía del Museo Helga de Alvear, Cáceres.
Precisamente Después de todo es el título de la exposición principal de esta edición. Se celebrará en Serrería Belga y se centra en el contenido fotográfico de la Colección Helga de Alvear. Recorre un siglo de fotografía europea, desde Eugène Atget hasta la Escuela de Düsseldorf, una de las que tuvieron más influencia en la historia de la imagen contemporánea porque “es a partir de ese momento cuando la fotografía se empieza a incorporar en la práctica artística contemporánea”, explica Santoyo. La muestra incluye trabajos de nombres pertenecientes a aquella escuela como Andreas Gursky, Thomas Struth y Candida Höfer, y también de antecesores como el matrimonio formado por Bernd y Hilla Bercher. Comisariada por la directora del Museo Helga de Alvear de Cáceres, Sandra Guimaraes, se trata de un proyecto que ya se había empezado a trabajar con de Alvear y su equipo antes de que la importante galerista española de origen alemán falleciera el pasado 2 de febrero, por lo que también se presenta como un homenaje a esta figura decisiva en nuestro panorama artístico.
Chile, arquitectura y descolonizaciones
Dentro de la sección dedicada a Chile como país invitado, destaca la exposición de Lotty Rosenfeld que acogerá el Círculo de Bellas Artes. Rosenfeld es uno de las grandes nombres del videoarte, un medio que utilizó con una clara vocación de protesta durante la dictadura de Pinochet. La muestra dedicada a Michael Mauney en Casa de América presenta el trabajo con el que el reportero de la revista Life documentó el Chile de Allende, primer país en elegir democráticamente a un presidente marxista, y la de Julia Toro en el Museo Lázaro Galdiano saca a relucir cómo la protesta se puede llevar a cabo desde los territorios más íntimos y personales, como los desnudos con los que trabajó a menudo la artista. El programa se completa con una exposición en Santander sobre las culturas ancestrales de la Patagonia que fueron prácticamente exterminadas durante la colonización de Tierra de Fuego.
Lotty Rosenfeld, 'Paz Para Sebastián Acevedo' (Valparaíso, Chile, 1985). / CORTESÍA FUNDACIÓN LOTTY ROSENFELD
Otra memoria democrática, la ibérica, será protagonista en el caso de las exposiciones dedicadas a los fotoperiodistas Marisa Flórez y Rui Ochoa, que protagonizan dos exposiciones que recorren cinco décadas de historia política, social y cultural en España y Portugal, respectivamente, desde las transiciones que sacaron a ambos países de sus dictaduras hasta nuestros días. La España franquista es uno de los países en los que puso su mirada el neoyorquino Joel Meyerowitz, un trabajo que se podrá ver en el Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa.
La relación entre fotografía y arquitectura, tan importante para la citada escuela de Düsseldorf, será el tema sobre el que se articulen las exposiciones de Emilio Pemjean, una muestra que reúne maquetas, fotografías y vídeos que reinterpretan arquitecturas desaparecidas del siglo XX en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), y de Felipe Romero en la Fundación Mapfre. El de este último, sobre el tramo del Río Bravo donde miles de migrantes aguardan su destino y que él plasma en imágenes de paisajes, arquitecturas y retratos, es el proyecto ganador del segundo KBr Photo Award puesto en marcha por la fundación que lo acoge.
Regresan Prado y Thyssen, y se incorporan más museos
La vuelta del Museo del Prado a PHotoEspaña se produce con una exposición que lleva por título Poder esencial, y que ha sido desarrollada, explica Santoyo, ‘por su departamento de educación, que lleva 5 años trabajando con un grupo de mujeres del ámbito rural del Valle del Jerte y que han incorporado la fotografía y la representación fotográfica en sus procesos educativos. Lo que veremos será una muestra de retratos y autorretratos de ese grupo de mujeres’. En el Thyssen, otro retorno esperado, se podrá ver una muestra inédita de los fotocollages de Isabel Coixet, ‘que curiosamente también tienen un elemento de denuncia y de relación con el entorno, pero a su vez evocan esos fotocollages del periodo de vanguardias que contiene la propia colección del Thyssen’, explica la directora del festival.
Uno de los fotocollages de Isabel Coixet. / Cedida
Otros dos importantes museos se incorporan por primera vez a la cita fotográfica madrileña. En el Museo Nacional de Antropología se podrá descubrir el trabajo de Ayana V. Jackson, fotógrafa americana que acaba de tener una importante exposición en el Smithsonian de Washington y que, en esta primera individual en España, muestra un trabajo muy vinculado con su propio cuerpo y con el autorretrato que se puede enmarcar en los procesos de descolonización del arte que también están llegando a los museos españoles. La artista será además protagonista de uno de los encuentros con el público que ofrece el festival. Al Museo Arqueológico Nacional, por su parte, llegará el trabajo de la argentina Sofía Crespo, uno de los grandes exponentes del arte generativo y que utiliza la IA en una obra guiada por la preocupación por el medioambiente. En PHotoEspaña se expondrá un proyecto en el que interviene imágenes de las cuevas de Altamira superponiéndoles un ojo digital. Con él, la artista defiende que la tecnología actual puede convertirse en legado.
Ayana V. Jackson, 'She was not only brave she was beautiful', (2023). Press Image. / Cortesía de la artista y de Mariane Ibrahim
Una colaboración importante que se puso en marcha el año pasado, la del Teatro Real con el festival, se repite en esta edición. Si entonces (todavía se pueden ver) fueron las fotografías realizadas por el compositor Giacomo Puccini las que protagonizaron la exposición en el coliseo madrileño, esta vez serán las de temática shakesperiana de la pionera de la fotografía inglesa Julia Margaret Cameron, coincidiendo con uno de los hilos conductores que regirán la programación del Real en su nueva temporada.
En una edición que se presenta entre las más paritarias hasta la fecha (el 48% de las exposiciones tienen como protagonistas a mujeres), otro de los nombres protagonistas será el de Dora Maar, ‘que tiene toda una trayectoria fotográfica de muchísimo valor más allá y más acá de su relación con Picasso’, defiende Santoyo. De ella se expondrán en el Museo Lázaro Galdiano fotos de calle y dibujos, tanto figurativos como abstractos, con los que la artista quiso plasmar la vida cotidiana. El trabajo de dos grandes fotógrafas mexicanas, Lourdes Grobet y Graciela Iturbide, tomará las paredes de otro palacete de principios del siglo XX, el que alberga la Casa de México. Desde el festival están intentando que Iturbide visite Madrid con ocasión de la muestra.
En un festival que contará con un total de 130 exposiciones y 360 artistas implicados, de los que un 60% son españoles, habrá también citas importantes en diferentes ciudades. Barcelona albergará dos exposiciones en KBr Fundación Mapfre, una sobre un clásico como Robert Weston y otra en la que se aborda la convulsa década entre 1929 y 1939 en la fotografía norteamericana. En Valencia, Bombas Gens mostrará el resultado del primer premio de comisariado José Luis Soler, mientras el festival colabora en diferentes iniciativas, tanto de la Agencia EFE como de la Universidad Politénica de la ciudad, para preservar la memoria de la DANA y restaurar tantos álbumes familiares arruinados por las inundaciones. Pero será Santader la ciudad que acoja más iniciativas, después de Madrid. Además de la citada muestra sobre los pueblos de la Patagonia en la Biblioteca Central de Cantabria, se podrán ver muestras centradas en la fotoperiodista estadounidense Ruth Orkin (Centro de Documentación de la Imagen de Santander), en el trabajo que Isabel Muñoz realizó en yacimientos arqueológicos de Turquía (Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira) y en los recientos experimentos con la IA del fotógrafo y pensador sobre este medio Joan Fontcuberta, primer fotógrafo español que ha tenido una individual en el MoMA neoyorquino (Naves de Gamazo).
Esta año, además, el Festival OFF consolida su peso dentro de PHotoEspaña, implicando a más de 40 galerías de arte madrileñas, y a ese recorrido se sumará por primera vez, en septiembre, un nuevo Circuito Abierto que discurrirá por espacios expositivos alternativos de la ciudad.
El presupuesto total del festival, suma del de cada una de sus exposiciones, es por el momento es de 1.170.000 euros, de los cuales un 71% de los recursos son privados y el resto públicos. ‘No es que no lluevan un millón y pico de euros del cielo’, aclara la directora de la cita, ‘sino que, en definitiva, es un crowdfunding’.
‘Para nosotros es importante asentar el festival como una cita absolutamente inclusiva en la que todos los usos de la fotografía puedan tener cabida. Todas las tendencias, desde la fotografía histórica a las nuevas corrientes o los nuevos usos fotográficos, más híbridos’, argumenta María Santoyo, que concluye: ‘El sector fotográfico se ha visto por mucho tiempo lastrado por una falsa dicotomía entre la fotografía como arte y la fotografía como documento. Y en este casi segundo centenario de la foto, todo está mucho más hibridado y una serie artística puede ser un buen documento de la realidad’.