Hubo una vez una oferta de quita de deuda a Cataluña, extendida después al resto de comunidades, que encendió la ira del PP y sus presidentes hasta el punto de llevar un pleno monográfico al Senado alertando de que la oferta del Gobierno de España era un regalo envenenado, que nadie se atreviera a coger el cheque. Eso fue en noviembre. ¿Se acuerdan cuando la unidad de España se iba al garete por esa oferta de Pedro Sánchez? La política nacional se despeña por el filo del precipicio tantas veces en tan poco tiempo que es imposible retener en la memoria tantos incendios.