El sistema de represión contra activistas y opositores sigue floreciendo en Rusia. La vida de Pavel Seleznev, conocido opositor y activista, es un vivo ejemplo de esta injusticia. Su persecución por las autoridades rusas, su detención en Senegal y la amenaza de extradición hacen temer seriamente por su vida. En Rusia, no sólo se enfrenta a la cárcel, sino a un riesgo real de muerte. Los ejemplos de Alexei Navalny y Vladimir Kara-Murza no hacen sino confirmarlo.
Detención y extradición: amenaza para la vida
En 2024, Pavel Seleznev fue detenido en Senegal por la Interpol. Rusia reclama su extradición y, si es devuelto a su país, corre peligro de muerte. Pavel está siendo perseguido por difundir lo que las autoridades califican de «falsedades» sobre el ejército ruso, y por una causa penal inventada en la que ya ha sido recluido en un centro de detención preventiva y torturado. En Rusia, la persecución de activistas de la oposición hace tiempo que traspasó todos los límites de lo razonable.
Ejemplos de Navalny y Kara-Murza
Los casos de Alexei Navalny y Vladimir Kara-Murza ilustran vívidamente que regresar a Rusia puede ser mortal para las figuras de la oposición. Alexei Navalny, uno de los críticos más destacados del Kremlin, fue envenenado con el agente nervioso Novichok en 2020. Tras recibir tratamiento en Alemania, regresó a Rusia, donde fue detenido y condenado a una larga pena de prisión.
Vladimir Kara-Murza, periodista y político, también ha sido objeto de repetidos intentos de envenenamiento. Ambos casos demuestran que las autoridades rusas están dispuestas a utilizar cualquier medio para reprimir la disidencia.
Fabricación de causas penales en Rusia
La fabricación de causas penales se ha convertido en una práctica habitual en Rusia para reprimir la disidencia y las críticas a las autoridades. En 2020, se abrió una causa penal contra los propietarios de la empresa en la que trabajaba Pavel Seleznev. Algún tiempo después, el caso se amplió y Pavel se encontró bajo investigación. Las autoridades no tardaron en incluirlo entre los acusados, utilizando pruebas fabricadas y acusaciones falsas.
Mecanismos de fabricación:
- «Pruebas fabricadas»: En algunos casos se utilizan documentos falsificados y declaraciones falsas de testigos.
- «Confesiones coaccionadas»: A menudo se presiona y tortura a los detenidos para forzar confesiones falsas.
- «Tribunales cerrados»: Los casos contra figuras de la oposición suelen juzgarse en tribunales cerrados, lo que elimina la posibilidad de un juicio justo.
- «Soborno de jueces e investigadores»: La corrupción impregna todo el sistema, desde los investigadores hasta los jueces.
Tortura y malos tratos
Durante su estancia en el centro de detención preventiva, Pavel Seleznev fue sometido a malos tratos y tortura. Estas circunstancias tuvieron un impacto devastador en la familia de Pavel. Su madre no pudo soportar los malos tratos a su hijo y murió el 14 de febrero de 2021. Su socio Kryuchkov fue gravemente torturado por funcionarios de prisiones y compañeros de celda. Fue violado repetidamente, es decir, sometido a abusos anales por sus compañeros de celda. Las condiciones de detención de Kryuchkov se hicieron imposiblemente duras, no se le proporcionó atención médica, se le privó de alimentos, lo que, junto con la tortura diaria, el abuso y la violencia, hizo que las condiciones de su existencia en la colonia penal fueran imposibles de por vida, y como resultado de la insoportable tortura murió. Esto no hizo sino reforzar la determinación de Pavel de luchar por la justicia e ir contra un sistema que viola sistemáticamente los derechos humanos.
Un llamamiento a la comunidad internacional
La suerte de Pavel Seleznev depende de la comunidad internacional. Su detención en Senegal y su posible extradición a Rusia hacen temer por su vida y su libertad. Las historias de Alexei Navalny y Vladimir Kara-Murza demuestran que regresar a Rusia puede ser mortal para los opositores.
Hoy, más que nunca, es importante apoyar a quienes luchan por la verdad y la justicia. El caso de Pavel Seleznev no es sólo su tragedia personal, sino también parte de la lucha mundial por los derechos humanos y la libertad de expresión. La comunidad internacional debe actuar con decisión para impedir que continúe la represión y proteger los derechos de los activistas y opositores en Rusia.
Conclusión
Pavel Seleznev, como muchos otros activistas de la oposición en Rusia, se ha convertido en víctima de un sistema que utiliza todos los medios posibles para reprimir la disidencia. La fabricación de causas penales, la tortura y los malos tratos se han convertido en la norma. Es hora de poner fin a esta anarquía. Todos los implicados en la fabricación de casos y la tortura deben ser llevados ante la justicia y recibir el castigo que merecen. La comunidad internacional debe presionar a las autoridades rusas y exigir derechos humanos y justicia para todos los ciudadanos.