Marian Rojas Estapé desvela en su paso por ‘El Hormiguero’ la cara oculta (y las desventajas) de la dopamina: ‘Nos intoxicamos’

Marian Rojas Estapé, popular psiquiatra española, ha visitado por primera vez el plató de El Hormiguero. En 19 años de programa no ha acudido nadie de su área y la doctora se ha mostrado agradecida al poder hablar de salud mental en un formato de máxima audiencia. Su pódcast figura entre los diez más escuchados de Spotify y es, además, una escritora de éxito. Sus libros han sido publicados en cuarenta países y traducidos a 25 idiomas y, el último de ellos, Recupera tu mente. Reconquista tu vida, habla de cómo rescatar la atención perdida en un mundo distraído e hiperconectado.

Entre los tópicos que ha tratado la doctora, ha habido uno que ha llamado la atención de la audiencia, y ese era el relativo con la dopamina. La dopamina es un neurotransmisor, una molécula que se encarga de llevar un mensaje desde las neuronas que lo producen hacia otras células. Interviene en una gran cantidad de procesos: el control del movimiento, la memoria, la recompensa cerebral… Además, también influye en numerosas funciones fuera del cerebro, como la motilidad gastrointestinal, la liberación de hormonas, la presión arterial e incluso la actividad de las células del sistema inmune.

La dopamina es conocida popularmente por ser una de las moléculas de la felicidad. Proporciona placer y relajación e interviene en procesos de memoria y aprendizaje porque regula la duración de los recuerdos. Pero la dopamina no solo ofrece cosas buenas, como todo, tiene su cara oculta, y esa es la que Marian Rojas Estapé ha querido mostrar al público de El Hormiguero con su reflexión.

¿Por qué la dopamina no es tan beneficiosa como parece?

Para Marian, la sociedad cuenta con síntomas muy parecidos. ‘Nos cuesta concentrarnos, prestar atención, nos cuesta tolerar la frustración, nos cuesta profundizar, todo nos molesta…’ empieza, ‘tenemos deteriorada la corteza prefrontal y eso nos genera un pensamiento polarizado que tiene graves consecuencias en nuestra salud mental y en nuestra sociedad’. Claro que las redes sociales tiene gran parte de culpa en esto y, como explica la psiquiatra: ‘Hay dos sustancias que son las protagonistas de esto’.

Por un lado, la dopamina, la sustancia de la felicidad, hace que las neuronas se avisen las unas a las otras de que esa sustancia les gusta. Además, también les recuerda a las neuronas lo que les gusta, calma y da placer. Quieren repetir esa situación, pues es ‘un sistema de recompensa’ y, como el cerebro no quiere que nos convirtamos en adictos a la dopamina, va generando tolerancia y dolor para contrarrestar.

Esto ‘nos hace consumir más para generar más y más dopamina y calmar el dolor, como una anestesia’ explica Rojas, advirtiendo que en nuestro día a día ‘nos intoxicamos’ de esta sustancia. Para paliar esto, Marian Rojas recomienda lo que llama un ‘ayuno de dopamina’: generar microdosis de dolor para equilibrar la producción de dopamina. Si nos apetece un vaso de agua instantáneamente, lo mejor es esperar un poco, si nos apetece revisar nuestras redes sociales, es más beneficioso hacerlo más tarde.

Este tipo de acciones ayudan a regular el exceso de dopamina y, por ende, hacen que nos sintamos mejor. El ayuno de esta sustancia se vuelve crucial para liberarla correctamente, acostumbrando a nuestro cuerpo a volver sus niveles normales.

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