Marisa Paredes ha fallecido a los 78 años, como afirmaba la Academia de Cine, institución que presidió durante tres años, este 17 de diciembre. La que ha sido una de las actrices más destacadas del cine español cuenta con más de 75 películas, 80 series y 10 de obras de teatro que fueron también internacionales. Su residencia actual está en Justicia, en el madrileño barrio de Chueca, donde no era demasiado complicado verla pasear como una vecina más. Pero su Madrid comenzó en la plaza Santa Ana, donde estaba la vivienda familiar en la que creció. Su madre era la portera de la finca rodeada por el Teatro Español, aquel en el que Paredes quiso entrar a trabajar a toda costa, ocupando el puesto que fuese, y el Teatro de la Comedia. Del primero de los teatros existe un vídeo en el que aparece preparando un ensayo en el año 1970.
Aunque su casa actual estaba en Chueca, compartía una segunda residencia en la capital con su pareja, Chema Prado, a la que acudía casi todos los días, como aseguraba en 2018 a la revista AD. Se trata de un apartamento de 120 metros cuadrados situado en la planta 21 de Torres Blancas al que se mudaron juntos en 1980. Fue la primera vivienda que compartió la pareja, antes de mudarse a la calle Almirante, donde pasaban la mayor parte del tiempo. El piso ubicado en Avenida de América, en el icónico edificio diseñado por Francisco Javier Sáenz de Oiza, funcionaba como oficina de ambos. Fue retratado por AD, medio en el que la artista y Prado contaban cómo habían querido preservar el diseño original: un gran salón del que salen la cocina y dos habitaciones con baño en suite, una de ellas convertida en despacho, que se mezclaba con una gran cantidad de regalos artísticos de amistades como Pedro Almodóvar, quién obsequió unas fotos a la artista, o el escultor Robert Graham.
Madrid también fue parte y escenario de su trabajo. Al inicio de La flor de mi secreto (Pedro Almodóvar) película que le valió la nominación al Goya que no ganó, Marisa Paredes interpreta a Leo Macías, una escritora de novela rosa que intenta quitarse unos botines que le aprietan con poco éxito. Esta escena tiene lugar en Plaza de Puerta de Moros, en La Latina. El Teatro María Guerrero también fue otra localización emblemática: en Tacones lejanos, también de Almodóvar, la actriz interpreta Piensa en mí poniéndose en la piel de la diva de la canción Becky del Páramo con la voz de Luz Casal, dentro de este teatro. En la misma película se encuentran otro punto del Madrid de Paredes: unos tacones manchados se dejan ver entre las rejas de un sótano situado en la Plaza del Alamillo, también en La Latina.
Tras las lágrimas negras de la interpretación de Piensa en mí aparece un vestido verde y unos guantes rojos. El vestuario de Becky del Páramo se lo encargó Almodóvar íntegramente a Sybilla, diseñadora que ya no se separaría de Paredes. Alfombras rojas, eventos, películas y presentaciones: la artista solía recurrir a los diseños de la mallorquina para todas las ocasiones posibles. No es de extrañar que visitase en varias ocasiones la primera tienda que abrió en Madrid, situada en la calle Jorge Juan.