La música es el único estímulo capaz de crear espacios ficticios en la mente humana. Grupos como Los Zigarros consiguen transportar al oyente a otra época con un género que no ha tenido hasta ahora exposición mediática en España. El rock sí que ha tenido su espacio nacional, pero no este tipo de rock. Álbumes como Los Zigarros (2013), A todo que sí (2016) o Apaga la radio (2019) son capaces de demostrar que las raíces tienen hueco en la música actual. Y con su último disco, Acantilados (2023), dan un paso más allá y se atreven con caminos nunca antes transitados.
P. En un momento donde los festivales se inundan de música indie y donde algunos géneros parecen dejar de estar de moda, ¿qué supone para un grupo como Los Zigarros que todavía haya promotores que sigan apostando por el rock and roll en español?
R. Que alguien apueste por el rock and roll siempre es una buena noticia. Tampoco me gusta a mí pensar en la negatividad de los festivales indie. Como todo, en el género hay grupos que me gustan y grupos que no, grupos que tienen más carisma o menos… Pero no creo que el indie sea culpable de lo que le pueda pasar al rock and roll. En España parece que la gente se mueve por polos, o eres una cosa o eres la otra. Eso no me gusta. Lo ideal sería que todos fuéramos más hermanos porque, al final, cuando tienes un grupo, haces la música que te nace y no hay tanta diferencia entre nosotros.
P. ¿El rock and roll y el indie son géneros hermanos?
R. Al final se trata de tocar guitarras, baterías, bajos y cantar encima. Lo que no deja de ser cierto es que hacen falta festivales de rock and roll como el Iberia Festival de Benidorm.
P. Últimamente salen muchas voces críticas con el concepto de festival. ¿Son compatibles estos macroeventos con las actuaciones en sala?
R. Por supuesto, y tiene que haber de ambos por varias razones. En las salas van a verte a ti mientras que, cuando tocas en un festival, hay ocho grupos más. Las salas sirven para refugiarte en ellas cuando hace frío y tocas a cubierto y los festivales nacen en verano como un ocio alternativo al aire libre. Tienen que convivir por cuestiones meteorológicas. Si solo quieres ver a una banda, pues pagas una entrada y vas a verles solo a ellos. Y en España tenemos la suerte de que hay muchísimos conciertos y la gente sale de su casa y paga sus entradas. Para ser un país pequeño, los conciertos suelen estar llenos siempre.
P. ¿En España hay público para el rock and roll? Artistas como Robe Iniesta (Extremoduro) o Marcos Molina (Gritando en silencio), en entrevistas recientes, se mostraban menos optimistas.
R. Hombre, por supuesto que hay público para el rock and roll. Si no, los conciertos de Robe, de Fito o de Leiva no estarían llenos. Claro que hay público, nosotros cada fin de semana estamos delante de miles de personas.
P. ¿No es un género contracultural?
R. No lo creo. Pero no te hablo solo de España, sino a nivel general. A día de hoy, casi nada es contracultural. Si eres contracultural, no estás en la rueda económica y entonces nadie te va a ver. Si eres verdaderamente contracultural, no eres masivo.
Los Zigarros, en una imagen promocional. / CEDIDA
P. ¿Cree que en este rock and roll de corte nacional hay cantera?
R. Por supuesto, siempre hay cantera. El rock and roll nunca muere. En los locales de ensayo, desde que tengo el primer recuerdo de pisar uno, una especie de nave industrial con habitaciones, compartíamos una habitación con otros tres o cuatro grupos y había marcas de todo: de rock, de blues, de funk, de punk, de heavy… Eso pasa desde hace treinta años, así que podemos confirmar que siempre hay cantera.
P. Otra cuestión es si esa cantera puede llegar a una posición elevada dentro de la escena. Los Zigarros, por ejemplo, es ese grupo que la suerte o el destino ha colocado en un puesto de relevancia en la industria, donde el rock parecía no conseguir unas cuotas que Los Zigarros están consiguiendo. ¿Se sienten unos privilegiados?
R. Sí, totalmente. Como bien dices, la suerte es un factor clave y, como muchos otros, no lo podemos controlar. Porque cuando hay una escena, ¿cuántos grupos salen para delante? Posiblemente un 2%. Así que sí, estamos tremendamente agradecidos al público, que es el que hace que pase. Tú no puedes controlar lo que va a funcionar ni en la música ni en ningún aspecto de la vida. Lo único que puedes hacer es tratar de hacer algo que te emocione y ya está. Y con eso, el primer paso está dado. Luego lo demás no lo puedes controlar.
En España tenemos la suerte de que la gente sale de casa y paga una entrada para ver un concierto
P. ¿Qué cree que les hace únicos?
R. Es una pregunta un poco difícil. No lo sé. Es uno de esos elementos que no puedes controlar. La gente ve mil cosas que nosotros no vemos. Imagino que cuando salimos no había mucho de esto y caímos en gracia por lo que fuera.
P. Álbumes como A todo que sí, Apaga la radio o el homónimo marcaban las bases de un sonido que siempre hemos escuchado de fuera. Sin embargo, con Acantilados dieron un paso más y mostraron un sonido nunca antes visto en Los Zigarros. ¿Tenían en mente asumir riesgos en el disco para sonar diferente a los anteriores?
R. Para nosotros, si te soy sincero, no es ningún riesgo. Las diferencias las percibe más el público, pero yo no veo que el álbum sea tan diferente ni que tenga un sonido nuevo ni nada por el estilo. Nosotros no estamos escuchando todo el día AC/DC y meter un piano en una canción no es nada radical y menos con el paso del tiempo. Algo radical y disruptivo sería que hubiéramos hecho tecno o reggae, pero esto está totalmente dentro de nuestro lenguaje.
P. Radical actualmente es sacar un disco en formato físico.
R. La verdad que sí. Y los precios de fabricación son cada vez más elevados. Toca esperar que no sea carísimo en un futuro y poder seguir haciendo discos en formato físico para quien lo quiera tener, porque siempre habrá grupos que lo querrán sacar y gente que lo querrá consumir.
P. Para finalizar, ¿cree que la escena necesitaba a un grupo como Los Zigarros?
R. Esa pregunta no te la puedo contestar (ríe). Eso tendrás que decirlo tú o el público.
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