La última parada de las pocas líneas de autobús que llegan a Valdebebas —el nuevo y pujante desarrollo urbanístico frente al aeropuerto de Madrid— queda todavía lejos de las parcelas 135-B y 135-C. Conviene señalar su nombre porque en ellas se está gestando el futuro inmobiliario de las ciudades españolas, la última gran apuesta de los fondos, la nueva estrategia del sector para hacer negocio.