Lápiz y papel en la era digital

¿Cuándo fue la última vez que cogió un bolígrafo para escribir una nota o la lista de la compra? Lo habitual hoy es emplear un teclado para hacer este tipo de rutinas. En un mundo cada vez más digitalizado cabe preguntarse si la escritura manual acabará sucumbiendo ante las pantallas, algo que sería nefasto para el aprendizaje humano, según los expertos.

La escritura manual es una habilidad que ofrece ventajas cognitivas que no presentan las herramientas digitales: facilita un mejor conocimiento de la ortografía, contribuye a una mayor fluidez de ideas a la hora de redactar textos, mejora la habilidad lectora y, además, potencia la memoria. Esto se debe a que el proceso de escritura manual involucra a varios sentidos y a distintas zonas del cerebro de forma simultánea.

Los estudios evidencian que escribir a mano conecta directamente con determinadas partes del cerebro que activan zonas relacionadas con la creatividad, la lógica y la coordinación motriz, lo que lo convierte en un extraordinario entrenamiento para desarrollar capacidades de una forma más eficiente que golpeando teclas físicas o táctiles. Un estudio de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología reveló que la retención visual de las formas de la letra y la composición de la palabra pone a trabajar la región cerebral relacionada con la memoria para poder reproducirla a la hora de escribirla a mano, por lo que se estimula y ejercita esa capacidad.

Otro estudio de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, demostró que con la escritura a mano se desarrollan habilidades más rápidamente y mejor que si se emplea la mecanografía o el visionado de vídeos.

Según Alba Alonso Feijoo, doctora en Filología Inglesa por la Universidad de Vigo y profesora, la escritura manual juega un papel fundamental en el proceso de aprendizaje. ‘Está demostrado que cuando escribimos a mano usamos muchas más partes del cerebro que cuando tomamos notas en un ordenador o tableta. El hecho de realizar ese movimiento de sostener el lápiz y escribir las letras consigue que nuestra memoria sea mucho mayor, porque al escribir hacemos un esfuerzo, especialmente si estamos tomando notas de una clase o conferencia, en resumir, comprender y asimilar que no hacemos cuando usamos medios digitales’, explica.

Por su parte, José Manuel Suárez Sandomingo, presidente de la Asociación de Pedagogos y Pedagogas de Galicia, explica que cuando una persona escribe a mano tiene que tomarse su tiempo no sólo para hacer los signos gráficos, sino también para pensar dónde coloca las palabras en la página, algo que no ocurre cuando se escribe en una pantalla. ‘Cuando se escribe sobre papel se sabe dónde se colocó una palabra, frase o concepto. Esto fija la atención sobre la globalidad del texto y, por tanto, su autor tiene un plano de sus ideas y las referencia en su mente’, expone.

Mientras se escribe, el cerebro está pendiente de lo que se apunta, pero también está procesando su significado, lo que facilita su memorización. Esto explica que un estudiante que toma apuntes a mano tenga una ida mucho más concreta de lo que ha trabajado ese día en clase que otro que usa su portátil. ‘Probablemente este último será capaz de transcribir casi fielmente las palabras de su profesora. Sin embargo, una vez acabada la clase es probable que tenga que volver a leer todo y a hacer resúmenes si quiere enterarse de algo’, explica Alonso.

Conexiones neuronales

Según una consulta realizada por la plataforma digital de aprendizaje de idiomas Preply a más de 2.600 personas de entre 18 y 43 años de nueve países, solo tres de cada diez aseguran escribir a mano varias veces al día, principalmente para tomar notas, hacer la lista de la compra o resolver problemas o ecuaciones, mientras que seis de cada diez reconocen que no lo hacen nunca, raramente o pocas veces a la semana.

Suárez, sin embargo, no cree que la escritura manual vaya a ser sea reemplazada totalmente por la mecánica. ‘No creo que se pierda porque ya se están dando pasos para que no pase. Pero aún hay que hacer mucho más, ya que la escritura a mano hay que acompañarla de la lectura, que es donde se gana vocabulario y concepción de nuevas ideas’, afirma.

En este contexto, la inteligencia artificial (IA) supone un desafío añadido. ‘Sabemos que hay alumnado que no solo no escribirá a mano, sino que usará la IA para que le escriba los textos’, advierte Alonso.

‘Habrá alumnado no solo que no escriba a mano, sino que redactará con IA’

Alba Alonso

— Docente

‘Escribir sobre el papel fija la atención en la globalidad del texto’

José Manuel Suárez

— Pedagogo

La docente afirma, además, que los últimos estudios demuestran que es negativo que se deje de escribir a mano. ‘Si hay más actividad cerebral es que hay más conexiones neuronales y eso influye en la memoria’, expone.

Sin embargo, Alonso no cree que haya que demonizar la tecnología. ‘Lo digital no tiene que sustituir en su totalidad a lo manual o tradicional. Podemos usar una app del móvil como calendario, pero seguir haciendo la lista de la compra a mano’, afirma. Según Alonso, como siempre, es una cuestión de equilibrio.

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