La venta de 5 millones de acciones con información privilegiada: la carta que rompió la baraja de José Elías y los Amodio en OHLA

Horas de máxima intensidad en el número 259 del paseo de la Castellana, en Madrid, sede de OHLA, tras la dimisión en tromba de una parte muy relevante de su consejo de administración. El pasado jueves, abandonó el empresario José Elías su cargo de vicepresidente en la constructora, una decisión tomada en consonancia con la de los consejeros José Eulalio Poza Sanz, Josep María Echarri y Antonio Almansa, después de que el consejo de administración, liderado por los hermanos mexicanos Amodio fuese a reprobar a este último y a pedir su dimisión por haber vendido acciones en poder de una supuesta información privilegiada.

Esta operación, la venta de cinco millones de acciones es la gota que colma el vaso, pero también la punta de un iceberg de ‘encontronazos’ entre los dos núcleos duros con voz y voto en OHLA. Fue entre el 13 y el 17 de marzo cuando Antonio Almansa, consejero independiente aunque vinculado al consorcio que participó en la última ampliación de 150 millones de euros para recapitalizar la compañía, vendió sus títulos de OHLA a un precio entre 0,50 y 0,52 euros por título, después de haber adquirido un total de 12 millones de acciones entre diciembre y febrero a 0,25 euros en febrero.

En total, el consejero habría obtenido una plusvalía del 100% en el 40% de la participación. Esta, según el criterio de los hermanos Amodio y la Comisión de Auditoría y Cumplimiento, habría sido materializada gracias a información privilegiada. Solo cuatro días de su última venta, OHLA anunció que el Tribunal de Apelaciones de París había dado la razón a Kuwait, una decisión que costó cerca de 40 millones en avales a la constructora española. Por este motivo, el consejo iba a pedir la dimisión de Almansa, considerando ‘inside trading’ sus movimientos. Antes de que esta petición se materializase, los cuatro consejeros, dos dominicales (uno el vicepresidente Elías) y los dos independientes firmaron su salida.

Discrepancias en la gestión

Según fuentes consultadas, las cuatro dimisiones responden no a un apoyo a capa y espada a Almansa, sino a las discrepancias existentes con el actual equipo directivo de la compañía, principalmente el consejero delegado, Tomás Ruiz, hombre de la máxima confianza de los Amodio. Una de las grandes desavenencias era la necesidad de capital que afronta OHLA en las próximas semanas, que prevé ejecutar una ampliación de capital de hasta 50 millones de euros para cubrir las necesidades de caja, en parte por el desfalco que ha supuesto el laudo de Kuwait.

Elías y sus socios eran partidarios de realizar una misión de bonos convertibles, conscientes desde hace meses de la delicada situación financiera que afronta la constructora, que en la práctica supondría una dilución a los accionistas, especialmente a los hermanos Amodio. Actualmente, los pesos se reparten entre el 16,5% del dueño de La Sirena o Audax y el 21,6% en poder de los hermanos Amodio. La suscripción de un pasivo con capacidad de canje en acciones suponía en la práctica una potencial toma de control a futuro de los mandos de la compañía, algo que se han negado a ceder los inversores mexicanos, que no quieren seguir diluyéndose en el capital.

Otro de los motivos de la delicada situación, además del laudo, son los problemas de caja que enfrenta OHLA por el freno a concursos que supuso la fase de recapitalización. Durante los meses que duró el proceso, alrededor de seis, la compañía no pudo acudir a licitaciones públicas, donde se requieren avales. Por lo tanto, debido a que no se ha adjudicado ningún proyecto, ahora no está recibiendo los ingresos que debía ir recibiendo periódicamente. Esto ataca directamente a la caja disponible, una de las partes más sensibles de las finanzas de una constructora, que trabaja con grandes cantidades de dinero, pero con márgenes muy pequeños.

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