La revista de humor que luchó contra Franco pidiendo las cosas ‘Por Favor’

A mediados de la década de los 70, el quiosco español era un hervidero de cabeceras de todo tipo que, al amparo de la nueva regulación establecida por la ley de prensa de 1966, buscaban los resquicios para ejercer algo parecido a la libertad de expresión. Una tarea que, en pleno tardofranquismo, a más de un editor le costó la salud, pasar por comisaría, hacer frente a procesos judiciales, abonar cuantiosas multas y arruinarse, a consecuencia de las pérdidas que provocaban los frecuentes secuestros de sus publicaciones.

Entre todo ese frenesí de nuevas cabeceras destacaron las revistas del llamado destape, las políticas y las de humor que, con la excusa del animus iocandi, aprovechaban para tocar los dos temas anteriores. De esta forma y con La Codorniz en franca decadencia —nunca mejor dicho—, en 1972 vio la luz Hermano Lobo, un año más tarde El Papus y, en 1974, concretamente el 4 de marzo, dos días después de asesinato legal de Salvador Puig Antic, Por Favor.

Ejemplar de 'Por Favor'. / Iberlibro

‘Por Favor nace en una época en la que ya puede permitirse ser un poco más directa en sus críticas, especialmente a partir de 1976, con Franco muerto. Además, a diferencia de las otras cabeceras, como Hermano Lobo —que había cultivado un estilo irónico basado en el doble sentido para pasar la censura— o El Papus —mucho más ácrata e irreverente que atizaba a todos los agentes políticos y rompía con la moral del franquismo—, destacó por su carácter “programático”. Es decir, que expresaba un modelo, una propuesta de hacer las cosas en la Transición, que iba más allá de la crítica destructiva de o de las propuestas más vagas de otras publicaciones’, comentan Gerardo Vilches y Pepe Gálvez, comisarios de Por Favor. Mucho más que una revista de humor, exposición que permanecerá abierta en La fábrica del humor de Alcalá de Henares, hasta el próximo 29 de diciembre.

Organizada a iniciativa del Instituto Quevedo de las Artes del Humor, la muestra conmemora el cincuenta aniversario de la aparición del primer número de Por Favor, poniendo especial énfasis en dos aspectos que marcaron la publicación: el impulso que supuso para el cambio político del país y la resistencia ejercida por el régimen a ese cambio a través de la censura, órgano represor que no dudó en aplicar sanciones, suspensiones y secuestros a la publicación. Cuando eso sucedía, la redacción de editaba Muchas Gracias, una cabecera de urgencia para intentar minimizar las pérdidas económicas.

Una viñeta de Cesc. / Cedida

‘Muchas gracias era, en símil deportivo, como el suplente de Por Favor. Es decir, la revista que la editorial publicó cuando la administración franquista suspendía la publicación de en 1974. En 1975 aparecieron algunos números más, pero ya no estaba realizada por el mismo equipo de . Posteriormente llegó a tener vida propia bajo la dirección artística de Carlos Romeu y Tom Roca, cuando suspendieron otra revista, Mata Ratos. Tuvo una vida corta, tan solo entre 1976 y 1977. Abusaba mucho del destape y sus colaboradores, entre los que se encontraba Carlos Giménez, que empezó a publicar en ella Paracuellos, la fueron abandonando progresivamente’.

Humor para pensar

Entre los aciertos de Por Favor estuvo el contar con una plantilla de colaboradores de excepción tanto en el aspecto gráfico como en el literario. Por las páginas de la revista pasaron dibujantes de la talla de El Perich, Forges, Cesc, Romeu, Martínmorales, Máximo, Nuria Pompeia, Kim, Reiser, Wolinski, Quino, Fontanarrosa, Oski y Copi y escritores tan destacados como Juan Marsé, Maruja Torres, Joan Fuster, Antonio Álvarez Solís o Manuel Vázquez Montalbán. Una combinación que hacía que su público estuviera más cerca de los lectores de Triunfo o Cuadernos para el diálogo que de El Papus.

Viñeta de El Perich. / Cedida

‘Por Favor tenía mucha relación con eso que se llamó gauche divine, un hecho que podría hacer pensar que era una revista más de clases medias que de clase obrera, aunque, por supuesto, entre sus lectores había de todo. Pero si se compara con los contenidos y el humor de El Papus, que aunque genial era mucho más directo, bruto, escatológico y sexual, es evidente que en Por Favor, fuera de manera más o menos consciente, sí que hubo un intento de refinar los contenidos, de ofrecer algo más reflexivo, que añadiera algo al debate de la Transición. Incluso el humor gráfico, al menos parte de él, era más ‘de pensar’, como las viñetas de Cesc o las de Máximo’, comentan los comisarios.

Por Favor tenía una tirada de cien mil ejemplares semanales y unas ventas reales, en sus mejores momentos, en torno a los treinta mil. Aunque también contó con algunas inserciones publicitarias, las cuentas no salían. En consecuencia, en 1975, el editor, José Ilario, tuvo que desprenderse de la cabecera, adquirida por Garbo Editorial que, en febrero de 1977, la vendió al Grupo Planeta.

Portadas de 'Por Favor'. / Cedida

‘Eran años de mucho movimiento editorial. Había un boom de revistas y prensa en general, y estos movimientos eran muy habituales —relatan Vilches y Gálvez—. Se compraba casi cualquier revista que pareciera que podría ser interesante y luego, muchas veces, no se sabía qué hacer con ella. Nuestra sensación es que, cuando Planeta compró Por Favor, no hubo un plan o un estudio de cómo hacerla rentable, ni tampoco una voluntad de mantenerla a pérdidas indefinidamente’.

Según el relato hegemónico, la muerte del sátrapa hizo que España se convirtiera, de la noche a la mañana, en una nueva Arcadia, gracias a una reforma política, aparentemente modélica, pero que fue hecha por Pepe Gotera y Otilio. No obstante, hasta que los vicios ocultos empezaron a aflorar, el ambiente de optimismo hizo que Por Favor perdiera su razón de ser y acabase cerrando.

‘Al culminarse la Transición y consolidarse la libertad de prensa y la democracia, el humor político dejó de tener la función social que había tenido como válvula de escape en la dictadura’, detallan Gerardo Vilches y Pepe Gálvez, que lamentan cómo el legado de estas publicaciones y la labor que realizaron en pro de la libertad no ha sido suficientemente valorado. ‘Podríamos hablar de un olvido generalizado del conjunto de la prensa humorística de aquellos años, que pueden considerarse, sin exageración, como la época dorada del humor gráfico en España. Así, el cincuenta aniversario de El Papus ha pasado casi desapercibido. La causa está en un claro déficit de memoria social y en el relato mistificador de laTransición’.

  • Humor
  • Prensa
  • Franquismo

Related Posts

Load More Posts Loading...No More Posts.