Conxemar es una ventana al mundo. Al mundo real: entre los saludos, los reencuentros y la decoración de los stands –muchos de ellos, reciclados de pasadas ediciones– explota el aliento que exhalan los hogares. El que dice que no hay bolsillo para tanto, que prioriza otros productos sobre el pescado. Así que las ventas se contraen y, en la feria, ese espejo del día a día de todos los países donde la industria gallega vende su mercancía –que son casi todos–, se nota.