La hermandad de El Resucitado denuncia una agresión al retablo cerámico ubicado en una plaza de Córdoba

La hermandad de Nuestro Señor Resucitado ha denunciado este viernes en Córdoba la agresión sufrida por el retablo cerámico con la imagen del Resucitad, que se encuentra ubicado junto al letrero de la plaza del Conde de Priego, frente a la fachada principal de la iglesia de Santa Marina.

En concreto, este ‘altar de azulejo’, como lo define el hermano mayor de la cofradía, Francisco Mora, ha sufrido daños en uno de sus azulejos y la entidad afirma que denunciará lo ocurrido ante la Policía para que quede constancia ‘de la agresión’. Francisco Mora indica que en esta zona no hay cámaras, por lo que de momento no tienen imágenes u otras pruebas que les ayuden a conocer lo ocurrido.

El retablo fue diseñado por el artista cordobés Rafael de Rueda y ejecutado por el ceramista sevillano Emilio Sánchez Palacios con motivo del 25º aniversario de la ejecución de la imagen sagrada. Según detalla el autor cordobés en un blog, la obra fue ubicada a la espalda del antiguo convento de Santa Isabel (el edificio es hoy de propiedad privada), por lo que fue diseñada incluyendo una hornacina para integrarla tanto en este espacio religioso como en la emblemática plaza. El retablo cerámico fue bendecido el 18 de octubre de 2014 y Rafael de Rueda sostenía entonces que este azulejo ‘es, sin lugar a dudas, de los mejores que se pueden ver en Córdoba’.

Imagen de detalle del daño sufrido por el retablo cerámico del Resucitado en la plaza de Santa Marina. / A. J. GONZÁLEZ

‘Atenta contra el sentimiento de las personas’

Francisco Mora recuerda que esta obra fue colocada en la plaza cuando Manuel Murillo, actual presidente de la Agrupación de Cofradías de Córdoba, era hermano mayor de la hermandad del Resucitado. La cofradía valorará los daños sufridos por el retablo y los reparará.

‘Si ha sido un acto vandálico, nos parece que es una barbaridad que estas cosas ocurran y que se destruya un patrimonio que, al fin y al cabo, es patrimonio de la ciudad’, lamenta. En este sentido, también señala que, más allá de la inversión económica realizada por la hermandad, ‘desde el punto de vista emocional, lo ocurrido atenta contra los sentimientos de las personas. Es un altar en la calle, la gente tiene devoción, se santigua y se para a rezarle’, afirma. 


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