La delegada de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid, Paloma García Romero, acompañada del concejal del distrito de Moratalaz, Nacho Pezuela, ha presentado este lunes la Operación Asfalto 2025, el plan de renovación viaria anual que ya ha arrancado en la capital. Durante la visita a los trabajos que se están ejecutando en la calle de la Fuente Carrantona, García Romero ha detallado que la campaña de este año abarcará la mejora del pavimento de 256 calles en los 21 distritos de la ciudad, con una superficie total de casi 605.000 metros cuadrados y una inversión de 12,2 millones de euros.
Tal y como ha explicado la delegado, estas intervenciones tienen como objetivo principal renovar los pavimentos de las calzadas madrileñas bajo criterios de sostenibilidad, mejorando la comodidad y la seguridad de los usuarios, reduciendo los niveles de ruido del tráfico y disminuyendo la contaminación atmosférica. Además, se busca también ahorrar gastos, evitando el deterioro de las calles que, de no actuar a tiempo, requeriría intervenciones más costosas y complejas, como la renovación completa del pavimento.
La selección de las calles a rehabilitar se ha basado en criterios técnicos, priorizando aquellas con mayor nivel de obsolescencia y las que soportan una mayor intensidad de tráfico. Este enfoque garantiza una gestión eficiente de los recursos y maximiza el impacto positivo de las actuaciones en la movilidad urbana.
Asfalto más sostenible
Uno de los aspectos más destacados de esta edición es el compromiso con la sostenibilidad. En total, se emplearán aproximadamente 73.000 toneladas de asfalto, de las cuales la mayoría serán mezclas asfálticas diseñadas para reducir el impacto ambiental.
Por un lado, el 50 % de la superficie asfaltada, unos 300.000 m², se pavimentará con mezclas bituminosas semicalientes, fabricadas a una temperatura hasta 30 grados inferior a las mezclas en caliente tradicionales. Este método reduce significativamente las emisiones de gases contaminantes, como el dióxido de carbono (CO2) y el dióxido de azufre (SO2), así como la mitad de los compuestos orgánicos volátiles. Además, disminuye el consumo energético entre un 11 % y un 35 %, reduce la exposición de los trabajadores a humos y olores, y permite trabajar en condiciones climáticas más frías. En esta campaña, el uso de estas mezclas evitará la emisión de unas 150 toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e).
Por otro lado, un tercio de la superficie total, equivalente a 200.000 m², se pavimentará con mezclas bituminosas en caliente fabricadas con betunes modificados con polvo de caucho reciclado, provenientes de 33.000 neumáticos fuera de uso. Esta medida fomenta la economía circular al reutilizar materiales reciclados y contribuye a la gestión responsable de residuos.
Finalmente, unos 75.000 m² se asfaltarán con mezclas bituminosas tipo SMA (Stone Mastic Asphalt), conocidas por su alta resistencia, durabilidad y bajo nivel sonoro, ideales para calles con alta intensidad de tráfico. Estas mezclas también incorporarán betunes modificados con caucho reciclado, reforzando su carácter sostenible. En total, se emplearán unas 8.000 toneladas de este tipo de mezclas en la campaña.