Primera vuelta del GP de Mónaco. Aprovechando el barullo de la salida, Kevin Magnussen intenta adelantar a Checo Pérez en las estrechas calles del Principado, pero no hay hueco para dos coches y su rueda delantera izquierda se engancha con la parte trasera de monoplaza del mexicano, que pierde el control empieza a rebotar de lado a lado con los muros destrozando en mil pedazos su Red Bull.
Conclusión, ambos fuera de carrera y bandera roja por los miles de piezas del coche de Pérez, absolutamente destrozado, que hay por la pista. Ambos salen ilesos pese a lo aparatoso del golpe, pero se quedan sin la posibilidad de sumar puntos. Importante, pero a juzgar por lo anunciado por Red Bull, la última de sus preocupaciones, muy por detrás de lo monetario.
Porque reparar ese coche, partido por la mitad, costará mucho, mucho dinero. ‘Esto nos va a costar entre dos y tres millones y con el límite presupuestario eso es, por supuesto, una gran desventaja’, ha calculado Marko, asesor de la escudería, en declaraciones para Sky Alemania, recoge Racing News 365.
‘Fue otro accidente en el que Magnussen estuvo involucrado. Gracias a Dios terminó bien, pero fue una situación crítica. Me sorprendió la rapidez con la que los comisarios trataron el asunto’, ha recordado Marko, que señaló al piloto de Haas como el culpable. ‘Son decisiones en las que difícilmente puedes influir, pero era simplemente peligroso’, ha sentenciado el austriaco.