Una de las recomendaciones más repetidas para evitar que las patatas se estropeen es guardarlas en un lugar oscuro, fresco y seco. Así aguantarán en perfectas condiciones, pero si nos olvidamos de ellas durante demasiados días, al volver a ellas puede que hayan aparecido brotes o que hayan empezado a estropearse. Estos tallos pueden ser muy tóxicos para el organismo, además de desprender un olor muy desagradable que se puede esparcir por tu cocina.
Sin embargo, existe un truco muy efectivo para evitar que esto ocurra y que en tus patatas aparezcan estas raíces y también tiene que ver con la forma en la que las conservas. Para mantenerlas perfectas solo vas a necesitar guardarlas junto a una manzana.
La manzana produce etileno, que ‘ralentiza el metabolismo de los carbohidratos y aumenta la tasa de respiración de las patatas, prolongando así su frescura’, según apuntó una investigación publicada en el Journal of Food Science and Technology.
El problema que puede presentar este truco es que, aunque a tus patatas no le saldrán brotes, si se pueden madurar muy rápido.
