El proyecto de María Pagés para el Centro Danza Matadero: un ágora de la danza con ella misma como paradigma

El pasado 31 de enero, el Ayuntamiento de Madrid hacía público el nombramiento de la bailaora y coreógrafa María Pagés como directora artística de un centro dedicado exclusivamente a la danza en la Nave 11 de Matadero. En su comunicado, el área de Cultura que dirige Marta Rivera de la Cruz señalaba que ‘la ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Artes en 2022 pondrá en marcha un centro pionero en España con una programación exclusiva y continuada de danza, ya sea en su versión contemporánea como clásica’ y avanzaba que esta decisión contribuiría ‘a consolidar Matadero Madrid como un gran contenedor cultural, así como a potenciar este sector de las artes escénicas que lleva tiempo demandando espacios más adecuados para esta actividad’.

El Ayuntamiento presentará el próximo jueves el Centro Danza Matadero, un proyecto que, anuncia, ‘arrancará el próximo mes de febrero y ofrecerá 124 funciones de 46 espectáculos, con la presencia de 600 artistas’. La presentación se produce diez meses después del nombramiento de la bailaora y coreógrafa, meses durante los que no ha trascendido información alguna sobre el proyecto de Pagés y sus líneas de programación, pero tampoco sobre los trabajos de adecuación de las naves, el presupuesto del que se ha dotado al proyecto o los términos del contrato de dirección artística de la creadora.

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha accedido al contrato de dirección artística de María Pagés al frente de las Naves 11 y 16.1 de Matadero firmado el pasado 12 de julio, un documento de 124 páginas en el que se incluye el proyecto artístico propuesto por la creadora, además de información sobre las obras de adecuación y los distintos pliegos de prescripciones técnicas y cláusulas administrativas particulares del proyecto. En él se especifica que su contrato es por dos años, con posibilidad de prórroga dos años más, y que percibirá 300.000 euros más IVA, a razón de 12.500 euros mensuales. También dispondrá de una partida máxima de 15.000 euros anuales para gastos de desplazamiento, estancia y manutención. Dicho contrato también recoge que El Arbi El Harti, compañero de María Pagés y colaborador habitual en la mayoría de sus proyectos, ocupará el cargo de director artístico adjunto, de ahí que se especifique también el sueldo anual a percibir por cada uno: Pagés, 85.000 euros anuales y El Harti, 65.0000.

María Pagés y su pareja y director artístico adjunto del Centro de Danza Matadero, El Arbi El Harti. / Jesús Diges – EFE

En cuanto a la presencia de María Pagés en la programación que ella misma diseñe, el contrato señala que podrá coreografiar o dirigir como máximo dos obras al año, pero solo cobrará por una de ellas. También podrá actuar ‘una vez al año, como máximo, ajustándose a los cachés establecidos por Madrid Destino’ y podrá programar a su propia compañía una vez por temporada. ‘El desempeño de la labor de Dirección Artística será compatible con el desarrollo de actividades privadas o de interés personal que no supongan un conflicto de intereses o que no perjudiquen las obligaciones del cargo’, señala el contrato, y en caso de duda sobre la compatibilidad, la decisión final corresponderá a Madrid Destino y “se respetarán los compromisos previos bajo las mismas condiciones”. Es decir, que Pagés y El Harti podrán compatibilizar la dirección artística “con las giras como artista al margen del Centro Danza Matadero” y, aunque en el contrato no se aclara de forma específica, también con su trabajo al frente del Centro Coreográfico María Pagés de Fuenlabrada, que ella preside y él dirige desde que abriera sus puertas en 2019. Dicha actividad y las giras aparecen en la declaración responsable de compromisos previos de la directora artística.

El hecho de que la gestora de un proyecto supuestamente tan ambicioso como este pueda compatibilizar la gestión y la programación del centro con al menos una dirección al año, una coreografía y una producción de su propia compañía supone algo inédito en cualquiera de las unidades culturales dependientes del ayuntamiento. No obstante, que programe a su propia compañía privada, a pesar de tratarse de un centro público, no es algo nuevo en Madrid: con el PP en la Comunidad, Álex Rigola programó a su productora Heartbreak Hotel cuando dirigía los Teatros del Canal y Blanca Li hizo lo mismo con varios de sus espectáculos cuando estuvo al frente del mismo teatro. En cualquier caso, ni Eduardo Vasco (Teatro Español), ni Luis Luque (Nave10), ni Juan Carlos Pérez de la Fuente (Teatro Fernán Gómez) disponen en sus contratos de tantas opciones para completar su sueldo como María Pagés (dos direcciones al año y cobran una). Y Eduardo Vasco, el único de los nuevos directores artísticos de los teatros municipales que tiene una compañía estable, Noviembre Teatro, confirmó a este diario que en cuanto terminaran las giras que tenía pendientes, la compañía “cerraba la persiana” hasta que él saliera del Español. 

En el documento contractual se explica que el proyecto contará con dos espacios diferenciados: la Nave 11, destinada a la exhibición y la nave 16.1, que funcionará como ‘un centro de creación e investigación, de estudio, ensayos e intercambio artístico, cultural y social y como un espacio innovador e inédito’. Es decir, un centro coreográfico que también albergará residencias artísticas ‘y la preparación de producciones y coproducciones’. En España ya existe un “espacio innovador” y en su día inédito dedicado exclusivamente a la danza, el Mercat de les Flors de Barcelona, que abrió sus puertas en 1983 y lleva décadas siendo un referente nacional en la investigación, producción, creación y difusión de la danza.

En cuanto a sus líneas de actuación, Danza Matadero tendrá como fin esencial ‘apoyar la creación consolidada de artistas madrileños, de las demás ciudades y regiones españolas y de todo el mundo, albergar proyectos artísticos nacionales e internacionales y fomentar las oportunidades a los talentos emergentes’. Su programación será ‘popular, diversa, plural y exigente en cuanto a la excelencia artística de sus propuestas’.

El documento incluye también aspectos relacionados con las dotaciones técnicas para cada nave: un suelo de danza Harlequin Liberty y un tapiz de danza linóleo DUO, tanto para la Nave 11 como para las salas de ensayo de la Nave 16.1, o la instalación de barras móviles de ballet en esta última nave, entre otras. En cuanto a la previsión del fin de dichas obras, el documento fija el pasado mes de octubre en lo relativo a la Nave 11 y no antes de febrero o marzo de 2025 para la Nave 16. En total, el presupuesto asignado a las obras se eleva a 2.164.000 euros, entre infraestructuras, técnica y montaje, mobiliario y tecnología. A eso hay que sumarle la creación de 20 puestos de trabajo de oficiales que trabajarán en el proyecto, integrados en la estructura de Madrid Destino, y la contratación de otras 18 personas solo dentro del equipo del Centro Danza Matadero.

Pagés como ‘paradigma’ de Pagés

María Pagés. Hacia un proyecto de Danza en Matadero Madrid. Ideas. Así titula la coreógrafa el documento en el que propone su proyecto artístico para el Centro Danza Matadero, un texto de siete páginas incluido dentro del Anexo II de Prescripciones Técnicas Particulares del contrato al que ha tenido acceso este diario. Pagés abre su propuesta citando los referentes que ha empleado para la elaboración de su proyecto, entre ellos el Teatro Chaillot de París, la Maison de la Danse de Lyon, el Sadler’s Wells de Londres o el Agora de la Danse de Montreal, señalando que su objetivo es ‘hacer posible que Matadero Madrid, dentro de su poliedricidad programática, se identifique con la danza y, por otro lado, fusionar Madrid y Danza en una misma esfera de sentido’.

Dentro de la visión y la misión de su propuesta, la creadora explica que ‘Danza Matadero desea participar en la generación de un relato sobre una madrileñedad [sic] que transforma el patrimonio de los madrileños en valores éticos y creativos universales” y define ese concepto ligado a la ciudad y sus habitantes como “una manera de vivir el mundo y de construir estados de ánimo positivos sobre la vida, el arte, la belleza, la ética, el bienestar, la igualdad (…) En Danza Matadero, Madrid es un corazón donde caben todos los corazones”.

Matadero acogerá el nuevo centro de danza que dirige María Pagés. / Carlos Luján – EP

A pesar de que en su contrato posterior se explicita que el Centro Danza Matadero acogerá ‘todos los lenguajes dancísticos’, en su propuesta inicial Pagés hará hincapié únicamente en la danza flamenca, a la que califica de ‘paradigma cultural, artístico y creativo español por antonomasia’ que ‘se ofrece en este foro de la universalidad como un hogar humanista y creativo que acoge el valor de la ciudadanía’. También señala que ‘la danza flamenca es, junto al fútbol, la que más hispanofilia crea’. No es ese el único paradigma. Pagés, que dice defender un proyecto con ‘una visión artística y creativa hospitalarias’, se elige a sí misma como paradigma de la programación que albergará el centro. Dice: ‘El patrimonio pagesiano —que emana del legado cultural español contemporáneo— posee la fuerza creativa y humana suficientes, así como la legitimidad social necesaria, como para ser reinterpretado y transformado en un paradigma de ideación y acción programáticas al servicio de la danza en la ciudad de Madrid’.

¿Por qué Pagés decide convertir su propio trabajo como coreógrafa y bailaora en el paradigma del centro que va a dirigir? Porque se ha inspirado, explica, en ‘los grandes centros de danza del mundo que centran su línea artística y editorial en la personalidad creativa de un artista, en este caso María Pagés, artista orgánica portadora de una visión que aspira a transformar la danza flamenca en el hogar de todas las danzas del mundo’. La creadora sigue hablando de sí misma en tercera persona en su propuesta de proyecto cuando sostiene que si hay algo que caracteriza su ‘creatividad artística y humana’ es ‘su arraigado sentido ético de la cultura’. Añade que la danza flamenca, ‘a imagen de Madrid, es el hogar de todas las danzas y principio universal de la creación’.

En cuanto a lo que ella llama ‘línea editorial’ de su propuesta, la bailaora señala que su proyecto ‘se rige por un conjunto de principios y valores que constituyen su línea editorial, tomando la ciudad y la política cultural del ayuntamiento como su referencia ideológica’. En otro párrafo de su texto, Pagés introducirá, además, el concepto de identidad nacional: ‘El cosmopolitismo y la hibridez programática son instrumentos para la universalización de nuestro ideario de ciudad, comunidad autónoma y país. Subrayemos, sin embargo, que dicha disposición está íntimamente ligada a la identidad nacional’.

  • Danza
  • Política cultural

Related Posts

Load More Posts Loading...No More Posts.