‘El mundo interior’, de Francesc Serés: la memoria refugiada en casa de alguien

El mundo interior. Una historia europea, de Francesc Serés (Saidí, Huesca, 1972), es un relato autobiográfico, una meditación en primera persona sobre la historia a partir de historias que el autor descubre al principio por casualidad y después a través de webs de segunda mano. Son historias que despiertan su sentimiento de responsabilidad: la del escritor que debe insuflar vida a objetos mudos para darles sentido, situándolos en una constelación que los transciende. 

El libro se ambienta en Berlín, donde Serés se instaló entre 2022 y 2023 siguiendo a su mujer, la profesora y traductora rusa Daixa (una de las pocas que mantiene su nombre verdadero en el libro), y se divide en 19 capítulos por los que transitan los temas más diversos. El narrador adopta la postura del voyeur hurgando en vidas ajenas, actuales y pasadas, a las que accede a través de objetos olvidados, como por ejemplo un álbum de fotos sobre la construcción de una casa en Hamburgo entre 1934 y 1935.

Otras veces, son diarios íntimos que compra en un mercado de segunda mano y que ofrecen desde dentro la experiencia de la Segunda Guerra Mundial. Incluso una de sus profesoras de alemán envía a Serés, como material literario, la correspondencia de sus antepasados; ella se ve incapaz de escribir nada. También están las singulares propietarias de los pisos donde vive o intenta vivir con su esposa en Berlín, cada una con su universo de recuerdos, sin olvidar las refugiadas ucranianas con la que Serés entabla relación tras tomar el timón de la situación caótica en un hotel donde están acogidas. A falta de vivir la guerra en primera persona, Serés se forja –¿por qué no?– una épica propia: la de ayudar a los refugiados y, en general, la de sobrevivir en un Berlín con heridas abiertas y sin saber alemán.

Vagabundeo benjaminiano

Este vagabundeo benjaminiano por los mercados berlineses y el encuentro con los refugiados hallan eco en la historia familiar del autor, también marcada por la Guerra Civil. Así emerge lo que se podrían leer como unas memorias, puesto que el escritor de Saidí rememora su infancia en los Monegros reivindicando a personalidades como Joaquín Costa y Ramon J. Sender. También aparece la filósofa francesa Simone Weil, que visitó los Monegros para vivir de primera mano el conflicto bélico en 1936 y cuyo recuerdo va unido en la memoria del autor a una mujer que imantó su infancia con un halo de misterio. Y luego está la incomprensión entre generaciones y la eterna canción lanzada por los mayores a la menor ocasión en forma de reproche: «Deberías haber pasado una guerra». Y el autor se pregunta: «Muy bien, pero ¿y qué pasa cuando ya ha pasado?».

A pesar de la ausencia de una trama central y de un ego que a veces desborda el texto, ‘El mundo interior’ consigue atrapar la atención por su coherencia y se deja leer fluidamente

A menudo, Serés necesita justificar su empresa literaria, incluso se plantea si no es un impostor. Sin embargo, asumiendo que lo que cuenta «siempre tendrá una aproximación imperfecta», se acoge haciendo un voto de honestidad al lema de su yaya María: «Todo lo que tengo traigo». Por otro lado, encuentra la legitimidad para escribir la vida de otros en la institución de la escuela, entendida como símbolo de ascensión social.

Sin duda, se pueden establecer vínculos con Annie Ernaux y con la figura de «tránsfuga de clase», un tema que también está latente en el libro y que se materializa en las conversaciones con sus padres por videollamada, en las cuales Serés opta por preservar el dialecto de la Franja de Aragón para retratar de forma totalmente realista a sus progenitores campesinos.

Una historia europea remite a este vaivén entre Berlín y Saidí, entre el corazón de Europa y un rincón invisible del continente: en ambos sitios la historia arrastra la vida de los individuos. En su aparente sencillez, el libro plantea la cuestión de la herencia y de la memoria, una memoria anónima que busca «un refugio en casa de alguien que la quiera acoger». A pesar de la ausencia de una trama central y de un ego que a veces desborda el texto, El mundo interior consigue atrapar la atención por su coherencia y se deja leer fluidamente gracias a la destreza narrativa del autor, sólida como la casa de Hamburgo, Unsere Haus, que tanto lo fascina.

‘El mundo interior. Una historia europea’

Francesc Serés 

Traducción al castellano de Manuel Pérez Subirana

Destino

416 páginas. 21,90 euros

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