El Leganés afrontará la última jornada de LaLiga con la posibilidad de mantener la categoría. Los pepineros mantienen vivo el sueño de la salvación que, por momentos durante la temporada, parecía estar muy lejos. En esta última fecha recibirán al Real Valladolid, equipo descendido hace varias semanas. El conjunto blanquiazul necesitará del empuje de Butarque para conseguir la victoria. El equipo se ha sumado a ’la causa’ que su entrenador tanto ha defendido en los últimos tiempos en rueda de prensa, la de una salvación que podría ser histórica por la remontada final. A los pepineros, que han demostrado más coraje que fútbol a lo largo de la temporada, les tocará tirar de épica para certificar la permanencia.
El delantero del Leganés Miguel de la Fuente, al término del partido de LaLiga en Primera División. / Juanjo Martín / EFE
A lo largo de las 37 jornadas ya disputadas se han visto versiones muy dispares de este equipo, capaz de lo mejor, pero también de lo peor. El equipo madrileño ha conseguido la victoria en alguna de las plazas más complicadas de la Primera División, pero también ha sido muy poco consistente en ciertas fases de la campaña, en las que el equipo parecía dejarse ir.
El Leganés ocupa la 18ª posición, con 37 puntos. El equipo blanquiazul viene de conseguir la victoria ante la UD Las Palmas, equipo descendido, con un tanto de Dani Raba (0-1), figura importantísima en las aspiraciones de los pepineros. El equipo de Borja Jiménez ha conseguido ocho victorias en lo que va de temporada, seis de ellas sobre el césped de Butarque, escenario de la última y decisiva jornada. Su único rival en la lucha por la salvación será el Espanyol, después de que equipos como el Alavés, el Sevilla o el Girona certificaran la permanencia esta semana.
Las cuentas del Leganés para la salvación
El conjunto blanquiazul tiene muy claro su cometido de cara a la última fecha del campeonato. El primero de los objetivos pasa por conseguir la victoria ante el Real Valladolid. A priori, no es el rival más exigente de la categoría, pues se trata de un equipo que ya ha descendido a Segunda División y solo ha conseguido ganar un encuentro como visitante esta temporada. Todo lo que no sea una victoria ante el conjunto vallisoletano condenaría a los de Borja Jiménez a la categoría de plata del fútbol español de manera automática.
El centrocampista marfileño del Leganés Yan Diomande celebra el gol marcado al RCD Espanyol. / J.J.Guillen / EFE
En caso de conseguir la victoria, todo quedaría en manos del partido entre Espanyol y UD Las Palmas. El conjunto catalán es el rival del Leganés por mantener la categoría. Los de Manolo González ocupan la 17ª plaza, con 39 puntos. Los pericos reciben al conjunto canario, ya descendido, en la última jornada de competición. Solo una victoria del equipo catalán manda al Leganés a Segunda División. Si Las Palmas consigue puntuar en el feudo perico, el Leganés mantendría la categoría. Y en ese caso, el gran damnificado sería el propio Espanyol, quedando empatado a puntos con los pepineros, pero con el golaverage a favor del conjunto del sur de Madrid. Ambos encuentros se disputarán de forma simultánea, siendo el sábado a las 18:30 horas la fecha elegida por LaLiga para decidir la plaza de descenso.
‘Teníamos la esperanza de que algún resultado más nos pudiera favorecer para que en la lucha por la salvación de la última jornada hubiera más gente. Hay que ganar el domingo y esperar a que Las Palmas nos eche una mano, no consiga ganar el Espanyol. Lo que está en nuestras manos es llegar a 40 puntos que creo que normalmente son puntos para que estar más salvados, pero este año tiene pinta de que será caro’, se sinceraba Borja Jiménez, técnico del Leganés tras el encuentro ante Las Palmas.
El entrenador del RCD Espanyol, Manolo González, y el entrenador del CD Leganés, Borja Jiménez, durante el partido de la jornada 35 de LaLiga / J.J.Guillen / EFE
Habrá tarde de transistores en las butacas de Butarque y del RCD Stadium durante el sábado, pero solo unos se marcharán contentos a casa. Los derrotados deberán digerir el duro golpe y afrontar el descenso de categoría, una de las cosas más crueles que puede vivir una afición. Después de una temporada con 37 jornadas disputadas todo queda abierto de cara a la última fecha de la competición, que marcará el futuro más inmediato de dos clubes históricos del fútbol español.