El Gobierno negocia a diferentes bandas para intentar salvar el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea. El veto del PP, que ha hecho suyo el grupo conservador liderado por Manfred Weber, por las responsabilidades que le achacan en la gestión de la DANA, persiste y ha puesto en jaque la formación del gobierno europeo para la nueva legislatura. Pedro Sánchez mantiene “conversaciones constantes” con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, según fuentes del Ejecutivo, pero por el momento los socialistas españoles se refieren como “futurible” a la posibilidad de de tener que votar al candidato de la presidenta italiana, Georgia Meloni, el ultraderechista Raffaele Fitto, como moneda de cambio.
“Nosotros estamos trabajando para que se cumpla el acuerdo que se alcanzó el pasado mes de julio con las tres grandes familias europeas”, ha asegurado en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. A reiteradas preguntas de los periodistas no ha querido cerrar la puerta a la posibilidad de levantar momentáneamente el cordón sanitario a la ultraderecha con el voto favorable. Pero tanto en privado como en público se reitera que lo pactado entre conservadores, socialistas, liberales y verdes correspondía a cinco vicepresidencias sin presencia de la ultraderecha. La sexta, para el candidato de Meloni, corresponde a un acuerdo posterior cerrado por Von der Leyen.
El Ejecutivo intenta así salvar a Ribera sin mancharse con su voto a la ultraderecha, tras basar toda su compaña en la máxima del cordón sanitario. Con todo, tampoco quieren poner líneas rojas que tengan que acabar asumiendo. De ahí que se reconozca no solo que “estamos hablando y dialogando”, sino también “avanzando”.
En este momento de las negociaciones se asegura que no se ha dado el paso de comprometer el apoyo a Raffaele Fitto como contrapartida, pero todo podría cambiar en las próximas horas. Lo que también hacen los socialistas es escudarse en que cualquier decisión final tendrá un sello conjunto de las tres grandes familias proeuropeas. Una forma de diluir responsabilidades en caso de que se levante el veto.
Lo que no ahorran desde el Ejecutivo es en las críticas a Feijóo por llevar un problema de la política doméstica a las instituciones europeas. “Quien debe dar explicaciones por su irresponsabilidad es el PP y Feijóo”, a quien Alegría acusó de proyectar su “frustración” y “falta de liderazgo” en Bruselas.
Apoyo sin fisuras
Los socialistas están viendo peligrar a Ribera por el pulso de Feijóo quien, según argumentan, estaría jugando la baza de que el alemán Manfred Weber, jefe de filas del PPE, necesita sus votos para seguir siendo presidente del partido a nivel europeo. “Feijóo se habría comprometido a apoyar a Weber para repetir en la presidencia del PP Europeo en el congreso del partido que se celebra en unos meses”, explicaban ya pasada semana desde el departamento de la vicepresidenta de Transición Ecológica.
El Gobierno respalda sin ambages a Ribera, pese a la creciente incertidumbre. Alegría se encargó este martes de reiterar “todo el apoyo y reconocimiento”, después de que Feijóo propusiese dar su apoyo si se proponía otro candidato. Por el momento, la elección de las seis vicepresidencias -las cinco pactadas en julio entre los proeuropeos y la sexta añadida por Von der Leyen para dar entrada a Meloni- ha quedado aplazada.
Ribera comparecerá este miércoles a petición propia tanto en el Congreso como en el Senado. Su intención es dar explicaciones sobre su gestión durante la catástrofe de la DANA. “Rigor, sensatez y responsabilidad”, resumen su intervención los colaboradores del presidente del Gobierno, donde ofrecerá datos y una cronología de los momentos previos y posteriores a la llegada de la gota fría. “Todo el mundo sabe lo que ha hecho cada cual”, concluyen.