Dos veces por semana, Olena Zhuravlova visita el cementerio de Luchakiv en Leópolis. Allí está enterrado su marido Oleksii. Fue de los primeros en alistarse cuando Rusia lanzó su invasión a gran escala en Ucrania. Tenía 46 años y muy poca experiencia militar. Murió dos meses después de llegar al frente alcanzado por un mortero. A Olena le avisaron por teléfono. “Sencillamente me llamaron y me dijeron que habían encontrado su cuerpo, por lo que necesitaban fotografías de él para identificarlo. Eso fue todo”, cuenta en una entrevista con la mirada perdida en el vacío.