El Club de Campo de Madrid llora el adiós de Rokfeller: así se vivió la retirada del caballo en el Longines Global Champions Tour

La amazona griega Ioli Mytilineou ha conseguido la victoria este fin de semana en el Gran Premio de Madrid, la prueba más esperada de todo el evento. El Club de Campo de Madrid ha sido testigo de las mejores actuaciones de la hípica mundial. Pero los focos los acaparó Rokfeller, caballo del jinete español Eduardo Álvarez Aznar, que ponía fin a una trayectoria de 13 años. El destino ha querido que su última participación fuera sobre la arena del Club de Campo, que le ha visto coronar en algunas tardes de gloria.

La organización tenía preparado en emotivo homenaje para el caballo que ha acompañado a Álvarez durante parte de su carrera profesional. La idea inicial pasaba por decir adiós tras su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024, pero su buen hacer, su condición física y su nivel le han permitido estirar una carrera de época. “Es un caballo que desde joven ha saltado siempre de una manera muy económica. No se ha desgastado mucho en sus saltos y eso le ha permitido llegar hasta mucha edad. Ha tenido un año y medio de parón por una lesión y ha vuelto casi mejor que antes de sufrirla. Está en un estado mental y con unas ganas de seguir compitiendo que parece que no tenga diecinueve años”, destacaba su jinete a EFE hace poco más de un año, durante la preparación para la cita olímpica.

Juntos han protagonizado algunas de las páginas más memorables de la hípica española y mundial, como el undécimo puesto por equipos en la cita parisina, el 58º individual en Río 2016 o el sexto lugar en la clasificación general de la FEI Jumping World Cup 2018, entre otros, deleitando al aficionado.

Eduardo Álvarez Aznar de España, a bordo de Rokfeller de Pleville Bois Margot. / ERIK S. LESSER / EFE

Una despedida amarga

El caballo francés se despedía en Madrid tras más de una década a máximo nivel, pero el adiós no fue como se esperaba. El caballo, puede que barruntando su despedida, no ofreció su mejor versión. Salió el último, con la atenta mirada de la grada. Toda la expectación cayó sobre el jinete español y su fiel compañero de batalla. Roki tuvo que abandonar la competición, tras derribar varios obstáculos en su intentona. Eduardo decidió parar, felicitó a su caballo con unas palmadas en el cuello y se dirigió hacia las cuadras ante la sensación de respeto y tristeza que ofrecía la grada a partes iguales.

‘Hoy se retira un caballo que ha marcado toda una trayectoria deportiva, tanto mía, que me ha hecho llegar a este nivel como jinete, como suya. Hablamos de un caballo que tiene 20 años, con el que he saltado en Juegos Olímpicos, campeonatos de Europa, campeonatos del mundo… Es un día triste por despedirme de él, pero también agradecido por los años que me ha tocado vivir’, rememoraba Eduardo Álvarez al término de la prueba madrileña.

Homenaje a Rokfeller, el caballo del mejor jinete español, el madrileño Edu Álvarez Aznar. / Daniel González / EFE

Pero también pone en valor el papel que juega la persona y el animal en un deporte de estas características. ‘Al final, es el único deporte en el que cuenta la intervención de dos seres vivos, que tienen que convivir no solo en la pista, sino también fuera de ella, en el día a día. Creas un vínculo de confianza con el animal, con Roki tengo uno muy especial’, añade el jinete español, en la despedida del que ha sido su mejor compañero de batallas durante muchos años. Rokfeller ha sido una institución en sí misma, se ganó al aficionado y su adiós marca un antes y un después en la hípica internacional, pero, sin duda, se ha ganado un más que merecido descanso.

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