La tasa de ahorro de los hogares subió con fuerza en 2023, tras caer a la mitad en 2022 debido a la espiral inflacionista. La moderación de la subida de los precios y la fortaleza del empleo permitió a las familias recuperar capacidad de ahorro y aumentar su gasto al tiempo que incrementaban su capacidad de autofinanciarse. Así, la tasa de ahorro de las familias se elevó el año pasado al 11,7% de su renta disponible bruta anual, frente al 7,6% de 2022. La tasa es inferior a las de 2021 (13,7%) y 2020 (17,4%), años en que los hogares acumularon ahorro de forma excepcional debido a las restricciones por la pandemia, pero es superior a la de 2019, el ejercicio previo al covid (8,19%).