Más de una decena de sociedades científicas se han unido para hacer público el ‘Manifiesto Dignifica’ y reivindicar la seguridad del paciente en la práctica de la sanidad privada. Urólogos, oncólogos, reumatólogos, dermatólogos, cirjanos…se suman a las quejas que, desde hace años, expresan sus compañeros -más de 60.000 médicos desarrollan su actividad en la asistencia privada, lo que supone un 2,6% del PIB, recuerdan- por las tarifas (baremos) que les pagan las aseguradoras: entre los 7 y los 15 euros por acto en consulta ambulatoria.
El manifiesto está suscrito, entre otras, por entidades como la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la Sociedad Española de Neurología (SEN), la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), la Sociedad Española de Reumatología (SER), la Asociación Española de Urología (AEU) o la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular y Endovascular (SECCE).
Para las cirugías, los precios también están muy por debajo del valor estimado, indican las sociedades
En un comunicado conjunto, recuerdan que muchos de sus compañeros de la sanidad privada trabajan con las compañías aseguradoras y grupos hospitalarios que dominan esta actividad económica y cuentan con más de 11 millones de asegurados. En la mayoría de los casos, los médicos especialistas de las principales aseguradoras reciben una contraprestación económica bruta entre los 7 y los 15 euros por acto en consulta ambulatoria, mientras que, para las cirugías, los precios también están muy por debajo del valor estimado, indican las sociedades.
Frustración de los profesionales
En el manifiesto aseguran que ‘esta situación produce una merma de la calidad asistencial, la sobrecarga del sistema, el aumento de las listas de espera y la frustración de miles de profesionales de la salud que no pueden implementar al servicio de los pacientes en atención privada las posibilidades que ofrecen las actuales técnicas y tecnologías’.
‘El médico no puede trabajar al margen de las últimas innovaciones de su especialidad ni practicar una Medicina que no sea la más avanzada para sus pacientes; por esta razón que la baja remuneración impide, por el diferencial de coste, mejorar sensiblemente la calidad en la asistencia médica al no poder utilizar los actuales medios que tienen al alcance los profesionales de la sanidad privada, lo que asimismo ello conlleva que no puedan reducirse los riesgos para las personas que la reciben’, indican en el texto.
‘Profunda preocupación’
Ante esta situación, en la que ‘cada vez se hace más patente el dominio creciente del mercado por parte de las aseguradoras’, las sociedades científicas se han unido para evidenciar el riesgo ‘para estos pacientes que, conforme a los estándares de la medicina actual, puede ofrecer por el bajo coste de los servicios médicos que estas aseguradoras están imponiendo y mostrar su profunda preocupación por el deterioro de las condiciones de prestación de los servicios médicos’.
De acuerdo con la opinión de los firmantes del documento, ‘el problema surge los recursos que se facilitan a los profesionales permanecen congelados desde los años 90 del siglo pasado, lo que trae consigo un deterioro muy agudo en las condiciones de la prestación de los servicios de los facultativos’. Como vienen denunciando desde hace años asociaciones como la Unión Médica Profesional (UNIPROMEL) -que lleva décadas batallando por mejorar las condiciones de este colectivo- las sociedades recuerdan que el precio que se paga al facultativo por acto clínico o quirúrgico lleva congelado desde hace 30 años.
Técnicas más avanzadas
A ello, inciden, se añade ‘la resistencia de las compañías a incorporar en sus coberturas los actos médicos, diagnósticos y terapéuticos más avanzados e innovadores de cada especialidad, recogidos en los nomenclátors de sus respectivas sociedades científicas. Lo que, sin duda, perjudica la calidad y supone la no eliminación de riesgos a los pacientes, conforme a los actuales estándares de la Medicina’.
Por todo ello, las sociedades científicas médicas firmantes, denuncian ‘que la profesionalidad y el compromiso ético de los médicos no puede ser aprovechado por las empresas de sector sanitario, para compensar y eternizar esta injusta situación’. Creen necesaria ‘una actualización razonable de la relaciónde prestación de servicios médicos y compañías aseguradoras, para ofrecer la calidad, modernidad y la eliminación de riesgos innecesarios en la atención médica a los pacientes’.