‘Soul Bossa Nova’, de Quincy Jones (1962)
En 1962, cuando la bossa nova solamente acababa de irrumpir en EEUU pero todavía no se había convertido en el sonido de moda que acabaría marcando buena parte de la música adulta de aquella época, Jones ya tuvo la visión de coger el ritmo brasileño y acercarlo a la música negra -el jazz y el soul, básicamente- en la que ya era un gigante. Esta canción, donde dirige a una orquesta compuesta por un quincena de miembros entre los que estarían músicos tan destacados como Lalo Schifrin, Jim Hall, Roland Kirk o Phil Woods, se convertiría con el tiempo en un básico que aparecería, en su versión original o sampleado hasta el extremo, en infinitas películas, series y anuncios publicitarios.
‘It’s My Party’, de Lesley Gore (1963)
Esta no la compuso Jones, pero sí que es una absoluta hija suya: fue él quien se la propuso grabar a la cantante en 1963 y quien acabó produciéndola con ese sonido tan característico de las fábricas de hits de Nueva York que eran el Brill Building, de donde salió lo más grande del pop de la década, o el vecino Bell Sound Studios donde se haría esta. No era nueva: el tema ya había sido grabado previamente, sin mucho éxito, por Helen Shapiro, y cuando la versión de Gore estaba todavía sin publicar casi se la pisa otro gigante, Phil Spector, con la versión que estaba grabando con The Crystals. Jones se dio prisa en mandarla a las radios antes que nadie, y la canción se convirtió automáticamente en el hit universal que todos conocemos.
‘In The Heat of The Night’, de Ray Charles (1967)
Para mucha gente, el conflicto racial del sur de Estados Unidos y su momento álgido, la batalla por los derechos civiles de los primeros años 60, tiene todavía el sonido de esta canción a la que puso voz el gran Ray Charles, pero que había compuesto su amigo Quincy Jones como tema principal de la banda sonora de la película homónima En el calor de la noche. La canción sentaba como un guante a aquella cinta en la que Sidney Poitier interpretaba a un policía de homicidios afroamericano que, cuando llega a visitar a su madre a un pueblo de Misisipi, se ve involucrado en la investigación de un asesinato en la que tendrá que vencer los prejuicios del sheriff blanco local, un inconmensurable Rod Steiger.
‘Thriller’, de Michael Jackson (1983)
La canción de los zombies cuyo vídeo musical aterrorizó a los niños de los 80 tampoco fue escrita por Quincy Jones, ni siquiera por quien puso la voz y la cara, Michael Jackson. Su autor fue Rod Temperton, al que Jones había reclutado para escribir algunas de las canciones de Off The Wall, el primer disco en el que el productor había trabajado con Jackson. Fue él quien volvió a llamarle en esta ocasión, y también fue él quien tuvo el concepto del álbum en su cabeza. De hecho, cuando ya lo tenían terminado, Jones decidió volver a mezclar todo el disco de nuevo hasta conseguir que sonara como él creía que tenía que hacerlo.
‘We Are The World’, VV.AA. (1985)
Quincy Jones estuvo en el proyecto de esta canción desde el primer momento, cuando Harry Belafonte le llamó a finales de 1984 con la idea de producir un tema que ayudara a concienciar y recaudar fondos para aliviar la hambruna que atravesaba África. Fue Jones quien metió a Michael Jackson en el asunto, y Jackson quien acabaría escribiendo la canción a cuatro manos con Lionel Richie. Jones no solamente la produjo, sino que también ayudó en algunos cambios en su música y sus letras. El resto es conocido: la participación de megastrellas del momento como Stevie Wonder, Diana Ross, Paul Simon, Bruce Springsteen, Cindy Lauper, Bob Dylan, Ray Charles, Dionne Warwick, Willie Nelson y un largo etcétera, y un estribillo que varias generaciones pueden recitar de memoria aunque no tengan ni idea de inglés. Todavía pasa por ser el octavo single más vendido de la historia.
‘The Fresh Prince of Bel-Air’ (‘El príncipe de Bel Air), de DJ Jazzy Jeff & the Fresh Prince (1990)
Vale, esta ni la escribió ni la produjo Jones. Aquí fueron Jeffrey Townes y el propio Will Smith, quienes por entonces conformaban el dúo de rap DJ Jazzy Jeff & the Fresh Prince, quienes se ocuparon de su tema principal. Pero lo hicieron bajo la supervisión de Jones, que además de componer el resto de la música de la célebre serie fue de hecho su productor ejecutivo y quien acabó de convencer a Smith para que fuera su protagonista. El papel de la celebérrima sitcom en la explosión global de rap fue más que evidente.