El Banco de España inauguró este martes la exposición titulada La tiranía del Cronos. Se podrá visitar en la Sala de Exposiciones del banco central, situada en la Plaza Cibeles, hasta el próximo 29 de marzo. La muestra artística la abre un díptico de los Reyes, de 223,52 x 170,18 centímetros cada uno, que realizó el pasado mes de febrero la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y que ha retratado a figuras tan ilustres como John Lennon, Leonardo DiCaprio, Maradona y Demi Moore.
Las dos imágenes de Felipe VI y Letizia, que se complementan la una a la otra, han sido impresas con tinta de secado UV sobre un lienzo de poliéster, lo que les da una apariencia de pintura. El entorno de los retratos no podría ser mejor: los Reyes posaron durante cinco horas en la Sala Gasparini, una dependencia del Palacio Real. Es la primera vez que el medio usado para estos tradicionales retratos es la fotografía.
La factura de Leibovitz por los retratos
Libovitz está considerada la fotógrafa más cara del mundo. Esto ha provocado que el pago por la obra no haya sido precisamente barato para el Banco de España. Y es que las obras han costado 137.000 euros a la entidad pública. Además, la artista ha recibido otros 97.000 euros por retratar al anterior gobernador de la institución, Pablo Hernández de Cos, trabajo que también se podrá disfrutar en la citada exposición.
Los retratos siguen una tradición instaurada por el Banco de San Carlos en 1783, cuando su junta de accionistas encargó un retrato de los directores de la institución por aquel entonces y de Carlos III, fundador de la entidad. A lo largo de los años diferentes reyes y gobernadores del banco central han sido retratados por artistas de la talla de Goya, Sorolla, Zuloaga o Madrazo.
En este caso Felipe VI aparece ataviado con uniforme militar, la banda azul de la Orden de Carlos III, el Toisón de Oro y otras condecoraciones. Los elementos clásicos que le rodean, como un espejo, la lámpara o una mesa, recuerdan a retratos de Diego Velázquez. La Reina, por su parte, está iluminada por una luz procedente de una ventana lateral. No porta, en este caso, ningún distintivo de su condición: ni diadema ni banda de Carlos III. Su traje de seda plisado fue confeccionado por Cristóbal Balenciaga en los años 40, y ha sido cedido por la Fundación Antonio de Montpalau.