La disfunción eréctil es un trastorno que afecta, fundamentalmente, a un porcentaje de hombres a partir de los 40 años, que se incrementa significativamente con la edad. Pero los médicos están detectando un aumento del número de pacientes jóvenes, incapaces de mantener una erección satisfactoria. Los motivos son variados, pero destaca el consumo abusivo de porno, de drogas y las relaciones casuales que facilitan las aplicaciones tipo Tinder.
“Hace 10 años las consultas por disfunción eréctil en personas jóvenes eran prácticamente inexistentes y ahora tengo una al mes”, indica Eduard García, responsable del Instituto de Urología Serrate & Ribal. En su opinión, la tendencia al alza está motivada, fundamentalmente, por tres causas. En primer lugar, el consumo de porno, que provoca “una doble situación”.
Ver a un hombre en situaciones irreales, como tener sexo con 25 mujeres, les provoca un estímulo cerebral tan enorme que en la vida real no logran tener una erección satisfactoria con una mujer de carne y hueso
Por un lado, en algunas personas, “ver a un hombre en situaciones irreales, como por ejemplo mantener relaciones sexuales de forma repetida con 25 mujeres, les provoca un estímulo cerebral tan enorme que en la vida real no logran tener deseo y una erección satisfactoria con una mujer de carne y hueso”. Por otro lado, hay hombres a los que el porno les satisface tanto como para aislarse y no necesitar tener sexo con otras personas. Sin embargo, el día que sí deciden mantener un encuentro sexual “no tienen experiencia real y esto les cohíbe y les pone más nerviosos, por lo que pueden vivir lo que se conoce como gatillazo”, indica el doctor.
Por este motivo, las consultas de disfunción asociada al porno eran, hace una década, escasas. ‘En cambio, ahora me encuentro con las dos situaciones mencionadas, tanto en pacientes que admiten que el motivo es el porno como personas que no lo reconocen pero cuando les preguntas sus hábitos ves que ese es el motivo”, señala García, que ejerció como responsable de la unidad de Men’s Health del Hospital Clínic.
Sexo con desconocidos
También influye, continúa, el sexo casual, que hace lustros no era tan habitual como ahora, gracias a aplicaciones como Tinder. “Mantener relaciones sexuales con un completo desconocido pone presión a muchos hombres. Antes de la llegada de las webs de citas, de forma previa se mantenía una conversación, aunque fuera corta, que te permitía alcanzar cierta intimidad y hacerte prever cómo iba a ser el encuentro sexual, pero ahora no conoces de nada a esa persona, sus gustos, lo que puede provocar más nerviosismo y que no se pueda responder bien”, comenta.
La mayoría de trastornos sexuales en hombres jóvenes son de tipo psicológico: ‘Tener uno o varios episodios con problemas de erección se les hace bola y se obsesionan’
El problema, añade, es que cuando se tiene uno o varios episodios con problemas de erección, la persona puede desarrollar un temor a no ser capaz de responder ante la próxima relación sexual, que le provoca una disfunción de tipo psicológico. “Se les hace bola, algunos tienen más resistencia pero otros, a partir de la primera vez, sienten que algo falla y empiezan a obsesionarse”, explica.
En tercer lugar, tiene influencia el consumo de drogas, incluido el alcohol. Muchos hombres piensan que les ayudan a desinhibirse y a aumentar su vigorosidad en la cama, pero la realidad es que, según los estudios científicos, los consumos excesivos o de forma prolongada disminuyen la respuesta sexual.
El tabú
Por último, ahora hay más casos porque cada vez más hombres deciden dejar de lado la vergüenza y el ‘qué dirán’ y piden ayuda profesional, lo que puede estar haciendo aflorar situaciones de disfunción eréctil que antes se sufrían en silencio. Aun así, según las estadísticas, el 80% de varones afectados no va al médico y del 20% que sí acude muchos llegan “más tarde de lo recomendable porque aún pesa mucho el estereotipo de que el varón no es ni infértil ni impotente”, según Juan Manuel Corral, secretario general de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA) y responsable de andrología reproductiva del Hospital Clínic.
También acuden a las consultas hombres jóvenes con una respuesta sexual normal, pero que están acomplejados o preocupados porque no pueden emular lo que ven en el porno
Corral viene observando, al mismo tiempo, que acuden a consulta hombres jóvenes con respuesta sexual normal, pero que están acomplejados o preocupados porque no pueden emular lo que ven en el porno. “Piensan que sus erecciones son insuficientes o que eyaculan muy rápido porque, ante la falta de educación sexual, tienen una imagen distorsionada del sexo”, indica.
Por todo ello, se está incrementando el consumo de Viagra y fármacos análogos, que se pueden adquirir por internet sin receta. Sin embargo, su ingesta sin control médico entraña peligros porque pueden interaccionar con otros medicamentos y, en personas que no necesitan este estímulo, pueden provocar priapismo, una erección que no baja y que puede dañar para siempre el pene.
Testosterona
También ha aumentado el consumo de testosterona como falso “elixir de la eterna juventud”. “Se toma de forma incontrolada para aumentar la masa muscular o tener más deseo y vigorosidad en las relaciones sexuales, pero tiene muchos riesgos, provoca infertilidad y aumenta la posibilidad de sufrir hiperactividad, trombosis o problemas pulmonares”, advierte el doctor.
La disfunción eréctil en hombres maduros, normalmente, está causada por ciertas enfermedades o los medicamentos que se toman para reducir sus síntomas
En conclusión, la disfunción eréctil en jóvenes es un fenómeno al alza, que suele estar relacionada con motivos psicológicos, mientras que en personas más maduras, a partir de los 40 años, predominan las causas orgánicas, es decir, motivadas por ciertas enfermedades o los medicamentos que se toman para reducir sus síntomas. Entre ellas destaca la diabetes, la obesidad, la hipertensión, varias cardiopatías o los problemas de próstata, así como la bajada de la testosterona, que disminuye un 2% al año a partir de la década de entre los 30 y los 40 años. A veces, la disfunción es el primer síntoma de que se sufre un trastorno coronario, dado que la acumulación de placa en las arterias empieza en las más pequeñas, como las del pene.
La incidencia es de más del 50% a partir de los 60 años, pero el porcentaje aumenta con la edad hasta, por ejemplo, alrededor del 80% a partir de 80 años. Pero, según los andrólogos, tanto si la causa es orgánica como psicológica, y en la mayoría de los casos son causas mixtas, existe una solución que corrige completamente el problema o mejora la disfunción. Para ello, es útil desde la terapia sexual hasta fármacos, geles, inyecciones o prótesis.