Una película tan problemática como El último tango en París no puede ser considerada una gran película; de hecho, es una película inaceptable. Lo ha afirmado hoy la directora Jessica Palud tras presentar en el Festival de Cannes el biopic Maria, en el que recuerda la historia de la actriz francesa Maria Schneider. En 1973, con 19 años, Schneider protagonizó junto a Marlon Brando la película de Bertolucci, que la lanzó a la fama pero también destruyó su vida por razones hoy bien conocidas: la escena de El último tango en París en la que el personaje de Brando sodomiza al de Schneider usando mantequilla como lubricante no figuraba en el guion original, y la actriz ni fue avisada de que iba a rodarse ni por supuesto dio su consentimiento al respecto.