Acaba de cumplir 36 años, es músico de conservatorio -piano, trompeta, guitarra- y acaba de convertirse en número uno en ventas con su disco El Club de los Soñadores. Está de gira, que le verá en el Wizink Center de Madrid el 18 de enero. Se reivindica una especie de fusión entre flamenco y pop, más de esto segundo. Cuenta que acumula más de un millón de oyentes mensuales en Spotify y que sus canciones alcanzan más de 50 millones de reproducciones en plataformas. Gaditano de Rota, este año será el pregonero del Carnaval de Cádiz. Puestos a ser fusión, él lo es entre sus dos principales aficiones: el Carnaval y la Semana Santa.
Antoñito Molina. Con ese nombre, ni es minero ni nada de nada.
Ni cocinero, cocinero. [ríe]
¿Por qué a tantos Molina les da por cantar: Antonio, Miguel, Alba, usted?
Pues no lo sé. Es una pregunta para trabajarla e investigarla. A mí me dio por cantar desde niño. Me llamo Antonio Caballero Molina, pero me puse el apellido de mi madre porque me gustaba mucho.
Cuenta que hace una mezcla de flamenco y pop. Ha habido ya muchos intentos de fusión. ¿Qué aporta al panorama?
Yo aporto canciones. Soy una persona cantautora que escribe canciones y que después las canta de la manera más natural. Soy un artista que creo que hace pop, y creo que mi tinte andaluz y gaditano y mi cercanía al carnaval hace que provoque un poco este estilo de fusión.
¿Pero es uno de tantos, uno más?
No me considero uno más, pero tampoco me creo una persona demasiado especial. Cada uno tiene algo diferente que aportar.
Cuando firma su último disco regala carnés del Club de los Soñadores. ¿No se puede soñar sin su permiso, por libre?
Todos deberíamos soñar. Pero hay gente que a lo mejor no se ha enterado de que la vida va de sueños, de arriesgar y de intentarlo. Y de que cuando pasan cosas malas, no hay que patalear ni enfadarte con el mundo. La vida es un regalo, y hay que vivir. El Club de los Soñadores es la canción que da nombre a este disco, y de ahí que dé este carné. Me parecía algo bonito. No quería vender discos por solo vender música. Quería vender una experiencia, un recuerdo, y de ahí el carné.
¿Se ve repartiendo carnés de soñador en el Congreso de los Diputados?
También. Creo que también esas personas tienen que tener sus sueños, seguro. Como también daría carnés a la gente que aguanta a los del Congreso. A los que están cerquita.
¿Qué es eso de ser flamenco pop? ¿Fusión?
Me gusta mucho el flamenco, pero Dios no me ha dado el don de ser un artista flamenco, porque no lo soy. Me considero un artista pop, un cantautor pop. Pero es verdad que mi voz y mi deje andaluz puede provocar que haya gente en el norte que diga que soy flamenco.
Dice que Dios no le ha dado ese don. ¿El flamenco son palabras mayores?
Para mí sí. Para mí ese desgarro en la voz y ese timbre se tiene o no se tiene. Y yo no lo tengo. Admiro a quien lo tiene y me encanta.
Sus dos pasiones son la Semana Santa y el Carnaval: Eso sí que es fusión.
Total. Entre las dos cosas hay muchas diferencias y al mismo tiempo algo muy, muy parecido. Hay mucha gente a la que le gustan ambas cosas.
Tendrá una cofradía de cabecera.
El Nazareno de Cádiz, del barrio de Santa María. Llevo tocándole con mi trompeta desde que tengo ocho o nueve años, porque yo soy músico de banda de música. Y al final es cultura más que otra cosa, es pasión, es tradición, es familia, es tu vida. Para mí tiene algo especial, como la Virgen de los Dolores, con las gitanas del barrio de Santa María. Quizá para que tenga algo especial hace falta vivir lo que yo he vivido.
“A los gobiernos y a los políticos les dedicaría una chirigota, y doscientas”
Según está el patio, ¿a quién le dedicaría una chirigota?
A los gobiernos y a los políticos. Les dedicaría una chirigota y doscientas. Hay para todos un poquito. No estoy muy puesto en política, pero lo poquito que veo, leo e intento escuchar… Yo me sentiría muy mal e intentaría buscar un boquete para esconderme si miento o incumplo algo. Ahí le daría yo caña fuerte.
Con eso de ser de Rota, ¿le inspira la base americana para componer?
No, nada, la verdad. La base americana está muy bien puesta allí, y da mucho trabajo y es maravillosa, pero no me inspira. Me inspira más la playa, o un atardecer, o un café con mi madre. Me inspira el olor del puchero de casa la abuela cuando están todos los niños, los nietos y mis sobrinos allí. Me inspira la familia, lo que tengo más cerquita. Me inspira viajar en tren, me inspiran mis recuerdos, la nostalgia. Lo bonito que es estar sano, feliz y junto a aquellos con los que has crecido.
Nada que tenga que ver con barras y estrellas.
No mucho. Pero creo que en Rota la base ha provocado hasta musicalmente cosas buenas, porque por allí entraba música cuando no entraba por ningún lado, y puede que esos discos que entraban por la base los buscaran, según he leído, gente como Quico Veneno o Raimundo Amador, y ahí ha habido magia y aprendizaje.
Canta: “Yo nunca tuve una novia más bonita y que me quiera más que tú”. Qué papelón y qué responsabilidad para su madre.
Sí [ríe]. Es que esa canción mucha gente no la entiende, pero es que yo cuando era niño siempre le decía a mi madre que yo no iba a tener novia, que mi novia era ella. Y se reía mucho. Luego, durante una época tuve unas pocas novias en muy poco tiempo, y ella me recordaba: Pues menos mal que no vas a tener novias, ¿no? Una tontería entre ella y yo, y como me pare guay escribir las cosas mías, así lo hice. Era cuando tenía como veinte años. Ahora mismo tengo una pareja con la que comparto mi vida desde hace seis años y es maravillosa.
Toca piano, guitarra, trompeta. ¿Es un hombre orquesta?
Yo toco todo malamente, pero lo toco. No toco nada de manera profesional, pero todo me vale para mis canciones. Estudié en el Conservatorio piano y trompeta y la guitarra es un instrumento con el que creo y trabajo las canciones. Siempre me ha gustado la música, desde pequeñito. Hacía ruiditos con las percusiones, con los bolis. Trabajé en un hotel durante mucho tiempo con el piano en el buffet… La música es mi vida y me encanta tocar, investigar y aprender.
Dicen que es usted una futura promesa. ¿Cuándo se va a cumplir?
Yo no diría que soy una futura promesa y nunca lo he sido. Siempre he sido un soñador nato, un currante. Me considero muy trabajador. Amo esto y cuando tú amas algo y empieza a irte bien la misma ilusión y el mismo motor del cuerpo por dentro te activa. Las cosas están yendo ahora extremadamente bien, y creo que es consecuencia de haberle puesto mucho amor a todo.
“Los malos rollos los dejo para otros”. ¿Se puede vivir siempre contento?
Sí, realmente se puede vivir siempre contento, aunque haya ratitos malos. Pero hay gente que se enfada por cualquier tontería, y yo creo que no hay nada tan importante como para que te provoque un día malo, a no ser que estemos hablando de algo muy grave, como la salud de un familiar. Pero, mientras no sea eso, todo tiene solución. La gente está viviendo en una carrera, en una competencia… Y yo paso.
¿Qué le emociona? ¿Qué le remueve, canción aparte?
Mi familia, mi madre y mis recuerdos. Recuerdo mucho cuando era niño, y me da mucha nostalgia, porque yo me hubiera quedado con mis años.
Tiene complejazo de Peter Pan.
Pues lo tengo. Me gustaba ver a mi madre joven, ver a mi abuela, vivir con mis hermanos. Lo recuerdo con mucho cariño.
¿Qué hubiera hecho si no hubiera cantado? ¿Trabajar?
Hubiera sido maestro. Me hubiera encantado ser profe de música de un cole. Hubiera estado muy guay. Y hubiera sido muy feliz también.