A Ana Pastor (Madrid, 1977) lo de combatir los bulos le viene de lejos, y se ha convertido en uno de los ‘leitmotivs’ de su carrera. Primero en ‘El Objetivo’ y ahora en ‘Conspiranicos’ -ambos en La Sexta- y ‘Newtral’, la periodista rebusca en los bastidores de las declaraciones, los hechos y los datos para arrojar luz donde a veces solo hay claroscuros. Por eso repregunta tanto en las entrevistas, porque la primera respuesta no suele valerle: a veces, solo tiene una patina de verdad, si es que la tiene. ‘Es que una sociedad es mejor si tiene herramientas de verificación’, razona.
Lo que le motiva a Pastor es ofrecer el mayor número de claves para que sea uno mismo quien saque sus propias conclusiones, sobre todo cuando se trata de servidores públicos. ‘Te tienes que cabrear cuando te mienten’, defiende Pastor en una entrevista que tiene lugar en la misma semana que se conocen las denuncias por acoso sexual contra Juan Carlos Monedero, uno de los fundadores de Podemos. Para arrancar empezamos por las ‘fake news’ (al menos al principio), pero en 36 minutos de charla hay espacio para, entre otros temas, los inicios de su carrera, las amenazas que recibe y que le hacen sentir ‘miedo’, la Inteligencia Artificial, Trump, el feminismo y, cómo no, Monedero.
Le has dado siempre mucha importancia a cómo combatir la desinformación, las ‘fakes news’, antes incluso de que el tema saltara al debate público, a las conversaciones de la gente. ¿De dónde te viene esa preocupación por las noticas falsas? Porque tú lo supiste ver antes que nadie
Por un lado pienso que es consustancial al oficio que hacemos. Al final esto también va de de entender qué es mentira y qué es verdad. Y es cierto que hace 12 años, cuando en ‘El Objetivo’ empezamos a hacerlo, estábamos muy solos, incluso hubo gente en la profesión que se reía de nosotros. Pasó el tiempo y, con sorpresa, observamos que se sumaban a lo que ellos creían que era una moda. La verificación a algunos, porque solo se la hacían a los otros, ¿no? Verificaban a los otros políticos, digamos; y no, la verdad es como la mentira, es transversal, hay que hacérselo a todos. Entonces, bueno, ha habido épocas que hay gente que se ha sumado en los medios, pero no de manera estable y no de manera continúa como fue ‘El Objetivo’ y como es Newtral. ¿De dónde me viene? Si tuviera que elegir un momento, probablemente elegiría el momento en el que salgo de Televisión Española, en el que me echan de Televisión Española y me voy a Estados Unidos unos meses a ver un poco qué se está haciendo allí. Y allí yo vi como en algunos programas de televisión hacían verificación y le hacían verificación a todos. Ponerle un ‘falso’ era algo que allí se estaba empezando a hacer de manera muy contundente. Vi y conocí al equipo del Washington Post que ponía ‘Los Pinochos’ y volví fascinada y dije: ‘Pues esto es lo que hay que hacer’. Te estoy hablando del año 2011, 2012. Han pasado ya unos cuantos años. Volví con la idea de poder hacerlo también aquí en España en televisión en ‘El Objetivo’ y después nació Newtral de la misma idea.
Cuando empezó ‘El Objetivo’ había gente en la profesión que se reía de nosotros, luego vimos con sorpresa que se sumaban a lo que ellos creían que era una moda
¿Igual también tiene que ver con la Ana Pastor que se formó en la Ser? Que muchas veces has hablado de la exigencia que tenía Iñaki Gabilondo con la redacción por tener el máximo rigor
No, tiene más que ver con una obsesión con los datos. Es verdad que yo siempre he intentado y, de hecho, si ves un poco la trayectoria de las entrevistas, de que todos sufrieran el mismo trato, un poco alejarse del ruido y centrarte en los hechos y en los datos. Que ahora sé que está muy de moda decirlo y los hechos y tal y cual, pero entonces no lo estaba, ¿no? Es verdad que yo siempre he tenido como muy incorporado desde que empecé en Tele Toledo, luego por supuesto La Ser, y todo lo demás, en que hay mucho ruido a nuestro alrededor, ¿cómo te proteges del ruido? ¿Cómo haces que la gente se proteja del ruido? Centrándote en un camino muy concreto que es el de los datos y los hechos, que no son interpretables. Las opiniones sí, fenomenal, pero nosotros no verificamos opiniones. Entonces, mi obsesión quizá por los datos es muy, muy primaria, muy anterior a todo eso.
Si hace 15 años, cuando lo petabas con los Desayunos de TVE, que era un programa supervisto en una cadena estable entonces porque se había llegado a un consenso político, te hubieran dicho que ibas a tener tu propia empresa con 70 trabajadores unos años después, ¿te lo habrías creído?
No, imposible. Es que nunca me hubiera creído ni trabajar en La Ser de redactora por la noches. Nunca me habría creído luego pasar al equipo de Iñaki Gabilondo. Imagínate cuando estoy en Televisión Española, no solo en ’59 segundos’, sino después en los ‘Desayunos…’. Entrevistar a Ahmanineyad, a Malala, a Tony Blair, es que me me parece todo como que… de hecho, a veces me pasa que me dicen ‘¿Tú no entrevistaste a no sé quién?’ Y yo recuerdo la entrevista y no recuerdo que era nuestra, ¿no? De los ‘Desayunos…’. Y luego pues todo lo que me ha pasado, hacer un formato en La Sexta como ‘El Objetivo’ y, por supuesto, poder crear una empresa, que me parece la mínima contribución que yo podía hacer tras toda la suerte que he tenido durante toda mi carrera, viniendo de dónde vengo, que es verdad que no vengo de la realeza, vengo de una familia muy trabajadora. Me parece que lo mínimo que puedo hacer para contribuir es que haya 70 personas que tengan también oportunidades gracias a lo que hemos creado en Newtral.
Es jodido montar una empresa, muchos dolores de cabeza
Sí, para mí dos facetas muchísimo más difíciles que todo lo que se conoce mío, una, por supuesto, es como madre, y otro como empresaria. Y creo que hay que darle mucho valor a tener una empresa de 70 empleados fijos antes de que fuera obligatorio hacer a la gente fija. Yo siempre, viendo lo que había pasado en otros sitios, supe que eso es lo que quería hacer. Vino la pandemia y nos comimos los beneficios para no tocar ni los sueldos ni los trabajos de la gente y eso es lo que más a gusto me hace sentir. Que es muy difícil porque nosotros no despedimos a la gente cuando se caen los proyectos, sino que buscamos proyectos y sostenemos a la gente cuando están empezando a llegar, pero todavía no han llegado, y me parece que tiene mucho más valor. Y en cualquier caso, mi mayor talento no es hacer preguntas o hacer entrevistas, es encontrar gente con mucho más talento y lo tengo clarísimo, es decir, yo he podido crear una empresa, hacer programas, porque tengo mucho talento encontrando talento y creo que eso es lo mejor que yo tengo. Encontrar esa gente alrededor que sigue haciendo las cosas bien.
Mi mayor talento no es hacer entrevistas, es encontrar gente con mucho más talento
70 personas es mucha gente, más que algunos medios informativos más tradicionales, pero son pocas para desmontar la desinformación, ¿no?
Lo bueno que tiene Newtral es que es una ‘media startup’, es verdad que ya no estamos empezando, pero hacemos de todo. Tenemos la parte audiovisual, que es una de las más conocidas, también por los programas, pero la otra parte es lo que a mí me gusta llamar centauros. No son solo periodistas, son ingenieros, ingenieras, documentalistas, expertos en datos, porque ahora ya las habilidades que tú necesitas de un periodista es que se enfrente a este nuevo mundo y el monstruo de la desinformación es muy tecnológico. Por tanto, necesitamos mucha gente que entienda y sepa utilizar las herramientas de la tecnología. Y tenemos la suerte de que hay una nueva generación que sabe mucho de eso y que nos aporta mucho valor también como empresa y en la lucha contra la desinformación. Entonces, claro que necesitaríamos muchos más, pero sobre todo es importante cuidar a los que tienes.
¿Por qué les llamas centauros?
Porque es mitad periodista, mitad programador; mitad periodista, mitad tecnología, innovación y demás. Es verdad que es un equipo muy innovador en todos los sentidos, también en los contenidos. Cuando ya hemos hecho un documental, te están ofreciendo un documental de otra cosa. Cuando ya han descubierto una herramienta que nos ayuda a algo, ya te la están ofreciendo, y yo creo que la diversidad, que está tan denostada por algunos como Donald Trump, curiosamente cuya familia viene de Europa, es un valor económico siempre y lo veo en mi empresa, pero lo veo en muchas otras.
¿Habéis empezado a trabajar ya con Inteligencia Artificial?
Desde hace tiempo. Nosotros hicimos una apuesta por la tecnología y la innovación hace años para que ayudara a nuestros periodistas a mejorar los procesos y, gracias al equipo de ingenieros de Newtral, llevamos trabajando en eso mucho tiempo, y de alguna manera incorporando los valores en los que creemos, que son todos los que conocemos ya de nuestra trayectoria para que la IA no se coma todos esos valores, ¿no? Y se puede hacer. Y yo creo mucho en la IA también por eso. No creo que nos vaya a sustituir. Ha ayudado a que nuestros periodistas, por ejemplo, se focalicen más en contenidos que en transcribir lo que dice un político o buscar de alguna manera una ‘fake news’ que esté en algún sitio. Nos ayuda mucho más la IA a que el propio periodista no pierda el tiempo.
Es muy importante que si el político al que tú has votado te miente, te cabree más que que sea el otro
Claro, pero la IA puede ser un aliado y también puede ser un enemigo; puede ser generadora de ‘fake news’ en algunos casos
Lo es, lo es. La tecnología es como el doping y el antidoping, lo puedes utilizar para lo que consideres. Nosotros queremos utilizarla y lo hacemos para el bien. Pero es verdad que la Inteligencia Artificial nos ayuda a ir mucho más rápido. Claro que a quien genera mentiras le ayuda a difundirlas más rápido, pero también a nosotros a ir un poco en paralelo con ellos y para eso necesitas gente buena y gente que quiera sumarse al proyecto y que se crea nuestra visión de que una sociedad es mejor si tiene herramientas de verificación. A mí no me gusta que me digan lo que tengo que pensar, por eso nosotros no eliminamos contenidos, que esto es importante. No me gusta que me digan lo que tengo que pensar y no me gusta hacerlo con la gente. Nosotros ponemos un ‘falso’ y tú decides si quieres seguir leyendo y compartiendo una información que alguien ha verificado como falsa en cualquier lugar del mundo.
Después de que Zuckerberg anunciara que Facebook no usará herramientas de verificación en Facebook y que Elon Musk haya cambiado el algoritmo de Twitter para fomentar la crispación, la polarización, ¿lo peor de las ‘fake news’ está por llegar todavía?
Sí, seguro. Creo que estamos en una encrucijada, específicamente en Europa. Tenemos que decidir si queremos ser el Salvaje Oeste, como está ocurriendo en Estados Unidos con las decisiones de las plataformas. Aquí tenemos la DSA, que es la la norma que regula que no pueden hacer lo que quieran. O sea, yo me he encontrado en Telegram, estos días lo he tuiteado, amenazas de muerte y de violación, que si una quinta parte de eso ocurriera en una televisión, estaríamos en la cárcel con razón. Esto está ocurriendo sobre todo en Telegram. La gente mira mucho hacia Twitter, pero hay que mirar mucho Telegram, que es un lugar donde se se están diseminando y difundiendo muchísimas mentiras, pero también muchas otras cosas muy graves. Y eso está ocurriendo ahora mismo. ¿Lo peor está por llegar? Yo creo que lo peor y lo mejor también está por llegar porque no es una reflexión solo que debamos delegar en los de las plataformas, en los políticos, en los reguladores, no. Creo que es muy importante que todos nos cabreemos cuando nos mientan. Yo creo que es muy importante que si el político al que tú has votado te miente, te cabree más que que sea el otro. Y esto es una reflexión como sociedad, que tiene que ver con las mentiras de la política, de las ‘fake news’ en general, de la salud, de lo que sea. Te tienes que cabrear cuando te mienten. Nos pasa en nuestra vida diaria. Si hemos tolerado la mentira, algo está ocurriendo y a mí no me gusta que eso ocurra, vamos. No me gusta que me mientan ni los políticos ni los seres humanos en general.
Ana Pastor, en un centro de control de La Sexta, en los estudios de Artresmedia. / XAVI AMADO
De alguna manera nos hemos acostumbrado a que los medios a veces sean refugios de esas mentiras. A veces se acude a determinados medios para que nos cuenten la verdad que queremos escuchar. Algo es veraz o no lo es, pero verdades hay muchas, ¿no? Según cómo se vea la realidad
Sí, yo creo que a veces pensamos que la gente confía en un medio y es verdad que a veces lo que ocurre es que esa gente lo que busca es confirmar, no confiar, sino confirmar lo que piensa. Creo que en nuestra labor, en nuestro oficio, está también agitar la conciencia, por eso digo que es muy importante cuando un medio más, digamos, de izquierdas, cuestiona y le da caña a un político de izquierdas. Creo que sube su credibilidad. Y al revés, cuando un medio más conservador le da caña o cuestiona a un político de derechas, sube su credibilidad y yo prefiero eso. Lo que no me gusta es lo previsible. Yo ya sé que esto va a ocurrir. No me gusta como periodista y no me gusta como ciudadana y al final nosotros somos también parte de la sociedad a la que nos dirigimos, ¿no? Entonces, siempre me han gustado los políticos que consideraban que el que le escuchaba, el que le escucha, es al menos igual de inteligente que él. Y me pasa igual con los periodistas. Al menos los que nos escuchan son igual de listos que nosotros, la mayor parte de las veces mucho más, ¿no? Entonces, me parece que es una reflexión que no nos puede dejar fuera, no como periodistas, sino como parte de la sociedad.
Yo nunca he pensado que soy más que el político, pero tampoco he pensado que soy menos
¿Puede ser que estemos estamos en la época más complicada en los medios, en la época más de trincheras?
Sí, pero a mí es que la melancolía no me va a permitir avanzar. Entonces, yo ya sé que lo fácil es decir X o Y, me da igual, pero ‘Newtral’ no está en esa posición, ‘El Objetivo’ no está en esa posición. A mí me da igual que la izquierda se enfade conmigo por una entrevista contra Pablo Iglesias que considera que es que es muy sanguinaria. Me da igual que Cospedal en su día… es que me da igual, es que el camino que yo tengo marcado es este ¿Que nos quieren empujar y movernos del camino? Sí. Pero también hay gente dispuesta a escuchar, es decir, Newtral funciona tan bien porque hay gente que quiere escuchar y, mientras no olvidemos que detrás de ese ruido hay gente dispuesta a conocer, a saber, a cuestionarse las cosas, esa masa no va a crecer. No va a crecer, pero esa gente existe. La gente que no quiere ruido y que quiere hechos existe. No sé si los periodistas estamos teniéndolos tan en cuenta como deberíamos.
¿No crees que la gente milita más en los medios que los lee?
No toda. No toda, creo que hay ejercicios demostrables. El ejemplo de que Monedero sea noticia ayer en el ‘Abc’ y hoy en ‘eldiario’ habla de que hay dos medios muy diferentes que han hablado de un mismo personaje y probablemente al mundo de Monedero y al votante de Podemos le va a hacer más daño que salga en ‘eldiario’, pero ‘eldiario’ tiene que sacarlo. Digo este ejemplo, pero te podría poner otros del periódico para el que trabajas. Creo que ayuda mucho a eso y luego creo que hay una cosa en vuestro grupo que le da mucho valor, que es la proximidad y la Dana nos lo ha enseñado. Qué decir del valor que tiene el periodismo hecho desde el lugar, sea Ucrania, sea Valencia, sea Aragón, creo que eso también es un foco que no debemos perder los periodistas. El de la gente que está detrás del ruido y que está queriendo escuchar y el de la gente que está en el confiar en el periodismo de proximidad.
Me gusta más repreguntar que preguntar. Tiene la parte sorpresa
Alguna vez has dicho que cuando haces una entrevista estás tan nerviosa como en la Selectividad. ¿Tú crees que alguna vez has has estado más nerviosa tú que el entrevistado?
Pues seguramente muchas, yo me lo tomo como si estuviera haciendo la Selectividad. Creo que el examen también es para mí y creo que la responsabilidad que tenemos los periodistas y la suerte de entrevistar a ciertas personas… es que estamos sometidos al mismo control. Yo nunca he pensado que soy más que el político, pero tampoco he pensado que soy menos. Entonces, en esa situación que se da en una entrevista, yo no quiero equivocarme y para no equivocarte pues tienes que estudiar, ¿no? Los que tenemos hijos, lo decimos, lo más fácil para que te salga bien el examen es llevarlo muy bien preparado. Tengo la sensación de que hay algunos políticos que se lo preparan bien y tengo la sensación de que otros, sobre todo al principio, ahora ya me pasa menos, pensaban que venían a tomarse un café y claro, salían despeinados, pero creo que eso también ha cambiado mucho. En eso también se han profesionalizado mucho.
La periodista Ana Pastor, en los estudios de La Sexta. / XAVI AMADO
Mola eso de que salían despeinados
Eso me pasaba mucho en los ‘Desayunos’ al principio; era como ‘bueno, venimos a tomar un café’. No, no venían a tomar un café. De hecho no te daba tiempo a tomar café… Es que al final es una tontería porque son preguntas. Yo ya puedo imaginarme alguna pregunta difícil que me puedas hacer, lo mismo podría hacer un político, ¿no?
Has dicho alguna vez que Sánchez es muy complicado entrevistarle porque tiene muchos datos en la cabeza, porque evidentemente tiene un trabajo enorme de muchas personas que están ahí por detrás, ¿no?
Un presidente y un ministro o una ministra de Economía siempre suelen ser entrevistas que te exigen más porque tienen mucha información y muchos datos, claro, y ahí te pueden cambiar un poco el paso.
¿El entrevistado más difícil que has tenido?
¿Nacional? ¿internacional?
En general, que digas tú, »jo’, este’, que lo recuerdes como ‘qué complicado’
Muy maleducado, muy maleducado, Alfonso Guerra. Top uno, probablemente. Luego me parece que hay entrevistados en positivo también, te diría que hay dos o tres nombres que a mí me gusta siempre recordar. Uno es Zapatero, que encaja como nadie. Recuerdo una entrevista sobre Venezuela muy dura y ha seguido dándome entrevistas. Un entrevistado muy top, Artur Mas, que ahora ya está más fuera del foco, y las podía hacer en varios idiomas. Tony Blair. Zelenski, Zelenski también. Sorprendente para bien me pareció Aznar cuando lo tuve en Televisión Española. Maleducado es que me sale fundamentalmente Guerra. Es que no puedo con la mala educación en general, ni con los políticos ni con la gente en general. Me sale Alfonso Guerra, pero no, especialmente difícil, no.
¿Y de la que saliste más satisfecha? De esa que tú supieras que era un terreno minado y que había que preparársela mucho, que estuvieras más tensa y acabaras diciendo ‘joder, lo he sorteado bien’
Bueno, lo he sorteado bien, porque era fácil, la entrevista a Rubiales. Porque Rubiales representa para mí prácticamente todo lo que detesto. Entonces no me costaba hacer esa entrevista. Sin embargo, si tengo que entrevistar a Rafa Nadal y tengo que apretarle, me duele más, claro, que hacérselo a un Rubiales. Pero sí, me parece que estuvo bien. No suelo mirar la satisfacción de la entrevista con mi reacción, sino con un poco que ha entendido la gente, ¿no? De lo que él decía, no de lo que yo preguntaba.
Pregunta-broma, ¿que te gusta más preguntar o repreguntar?
Repreguntar siempre. Porque tiene la parte de sorpresa que te digo. Porque tú preguntas y más o menos puedes saber. Pero si te descolocan es porque ahí va la repregunta. Sí, a mí me gusta que me sorprendan en general y no me gusta que me den la razón. Con lo cual en la repregunta también hay un poco ahí de debate.
Si pudiera hacerle una pregunta Trump tendría más que ver con el medio largo plazo que con el corto, que ya es bastante preocupante
El otro día entrevistamos a Inés Hernánd y a Nerea Pérez de las Heras (‘Saldremos mejores’) e Inés decía que ella es como un foco de ‘hate’ últimamente
Le va la marcha.
Le va a la marcha, es cañera, sí
Además es valiente porque va al choque.
Entonces ella decía que sí, que era el foco del ‘hate’, pero que luego confiaba mucho en ese pacto social de no agresión en la calle. Decía que mucha gente le odia, la llama ‘puta’ en redes, pero en la calle no le pasaba nada, que si acaso una mala mirada. A ti, sin embargo, sí que te han pasado cosas
Yo sí, yo sí. Tengo que decirte que no es en todas partes y, por supuesto, que es una de cada 10 personas; o sea, yo, nosotros, porque creo que en esto sí que nos incluye a Ferreras y a mí, de cada 10 personas que se te acercan, nueve son muy educadas, incluso en la discrepancia que yo, insisto, agradezco. Como no me gusta que me den la razón, me gusta también debatir con la gente con la que me encuentro. Pero sí que hay una persona de esas 10 que ha cruzado ya varias líneas y no hablo solo de insultarte, no, estoy hablando de agresividad física. Y no nos ha pasado una vez, nos ha pasado muchas veces. Nos pasa recurrentemente y es un efecto del salto de las redes a la calle. Es decir, esto no es solo lo digital, donde, por supuesto hay un botellón en una lista que es Twitter y donde tú puedes decir barbaridades, y las denuncias y te dicen que les da igual. No, esto nos pasa también en la calle y la máxima responsabilidad yo se la doy a la ultraderecha. Hay una parte también de la ultraizquierda de Podemos que ha jugado eso, pero desde luego si tuviera que poner el nivel de agresividad en la calle pondría a la ultraderecha sin ninguna duda. Cuando te señalan.
Yo nunca me quiero acostumbrar a que me llamen ‘puta’ ni por la calle ni en redes
¿Cómo lo llevas?
Mal, mal. Yo nunca me quiero acostumbrar a que me llamen ‘puta’ ni por la calle ni en redes. No me voy a acostumbrar a que me amenacen de muerte, de violarme, ni en las redes ni en la calle, que también me ha pasado. No me acostumbro a tener que mirar dónde estoy y quién hay alrededor, no me acostumbro y no me quiero acostumbrar. Y luego, tengo hijos y tengo familia, que no tienen por qué aguantar esto, pero es que tampoco tengo por qué aguantarlo yo ni Ferreras. No, es que me niego a vivir en un país en el que tengas que aceptar que te llamen ‘puta’ porque has hecho una entrevista a alguien de un partido político, porque has hecho una crítica a alguien de un partido político. Me niego a aceptarlo y no quiero ese país para mis hijos y no, no solo no me resulta cómodo, sino que lo sufro, me gusta decir que lo sufro, me gusta decir que a veces tengo miedo. Me gusta decir, explicar que tengo miedo porque creo que la gente tiene que saber también que eso ocurre. Desde luego no estamos en una situación como si esto fuera México o Ucrania, no, no es así. Pero creo que es bueno contar que bajo esta apariencia de mujer sin miedo, yo soy muy miedosa, Rojas lo sabe [Alberto Rojas es corresponsal de guerra de ‘El Mundo’, amigo de ambos, con el que ha coincidido cubriendo la guerra en Ucrania]. Si duermo sola o duermo en un país como Ucrania o como algunos lugares donde he estado intento dormir con la luz encendida porque soy miedosa y sin embargo puedo ir a la guerra, o sea que sí. Tengo miedo de situaciones de agresividad física que he tenido que vivir en la calle y que vivo en la calle.
Tengo miedo de situaciones de agresividad física que he tenido que vivir en la calle y que vivo en la calle
Parte de ese país que quieres para tus hijos es también uno donde no se permita que se difame a alguien, ¿no? Cuando alguien lo ha hecho, tú no has dudado, querella al canto
Y ha sido muy duro, porque también tengo que decirte que aunque, obviamente, gran parte de la profesión en esto me ha apoyado, tengo amigos y muchas amigas que siempre están ahí muy pendientes, la casa, Artresmedia, también y por supuesto Newtral, pero algún día podremos contar algunas de las cosas que nos han pasado y yo no las he contado muchas veces, y no se las deseo a nadie, no se las deseo a nadie. Hay cosas que no hemos contado ni de nuestra casa, de nuestra familia quiero decir, ni de cosas que han vivido nuestros equipos y no se las deseo a nadie. Por eso cuando a mí viene alguien de Podemos a darme lecciones de lo que les ha pasado a ellos… ellos han tenido a la Guardia Civil en su puerta, nosotros no, eh.
Si te encontraras con uno de estos agresores en un sitio en el que tú pudieras hablar con tranquilidad, desde la calma, ¿qué le dirías?
Es que es imposible porque lo he intentado. He tenido un percance en la calle, como te digo, con cierta agresividad, he intentado dialogar con esa persona y como en ese momento yo estaba sola, tuvo que intervenir un señor mayor en la calle, muy mayor, para echarme una mano porque era imposible el diálogo. O sea, era una persona que lo que quería era agredirme, entonces no quería dialogar. Es imposible, cuando hablamos de ese nivel de locura y de crispación no hay diálogo posible. Con la gente que te critica sí, yo de verdad que estoy encantada con gente que te dice: ‘Oye, pues me ha sorprendido’ o ‘esto me ha gustado’ o ‘qué bien Rubiales’ o ‘qué bien tal’, ‘vaya caña le diste a no sé qué’, me parece bien, es que a mí me gusta la crítica. Lo que no me gusta es el insulto, la amenaza, la descalificación y ya no te cuento la agresión, ¿no?
Decía Pedro J, supongo que seguirá diciéndolo, que solo hay dos puestos que merezcan la pena en un medio de comunicación, como en un periódico, o una televisión, que son redactor y director. En todos los demás uno se come muchos marrones
¿Pero él sabe? ¿El sabe cuáles son los otros? [responde bromeando]
Es bueno contar que, bajo esta apariencia de mujer sin miedo, yo soy muy miedosa
Sí, alguna vez lo sería. Y era lo que te quería preguntar. Tú que has estado en muchos puestos y que has sido becaria, has sido redactora, entiendo que habrás sido jefa de sección
Becaria con chanclas que dirían en El Mundo. Becaria con chanclas de Ferreras.
De hecho te iba a preguntar por eso más tarde… ¿De todos los puestos donde has estado, con cuál te quedas?
Tengo una suerte inmensa porque incluso aquí estando en La Sexta, que produzco dos programas, los dirijo y tal, de repente me mandan de redactora a algún sitio, que ya sea al Congreso, que sean las elecciones de no sé dónde. Tengo una suerte inmensa porque ahí César [G. Antón, director de informativos] de repente dice ‘Oye, vamos a hacer esto’. Entonces, estás todo el rato en el lugar en el que empezaste desde una situación de mucho privilegio como es la mía, porque además tengo todo esto de lo que hemos hablado. Creo que sí que tengo una suerte y es ser una mujer que ha empezado como tú recordabas de abajo, porque parece ser que los hombres nunca sois becarios, y llegar a tener una empresa… Pero yo me pongo a hacer rótulos en la tele de los programas que dirijo o en las elecciones de EEUU me hice un directo con menos 15 grados de 13 horas, desde ‘Al rojo vivo’ hasta que acabó ‘Conspiranoicos’. Y le dije a César: ‘Vamos, es que yo en esto soy feliz’. Creo que si has podido pasar por todo eso y encima tienes la suerte de dirigir equipos, vas a entender y sobre todo valorar mucho más el trabajo de los demás. Es la única manera de valorar el trabajo de la gente, haber pasado por todo eso, valorar que la persona que te maquilla, que hoy lo estábamos hablando, igual ha tenido también un día muy malo, también tiene que aguantar a sus compañeros, etcétera y te está dejando mejor para que en la entrevista salgas mejor. Entonces creo que ser jefa habiendo pasado por todo lo demás me da la oportunidad de valorar el trabajo del resto y eso es impagable.
Sí, total.
Me hace mejor persona, no solo mejor periodista.
Te han llamado ‘Rottenmeyer’, te han llamado ‘Anita’
Se disculpó con lo de Rottenmeyer Bono
‘La becaria en chanclas’
De Ferreras, la segunda parte es importante
Eso. Estamos en la cuarta ola del feminismo, que está pegando bastante fuerte. También es cierto que tiene un ‘blacklash’ que es tan fuerte como los logros que se están consiguiendo, que están siendo muchos. ¿Crees que estas frases te las podrían seguir diciendo el próximo año?
Me dirían esas frases y habría más gente que las aplaudiría, seguramente. Creo que aquí hay dos reflexiones. Que la sociedad española es muy machista, no descubro nada, no hay ningún titular. Y creo que desde el feminismo, que yo soy feminista y que me voy a morir siendo feminista, creo que también hay que hacer una reflexión. Por supuesto, la primera la tiene que hacer la gente que ejerce el machismo, pero creo también que no ayuda nada a deciros a los tíos que sois potenciales violadores. Yo creo que no solo no ayuda, sino que yo no lo comparto. Estoy hasta los ovarios de que desde hace mucho tiempo repartan carné de feminista quienes no están practicando el feminismo y quienes le están haciendo daño al feminismo. Y por supuesto, te puedes imaginar de quién estoy hablando, pero estoy hasta los ovarios del reparto de carné en general y en particular del feminismo. Yo creo que el feminismo es algo que se practica hacia fuera, pero sobre todo hacia dentro. Desde luego cuando doy una entrevista, pero también cuando en el día a día de mi equipo yo practico el feminismo y puedo ser un ejemplo o no para el resto. Es así y creo que eso no se practica desde la política o desde algunos ámbitos de la política como Podemos.
Con respecto a lo que cala en la sociedad, en tu generación, en la nuestra, sí que se ve cierto cambio, ¿no?
En los de nuestra generación. Con los que vienen detrás, hay avance en ellas y retroceso en ellos. Creo que en las redes y en YouTube, etcétera, está calando mucho en la generación que va pues los que tengan 14 años hasta los 20, este rollo de sentirse atacados. Entonces, si el foco lo tenemos que poner en ellos, será un foco de, ‘Oye, esto o lo solucionamos juntos o no lo solucionamos’. Pero insultar a los hombres en general todo el rato, llamarles violadores, ¿qué hemos conseguido? ¿Hemos conseguido algo o no? Yo, que soy un poco resultadista y busco el dato, qué hemos conseguido. Nada, encabronar a los tíos y sacarles de la jugada y especialmente a las nuevas generaciones.
La entrevista a Rubiales para mí era fácil porque representa todo lo que detesto
Sí, sí, hay ciertos lemas que se utilizan que avivan la llama
Y que si los criticas te quitan el carné feminista. Es decir, yo puedo tener el carné feminista cuando defiendo la causa de Nevenka, cuando defiendo el tema de ‘La Manada’, cuando ahora estoy haciendo un documental para Atresmedia de casi 30 chicas violadas por un tipo de Sevilla. Fenomenal, pero en cuanto cuestiono que todos los tíos no sois un violador como el de Sevilla, entonces, ¿se me retira el carné feminista? Mira, no. Yo me peleo mucho por las mujeres, tengo un hijo y tengo una hija y defiendo que los dos tienen que tener las mismas oportunidades, que no son iguales, mi hijo y mi hija, pero tienen que tener las mismas oportunidades y luego ya si no se lo pelean igual, problema de ellos.
Has cubierto muchos acontecimentos internacionales, has estado en la guerra, en Irán dos veces. De todos los conflictos, situaciones que ha vivido. ¿Puede ser que lo que sufren las mujeres iraníes sea de lo más grave que has vivido?
Pues probablemente tengo más enganche a esa historia porque ha aparecido en mi vida en momentos importantes. La primera vez yo acababa de ser madre cuando fui a la entrevista con Ahmadineyad y la última he vuelto ahora, que acababan de matar a una chica, a Mahsa Mini, con el tema del velo, y yo decidí no ponerme el velo durante todo el viaje, lo cual nos complicó el rodaje bastante, pero hicimos el programa. Otra es Ucrania, desde luego. Para mí Ucrania es increíble esta vergüenza internacional que estamos viviendo ahora, pero tengo que decirte que después de haber recorrido muchos lugares del mundo, que solo conozco por las coberturas, Afganistán, Ucrania, Líbano, yo que sé, Níger, Pakistán, el terremoto, un montón, el impacto que yo viví en la Dana, mental y emocional, era como todo eso junto. O sea, era como si hubieran ocurrido todos los fenómenos juntos, una guerra, una inundación, un tornado, todo junto y en un lugar que para mí era importante porque yo toda mi vida veraneé en Valencia y tengo familia allí. Es que era en la carretera de la playa ver los camiones volando, y llegamos además el primer día. Cogíamos un avión a Estados Unidos y nos salimos de la cola para irnos en coche a Valencia. Y me ha impactado mucho también la grieta social que se produjo y el intento de los odiadores de turno de echar más dolor donde ya había mucho dolor.
Ahora que habla de Ucrania y de la vergüenza internacional, si tuviera a Trump delante, ¿qué le preguntaría?
No, no puedo decirte una pregunta porque me gusta prepararme muchísimo y más una entrevista como esa. La he pedido muchas veces, pero nunca he tenido la suerte de tenerla. No lo sé. No sabría decirte, es que la entrevista depende mucho, claro, si es para hoy. Es que estoy comocionada con lo de Zelensky dictador. Pero probablemente la pregunta no sería tan tan, de actualidad, sino cuántos años se ve él de presidente, porque mi temor no es el corto de lo que estamos viendo, sino ¿existe la posibilidad de que él haga un cambio y quiera repetir? Porque él considera que le robaron unas elecciones, por tanto apela eso para alargar su estancia. Bueno, o para que Elon Musk, que no nació en Estados Unidos, se convierta alguna vez en algo más de lo que ya es, ¿no? Sí, tendría más que ver con el medio largo que con el corto, que ya es bastante preocupante.
Nevenka me ha enseñado que, a pesar de lo que sufrió, de la soledad, de los golpes emocionales, no tiene ni media pizca de odio dentro de ella
Usted es feminista y de hecho el feminismo es como transversal a todo lo que realiza, un claro ejemplo es su implicación con el caso Nevenka. ¿Qué le quedó clavado de aquello?
Pues mira, de Neveka eso sí lo tengo clarísimo. Me pasa una cosa con Nevenka, que, de vez en cuando, aparece un mensaje suyo en mi móvil cuando yo he tenido un día complicado en ciertos temas. Me ha pasado alguna vez cuando he tenido una situación en la calle y de repente en el móvil aparece ella y ella me ha enseñado que a pesar de lo terrible de todo lo que sufrió, de la soledad, de los golpes emocionales, porque la dejaron muy sola, oye, no tiene ni media pizca de odio dentro de ella. Y me resulta curioso porque yo, a veces, figuradamente, arrancaría cabezas por ella. Y ella es la que todo el rato sitúa el tema en positivo. Que no anide en ti el odio viviendo algunas cosas me parece un logro de la humanidad y de esta época ilustrada que vivimos aunque no lo parezca.
‘Conspiranoicos’ va un poco a la raíz de todo el tema ‘fake news’. Estará levantando muchas ampollas, ‘muchos haters’. ¿Cómo está funcionando el programa?
No sé si muchos haters, pero está muy bien que se molesten los que se tienen que molestar, porque el programa pone el foco en los mentirosos profesionales que lo hacen por dinero y esta es una de las respuestas que da ‘Conspiranoicos’, no solo quién, sino por qué lo hacen y qué obtienen a cambio, y es evidente que dinero. Entonces, cuando tú te vas a la Dana a hacer retransmisiones en directo y te echas barro encima para simular que te has manchado, hay muchos ejemplos, no solo ese, está claro que lo estás haciendo con un objetivo probablemente económico y pasa lo mismo con los putinistas, los proputin, y con muchos otros que están todo el rato mandando mentiras a todas partes. […] de lo de la Dana lo de Gisbert no me sorprende porque es un tipo que ha negado las matanzas de los rusos en Ucrania. Entonces, un tipo que hace eso con los ucranianos y que viaja a las zonas prorusas donde no podemos viajar otros, pues es evidente que cuando llega la ocasión en España va a hacer lo mismo, a practicar lo mismo, ¿no?
Muchas veces has hablado del cariño que tienes a la época en La Ser; de hecho siempre has dicho muchas veces que La Sexta recuerda un poco en la formación de periodistas a aquella radio
Gracias a Ferreras, es el elemento de conexión.
¿Te gustaría volver a hacer radio?
Pues es que mira, creo que una de las de las cosas que hace muy bien La Sexta es que… no sé si sabes que tenemos una aplicación que te permite oír La Sexta y no verla, y especialmente ‘Al rojo vivo’ y no solo, es un programa que puedes escuchar y enterarte igual. Y eso en la tele tienes que tener mucho talento para describir sin que te haga falta ver la imagen, porque nosotros contamos con esa ventaja que la radio no. Entonces me parece que La Sexta lo hace muy bien en eso. No la echo mucho de menos porque cuando hay alguna cosa, algún podcast o algo también lo hago aquí. Es verdad que le tuve a esa Cadena Ser mucho cariño, pero yo ahora por las mañanas soy más de Fernando Berlín, de Alsina, voy zapeando por las mañanas.
No le gusta mucho a mi madre que lo diga, pero yo siempre pensé que iba a morir joven
¿Dónde te ves con 60 años?
No me queda tanto, eh. Tengo que decirte una cosa, que no le gusta mucho a mi madre que lo diga, que yo siempre pensé que iba a morir joven. Me hizo mucha gracia Aitana ayer contando lo que contaba [habló de su hipocondria en ‘La Revuelta’]. Ya no soy tan joven, por tanto ya no voy a morir tan joven, pero recuerdo un titular, no sé si El Mundo o quién que titulaba así con eso. Y es verdad que yo en eso vivo un poco al día, es decir, le quito mucha trascendencia a las cosas que parecen muy importantes pero que no lo son y porque también estoy rodeada de gente que tiene problemas de salud, con lo cual yo, hijo, 12 años, no sé, pregúntame a lo mejor el año que viene. Espero estar contando que lo de Ucrania ha terminado y ha terminado bien, pero 12 años no me atrevo, no me atrevo. La vida no es tan larga como 12 años.