Consejos del endocrino para evitar la deshidratación ante la vuelta del calor intenso

Los meteorólogos ya anuncian un fin de semana con temperaturas que alcanzarán los 40 grados. Y con el calor, se hace más necesario que nunca mantenerse correctamente hidratados.

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) alerta de las graves consecuencias que puede tener la deshidratación para el organismo, especialmente durante el periodo estival. 

¿Qué es la deshidratación?

La deshidratación se produce cuando existe un balance de líquidos negativo, es decir, cuando se pierde más agua de la que se ingiere.

No obstante, el organismo en condiciones normales detecta este exceso de pérdidas agudizándose la sensación de sed e incitándonos a beber para mantener el equilibrio hídrico. Pero no siempre es así.

“Normalmente no se aconseja ingerir líquido de forma forzada, aunque sea verano. Esta recomendación general cuenta con excepciones en algunos grupos de población como los niños porque la sensación de sed no la tienen totalmente desarrollada, así como en los ancianos, ya que presentan más riesgo de desarrollar una deshidratación prolongada y su sensación de sed también puede estar disminuida”, asevera el endocrinólogo.

El ser humano adquiere cada día el 75% del agua que necesita en forma de líquido y el 25% a través de alimentos.

Consecuencias de la deshidratación

El doctor Barajas Galindo indica que cuanta más agua se pierde y no se compensa con la ingesta de líquido, más graves son las consecuencias para el organismo. 

En casos extremos, las personas pueden llegar incluso a sufrir un golpe de calor cuando su temperatura corporal aumenta de forma inadecuada ante la exposición prolongada a altas temperaturas y, en consecuencia, requerir asistencia médica inmediata. 

¿Cuánta agua debemos beber diariamente?

El endocrinólogo recomienda ingerir 2 o 2,5 litros cada día. Aunque esta cantidad debe incrementarse en determinadas circunstancias: 

No hay que olvidar que el ser humano adquiere cada día el 75% del agua que necesita en forma de líquido y el 25% a través de los alimentos.

Es el caso de las frutas y las verduras con un alto contenido en agua, que además presentan aporte vitamínico y minerales y repercuten directamente en el estado de hidratación. 

Los niños y los ancianos son los más vulnerables a la deshidratación.

¿Qué beber?

A la hora de mantener unos niveles óptimos de hidratación no todo vale.

El doctor Barajas Galindo apunta que, en condiciones generales, el líquido más recomendable es el agua, aunque existen algunas excepciones. 

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