Una Feria del Libro muy neoyorquina y más sostenible que nunca aspira a superar el millón de visitantes del año pasado

Lo dejaba claro el cartel de esta nueva edición de la Feria del Libro de Madrid, protagonizado por un oso (faltaba el madroño) abrazando un Empire State sostenido sobre una pila de libros. La macrocita anual de la capital con los libros, que se celebrará en el Parque del Retiro del 30 de mayo al 15 de junio, tendrá como hilo conductor a la ciudad de Nueva York, eterno melting pot cultural, epicentro del español en Estados Unidos y el lugar desde el que escriben cada vez más voces importantes de la literatura reciente en esta lengua. Algunas de ellas -Eduardo Lago, Claudia Salazar Jiménez, Lila Zemboráin, Kirmen Uribe, Mariela Dreyfus entre otros, pero también el gran Junot Díaz, que más que en castellano escribe en un portentoso spanglish- visitarán la feria para dar cuenta de lo que allí está pasando.

‘Vamos a hablar mucho del Nueva York que se escribe en español’, decía este martes durante la presentación de esta nueva edición la directora de la Feria del Libro, Eva Orúe. ‘Una de las ciudades más diversas del mundo, donde conviven todas las lenguas y todas las formas de contar, y en la que el 30% de su población tiene el español como lengua materna’. Para ello han contado con la colaboración especial de la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de Nueva York (FILNYC), ‘una feria joven pero vibrante’, apuntaba Orúe, y también de instituciones académicas como el Instituto de Estudios Mexicanos de la City University of New York (CUNY), el Lehman College, Columbia, Fordham, NYU, el Centro de Estudios Puertorriqueños y Yale.

Pero no solamente visitarán las casetas y pabellones del Retiro quienes escriben en español. Un puñado de grandes autores que lo hacen en inglés y que pueden acreditar pedigrí neoyorquino vendrán a encontrarse con sus lectores madrileños. Dos escritoras imprescindibles de las letras con declinación feminista como son Vivian Gornick y Rebecca Solnit; el novelista y ensayista afroamericano Teju Cole; Catherine Lacey, que firmó uno de los libros más aclamados del año pasado, Biografía de X; Katie Kitamura, que llega con nueva novela, Audición, recién publicada, o el ensayista Eliot Weinberger, son algunos de los que transitarán el Paseo de Coches del Retiro. ‘Nos gusta creer que Nueva York no solo va a iluminar la Feria, sino que la va a transformar’, comentaba su directora.

Todo ese desembarco tiene, sin embargo, una preocupante cara B. La escritora y cantante dominicana Rita Indiana, que enseña escritura creativa en español en la New York University (NYU) y que ha sido una de las asesoras que han trabajado en la elaboración del programa de la edición de este año de la Feria, no podrá venir a Madrid porque su universidad ha enviado una ‘recomendación obligatoria’ a parte de su personal para que no salgan de EEUU, por el peligro de que no puedan volver a entrar: las políticas migratorias de Trump y su guerra con las universidades son la razón de esas precauciones. La otra asesora, la escritora mexicana Brenda Navarro, sí que estará: afortunadamente, reside desde hace tiempo en Madrid.

Libros y charlas en torno a la ciudad

Dos ejes marcarán la programación cultural de la Feria, todo eso que va más allá de la venta directa de libros y de las firmas de los autores en las casetas. Explicaba Eva Orúe que el primero, el bautizado como ‘Los afectos y la ciudad’, explorará ‘cuáles son los mapas afectivos que construimos a partir del espacio urbano, y si cambia la gran ciudad la manera en la que nos relacionamos con los otros’. El segundo, ‘Ciudad mosaico’, tratará ‘qué es hoy la ciudad para nosotros, cómo se entrecruzan las lenguas, culturas e historias en una misma geografía urbana. De esta manera vamos a explorar cómo la literatura dibuja mapas emocionales y políticos de lo urbano. Escritoras, editores y lectores dialogarán sobre exilios y nostalgias, vínculos y memorias, tejiendo, esperamos, un puente entre orillas y entre generaciones’.

La Feria la inaugurará, como cada año, la reina Letizia con una visita al Retiro en la mañana del 30 de mayo. Esa misma tarde ya habrá una charla en la que Eduardo Lago, Carmen Boullosa y María Negroni dialogarán, guiados por Michelle Roche Rodríguez, sobre los Estados Unidos hispanos, haciendo una defensa del español. Otros encuentros planteados: el de Marta Sanz con Vivian Gornick para charlar sobre Las costuras de lo íntimo; el de Lina Meruane, Sabina Urraca y Brigitte Vasallo para reflexionar, moderadas por Claudia Apablaza, sobre el extrañamiento que pueden provocar determinados cuerpos y lugares o el de Ray Loriga y Teju Cole bajo el título La ciudad y la deriva. Garth Greenwell y Catherine Lacey conversarán sobre sus formas de narrar la experiencia humana, y Rebecca Solnit dialogará sobre la pertenencia a un lugar con la escritora argentina Valeria Correa Fiz.

La directora de la Feria del Libro, Eva Orúe, durante la rueda de prensa de este martes. / Sergio Pérez – EFE

Habrá homenajes a los recientemente desaparecidos, como Paul Auster y Vargas Llosa, y a quienes lo hicieron hace mucho más tiempo pero mantienen una presencia poderosa en nuestra cultura y además tuvieron vínculos con Nueva York: se hablará de Carmen Martín Gaite, de su paso por la Gran Manzana y de su escritura forma de collage. Y se hablará también del más neoyorquino de los poetas españoles, Federico García Lorca. También se recordará a Francisco Umbral en el 50 aniversario de su Mortal y Rosa.

La radio tendrá como siempre una presencia importante, con RNE emitiendo diferentes programas desde el recinto y diferentes podcasts literarios que grabarán en instalaciones del retiro como la Casa de Vacas: Esta noche libro, Amiga date cuenta, Deforme Semana Ideal Total, ¿Qué estás leyendo?, Hoy en El País y El Orden Mundial. Este año, la Feria desbordará el Retiro y organizará también actividades en Casa de América y en el Espacio Bertlesamann.

Cifras mastodónticas

La Feria del Libro de Madrid arroja ya unas cifras apabullantes. Las del 2024 las recordaba Marta Rivera de la Cruz, delgada del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid: ‘El año pasado hubo 7.000 firmas repartidas entre 2.600 autores. Se vendieron más de 585.000 ejemplares por un valor cercano a los 11 millones de euros’. En total, afirmaba, visitaron la Feria más de un millón de personas.

Era Orúe quien facilitaba las cifras de esta nueva edición: 365 casetas (seis más que el año pasado), de ellas 121 de librerías, 214 de editoriales, 17 de organismos públicos y 13 casetas de distribuidoras (estas últimas reúnen 546 sellos que no tienen caseta propia). Otros 102 sellos estarán representados en los espacios de gremios y asociaciones donde se sitúan Andalucía, Asturias Cantabria, Castilla La Mancha, Castilla y León, Lanzarote y Murcia. Habrá además casetas de Portugal, Rumanía, países nórdicos, Grecia y el stand de Andorra. Con eso y con los sellos asociados a instituciones académicas y científicas ‘sumamos más de 1.100 sellos editoriales que tendrán presencia en la feria de este año, ya sea en caseta individual, compartida, en zona central o representados por sus distribuidoras y gremios’.

El presupuesto para este año es de 1.950.000 euros, un aumento del 11% respecto al año pasado. La mayor parte la ponen los expositores, 896.000 euros. El Ayuntamiento aporta 116.000 euros de subvención y la Comunidad de Madrid 85.000 euros del total que concede al gremio de librerías, organizador de la Feria. También hay subvenciones de ministerios (Cultura y Exteriores) y de la Comisión Europea. Los patrocinadores privados aportan 847.000 euros.

Se insiste mucho en las últimas ediciones en la parte sostenible de esta cita, que para algo se celebra en el principal pulmón verde del centro de Madrid. Si el año pasado, por ejemplo, se le pidió a los expositores que no entrasen con sus vehículos particulares al parque, esta vez se irá, dicen sus responsables, un paso más allá. Por primera vez, gran parte de la Feria funcionará con energía solar gracias a los 176 paneles solares que instalará Repsol, y el único generador que todavía necesita el evento (el año pasado todavía eran dos) se nutrirá de combustible 100% renovable. El objetivo es no sobrepasar la emisión de más de 5,5 toneladas de CO2, pero para eso habrá que contar con otro aliado. ‘Esperemos tener sol para que esos paneles puedan funcionar a máximo rendimiento’, se encomendaba Orúe en una mañana madrileña sembrada de nubes y víspera de un día (otro más) de alerta amarilla.

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