La atleta más rápida de la historia del atletismo español se llama Maribel Pérez y es sevillana. Acaba de lograr el récord nacional de 60 metros lisos durante el Campeonato de España, su tercera victoria tras las de 2020 y 2022. Cualquiera podría pensar que la reina española de la velocidad, que también estuvo el pasado verano en los Juegos Olímpicos de París 2024, entrena en las mejores instalaciones del país. Pero no, lo hace en unas en las que los deportistas y entrenadores denuncian que ‘no se ve nada’ cuando cae el sol, falta material, y el gimnasio es ‘para tirarlo’ y ‘de los años 80’. Son las instalaciones deportivas La Cartuja.
Detrás del estadio de la Cartuja, junto al río Guadalquivir, la Junta de Andalucía dispone de unas instalaciones que según su web ‘iniciaron su andadura con una clara orientación al deporte de rendimiento’, y que gestiona a través de la Empresa Pública para Gestión del Turismo y el Deporte de Andalucía. Los usuarios consultados las ven como dos mundos, la ‘parte rentable’ y la ‘parte no rentable’. Por un lado, el Cartuja Club, con campos de golf, pistas de pádel, y un gimnasio con las máquinas y vestuarios más modernos del mercado. Pero avanzas hasta el final, giras a la derecha, y te encuentras el pasillo de los horrores que tienen que cruzar diariamente desde deportistas y entrenadores de élite hasta padres y niños para llegar al campo de rugby y la pista de atletismo.
‘¿A dónde podrían llegar los deportistas sin estas condiciones?’, se pregunta José Antonio Pérez, lanzador de peso y disco, que entrena allí desde los años 90. ‘Seguro que tendrían mejores resultados. Y los chicos se animarían a seguir compitiendo’, responde a El Correo de Andalucía. ‘Deportistas profesionales, con estas condiciones, tendrán que irse. Hemos pasado de todo, una vida luchando. Y luego se enorgullecen del deporte andaluz. Dales lo mínimo para que entrenen. El material de lanzamiento es todo nuestro, no teníamos nada. Para que haya una élite tiene que haber una base, tiene que haber muchos niños para que salgan dos buenos’, reflexiona este deportista.
Otro de los veteranos en estas instalaciones es Antonio Pachón ‘Morrú’, entrenador nacional de atletismo y profesor de salto con pértiga con 40 años de trayectoria. A su cargo está Paloma Romero, una de las mejores pertiguistas de Andalucía. ‘Son unas de las instalaciones públicas más lindas de la comunidad con diferencia y entre las mejores de España, pero están mal gestionadas’, lamenta. ‘Necesitamos ayuda. No somos un negocio para ellos, como el pádel o el golf. Somos un gasto’, denuncia.
‘Esto se va degenerando por días. Hace falta luz, es terrible cómo están las salas de musculación, cómo están las pesas, tenemos el material rajado, falta de todo, y chocamos contra una pared porque nadie nos atiende’, cuenta desesperado Ángel Sánchez, en calidad de portavoz de los padres (tiene un hijo atleta). ‘Aquí hay atletas de alto rendimiento compitiendo en unas instalaciones deficitarias. Es una verdadera pena, necesitamos a alguien que solucione nuestro problema y nuestros hijos puedan entrenar’.
La Junta promete el arreglo de las torretas
La Consejería de Cultura y Deporte, a preguntas de este medio, defiende que tiene convenios firmados con 21 federaciones deportivas andaluzas para el uso de las instalaciones. Explican estas fuentes que desde 2019 se han invertido más de 3,3 millones, por ejemplo en 2024 casi 200.000 euros para arreglar la recta principal de la pista de atletismo o en la mejora de la accesibilidad y del flujo de usuarios, entre otras actuaciones.
Entre las futuras intervenciones, al margen de la seguridad, está previsto el arreglo de las las torretas de luz del campo de rugby, con luces LED, por un importe que ronda los 400.000 euros.
Días después de las consultas realizadas por este periódico, las directivas de los equipos Cocodrilas Rugby y Real Ciencias Rugby Club han emitido comunicados mostrando ‘agradecimiento’ a las instalaciones y al personal por ‘la colaboración’ y ‘el apoyo’.
Falta de iluminación por las tardes
Actualmente, la pista de atletismo y el campo de rugby cuentan con cuatro torretas, pero solo funcionan dos. Además, una de ellas cuenta con apenas cuatro focos y otra con diez. En el caso de Maribel Pérez, cuentan los usuarios de las instalaciones que va por las mañanas, porque una vez cae el sol, se deja de ver. Esto obliga a muchos deportistas a adaptar sus horarios a cuando haya luz natural, pero sobre todo afecta a los jóvenes, que no tienen otra que ir ya entrada la tarde, cuando salen del colegio o el instituto.
‘El estado de la instalación dificulta la progresión de los atletas. Incluso pone en riesgo su salud física’, explica Fernando Alonso, padre de dos atletas con trayectoria en campeonatos nacionales y la selección española en categorías sub-23. ‘La iluminación es un desastre. Las vallas no se ven, las pasan rozando. ¿Con qué seguridad eres capaz de entrenar si la valla la intuyes simplemente? Es imposible mejorar’, añade. ‘Que den las estadísticas de cuánta gente se ha quejado en los últimos meses, y cuántas quejas son porque no hay luz’.
Una de las torretas que deben iluminar el campo de rugby y la pista de atletismo, con apenas unos focos en funcionamiento. / Jorge Jiménez
Ángel Sánchez sitúa la luz como ‘la principal reivindicación’. ‘El invierno que hemos pasado aquí es para verlo. Es que no se veía nada, cero’, describe. “Mi atleta está entre las mejores marcas de España, y tenemos que empezar a entrenar a las 3 de la tarde. Esto es bastante serio’, asegura Antonio Pachón.
Un gimnasio pequeño y ‘para tirar’, vallas rotas y pocos tacos
Otra de las quejas es el estado del gimnasio, tanto la sala de movilidad como la de musculación. Pesas dobladas, máquinas antiguas y agolpadas, material roto o ventilación muy reducida. ‘¿Cómo van a hacer musculación con esa sala?’, se pregunta el portavoz de los padres. ‘Es imposible. Rezan para no coger el tétanos. Es para tirarlo. Hay partes ruinosas, con humedades. Y los vestuarios están muy mal”, describe.
‘Los gimnasios parecen de los años 80. Está hecho de hierro, hay posibilidades de corte. La calidad de las pesas es pésima, son como las que se hacía uno en el pueblo con dos bloques de hierro y una barra en medio cuando empezaba a entrenar hace 30 años. Encima, el espacio es mínimo. Para el número de atletas que hay un gimnasio moderno tendría que ser el triple de grande. Se tienen que turnar los días’, cuenta Alonso, por la experiencia de sus hijos. ‘Hay que comprar mancuernas y discos. Eso se llama mantenimiento’, asegura ‘Morrú’.
Sí han conseguido material que estaba guardado en el estadio, como ’colchones que han estado 25 años allí metidos’, o vallas del VII Campeonato Mundial de Atletismo que se celebró en Sevilla en 1999. Pero sigue habiendo otras quejas como ’tacos que son un desastre e insuficientes, trastocando los entrenamientos’, que tanto niños como padres paguen por entrar, la falta de personal, o el propio mantenimiento y arreglo de las vallas logradas.
Ante este panorama, tanto padres como atletas piden una mayor comunicación y preocupación por parte de la Junta de Andalucía y de la Federación Andaluza de Atletismo, o al menos tener el mismo trato que tienen modalidades como remo y piragüismo, al otro lado del río, o en Málaga, donde ‘todo está engrasado y funcionando perfectamente’ porque está la sede de la Federación. De momento ya han llevado dos veces la cuestión al Parlamento de Andalucía, y no descartan medidas más drásticas.
‘Somos verdaderos enamorados de un deporte que se degrada y que se pierde’, lamenta Pachón. ‘El amor por el deporte empieza en las edades pequeñas’, añade Alonso, y Sánchez concluye: ‘Estas son unas pistas muy buenas que tenemos en Sevilla, solo buscamos soluciones’. Este es el sentir de aquellos que sueñan con unas instalaciones adecuadas para los actuales y futuros deportistas de alto rendimiento.