Solo quedaban ellos, El Profesor, líder indiscutible de la mayor red mundial de narcoveleros, red que ha dirigido desde hace décadas desde un modesto piso en Dénia, y su segundo lugarteniente, El Matemático, un profesor universitario de Química y Exactas en Oslo que ejercía sin haber obtenido jamás titulación alguna y que era su contable y hombre de confianza en el ámbito internacional.