Con la llegada del verano aparecen muchas frutas de las que nos privamos el resto del año, que están deliciosas. Es el caso de la sandía, el melón, el melocotón, el albaricoque, la paraguaya, las peritas de San Juan, las cerezas, las picotas, los higos… Proporcionan una gran cantidad de agua, además de mucho sabor. Algunas son de principios de verano, otras de mediados y otras de finales, por ello hay que saber escogerlas en su momento óptimo.