Tras el ‘sí’ de ERC ¿qué?

A partir de entonces el reto del nuevo presidente será poner en marcha un gobierno capaz de superar más de una década de procés y muchos años de parálisis y esmerarse por dar cumplimiento a los términos del acuerdo alcanzado, aunque algunos de los puntos, en espacial el más polémico, la financiación singular, no solo van a depender de él, de sus socios parlamentarios y de un PSOE muy dividido al respecto, sino también de la propia Junts per Catalunya que atraviesa sus horas bajas, desalojada del poder y con la carpeta judicial de Puigdemont -y algunos otros dirigentes y cuadros- todavía por resolver. Así aunque nada de lo que haga Junts vaya a impedir a Illa ser investido y pueda gobernar sí que puede condicionar el cumplimiento los aspectos del acuerdo que han de pasar por el Congreso y con ello la propia continuidad del gobierno central.


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